Por Pedro
Juan González Carvajal*
El ejemplo es el
mejor de los métodos pedagógicos que existe para orientar al individuo y a la
sociedad con respecto a las pautas de actuación que se quieren implementar y
reforzar. cuando a todos se nos pide colaboración con respecto a restringir la
movilidad por el bien común, los ciudadanos de Medellín aceptamos de manera
cívica los sacrificios que sean menester por mejorar las condiciones de vida de
todos los habitantes de nuestra querida ciudad.
Es por eso, que
merecemos toda la reciprocidad del mundo por parte del Municipio y de sus
empresas subordinadas, como EPM, para lo cual solo se requiere un poco de
previsión, si no de planificación.
Yo personalmente
gozo cuando veo cuadrillas de trabajadores trabajando en la mejora del espacio
público, por encargo del Municipio de Medellín. Todos sabemos que obras como la
reconstrucción de las aceras, requieren ciertos cerramientos por seguridad para
todos, lo que implica usualmente emplear uno de
los carriles de la vía para tal efecto.
Gracias a
nuestros aportes en impuestos y a la voluntad de la Municipalidad, hace poco se
entregó la obra de renovación de las aceras entre la Iglesia de San Lucas y la
Loma de los Balsos por la Transversal Superior, obra que demoró unos 6 meses en
desarrollarse, con las inevitables congestiones ocasionadas y que todos
toleramos pacientemente por beneficio de la obra. Hoy, dos meses después de
entregada, aparece un nuevo contratista para una nueva obra —la instalación de
una tubería paralela a la acera nueva—, con el consiguiente trancón y ruidos
molestos que creíamos superados hace poco. Es claro que son dos obras distintas
con distintos contratistas y posiblemente distintos contratantes. ¿Pero
definitivamente es que están bravos, son soberbios o son absolutamente
ineficientes y no son capaces de sentarse a programar obras de manera conjunta
que de pronto puedan hacerse de manera simultánea? Doctores tiene la Santa
Madre Iglesia, pero vale la pena recordar que la ineficiencia también es un
tipo de corrupción. Mientras tanto los usuarios, nos aguantamos un nuevo
trancón.
Existe hoy una
corriente en Europa, para reducir el uso de los empaques que se emplean en la
actualidad y que es poco el valor agregado que aportan, como, por ejemplo, las
cajas en las que vienen los tubos de crema de dientes.
¿Qué tipo de
aporte podemos hacer nosotros desde el Municipio, el Área Metropolitana y la
Gobernación para que conjuntamente con los empresarios, comencemos a liderar
campañas de este tipo, que no solucionan pero sí mitigan el impacto ambiental y
la huella ecológica que estamos dejando?
Un ejemplo
sencillo sería reemplazar los troncos o las maderas que se usan en los cerramientos
de las obras públicas y apoyar el empleo de elementos desarrollados a partir
del reciclaje.
Ahora que
estamos empeñados en apoyar a los emprendedores, ¿por qué no impulsar y
promover iniciativas que vayan alineadas con los propósitos del mejoramiento de
la calidad del medio ambiente y de la movilidad?
Recordemos a
Víctor Hugo, cuando en su ensayo sobre Shakespeare hace la siguiente
distinción: “Los animales viven y el
hombre existe”.
Por el momento
lo que estamos evidenciando es que hay muchos hombres que viven y muy pocos que
existen.
Insistimos en la
conveniencia de dotar a Medellín de un adecuado centro de espectáculos.