martes, 25 de junio de 2019

De cara al porvenir: aire fresco


Por Pedro Juan González Carvajal*

Pedro Juan González Carvajal
Yo no sé si “el man será Germán” o sí efectivamente “Betty es la más fea”, pero lo que sí siento y percibo, sin ser un televidente consumado, es que al menos en este momento coyuntural, uno prende la televisión en horario nocturno y puede verse que en uno de los grandes canales nacionales no están dando películas ni telenovelas alrededor de la historia y de los personajes del narcotráfico en nuestro país. ¡Bravo! Ojalá el “rating” sea generoso y demuestre que con producciones livianas que hacen reír o al menos sonreír, se logra estimular una catarsis colectiva, en medio de un país cuya realidad cotidiana es francamente nociva y tóxica también en el hoy, realidad que no merece la pena ni siquiera ser seguida a través de los noticieros.

Una cosa es que el fútbol sea hoy complemento del “opio del pueblo”, masificado cada vez más con torneos y transmisiones permanentes, y otra es que, con creatividad, podamos emplear los medios de comunicación para entretener, educar, informar, hacer reír, esperanzar, analizar y colaborar en la construcción de una base social al menos respetuosa y tolerante.

Efecto de la globalización, también son las modas en temas y formatos de programas que, sobretodo, la televisión, replica y reproduce a lo largo y ancho del planeta. Siendo respetuoso con los gustos de cada quien, pues cada persona se entretiene a su manera, ya sea durmiendo, haciendo deporte, rascándose las glándulas, viendo televisión, comiendo mocos, o viendo realities, entre otros variados conjuntos de posibilidades.

El producto reality está desgastado y no genera mayor atracción. Se anuncia inicialmente como una competencia y termina siendo una gran cocina donde las intimidades de todos con todos parecieran ser la razón del ser del programa. ¡Guácala!

Cada época trae su afán, pero ya en Colombia no vemos personajes de la talla de Gloria Valencia, Pacheco, J. Mario Valencia, Alfonso Lizarazo, entre los grandes presentadores y Antonio Panesso Robledo, José de Recasens, Alberto Dangond Uribe, entre algunos pocos, como divulgadores de la ciencia la cultura y el arte.

Hace ya 24 años la Corte Constitucional legalizó el uso de la dosis mínima. Como este país es un país cangrejo, que avanza un paso y retrocede tres, un país retrógrado con mentalidad del paleozoico y cerebro de protozoario (con el perdón de los protozoarios), hoy, casi un cuarto de siglo después, tuvo la Corte Constitucional que volver a pronunciarse a favor de lo ya aprobado, pero las mentes retardatarias aprovechan para alborotar el avispero como si fuera cosa novedosa. Definitivamente Colombia puede ser vista como el reality más ridículo de todos.

Nos encanta desgastarnos con temas ya superados. Obviamente la gran mayoría de nuestros jóvenes, por no haber tenido la oportunidad de estudiar historia por las decisiones estúpidas de nuestros gobernantes, no saben lo que quiere decir tener “una discusión Bizantina”, lo cual es lamentable. Lo malo es que los adultos, que en teoría sí estudiaron historia, o no fueron a clase, o no entendieron, o no les importa.

A principios del presente siglo el Puerto de Tribugá era considerado como estratégico y viable ambiental, comercial y económicamente. Ahora resulta que no lo es. ¿En qué quedamos?

Al sartal de estupideces recientes agreguemos la autorización para la explotación minera en Salento y dizque la solicitud de una nueva comisión de expertos para evaluar la alternativa del uso del fracking. Siendo coherentes, pronto nombraremos una nueva comisión para evaluar la factibilidad del Metro de Bogotá, otra para estudiar si el glifosato es perjudicial para los humanos, otra para evaluar los perjuicios para la salud del asbesto, y por último, una comisión con apoyo internacional para investigar a profundidad si el agua moja.

Pobre nuestra exuberante y riquísima Colombia, tan mal querida y tan mal gobernada.

NOTA: Ojalá los precandidatos a la Alcaldía continúen con los esfuerzos de la actual administración para mejorar el espacio público, continúen con la recuperación de aceras y separadores, aumenten el número de bahías donde sea posible y sean generosos con la señalización en el pavimento y a nivel general.