Por Andrés de Bedout Jaramillo*
En
la tertulia conservadora, integrada en un alto porcentaje por conservadores ya
del centro democrático, y en muy pequeño porcentaje por liberales,
conservadores y sin partido, escuchamos los planteamientos de un ex precandidato
del Centro Democrático, de origen conservador, hoy, al parecer, precandidato a la
presidencia por el Centro Democrático, quien en resumidas cuentas nos contó sobre su gran
preocupación por la desfavorabilidad de Duque y de Uribe en las recientes
encuestas. Nos contó que a Duque se le abona hasta la fecha, el haber acabado
con la mermelada para los congresistas y el reanudar los consejos comunales,
hoy llamados construyendo país. Su leve repunte en las encuestas se atribuye a
sus actuaciones frente al ELN luego del bombazo a la escuela de policía y a su
posición frente al tema Venezuela, cimentada en la caída de Maduro.
Nuestra
tertulia está hoy liderada por el doctor Julio E. González Villa, quien aspira
al Concejo de Medellín por el Centro Democrático, siendo de origen Conservador,
a quien le deseamos la mayor de las suertes en este propósito y un cerrado
apoyo de los integrantes del Centro Democrático de origen conservador.
Pero
ambas circunstancias se tornan difíciles, en la primera se cerraron las
posibilidades de sentar al ELN nuevamente en la mesa de negociación, lo que
será muy costoso para el país por las constantes voladuras al oleoducto y la
segunda, por la imposibilidad de diseñar un plan B con Venezuela, ante la no
caída de Maduro, lo que nos pone en serios riesgos y dificultades en el manejo
de los temas de migrantes, comercio binacional y lo peor, en una posible
confrontación donde los blancos más buscados, serán colombianos.
A
Duque se le critica estar gobernando sin darle la participación política que se
merecen quienes lo acompañaron en su elección, inclusive de mantener muchos
funcionarios del gobierno Santos, situaciones que le dificultan la
gobernabilidad y afectará las posibilidades del partido en las selecciones
regionales próximas a realizarse. Más temprano que tarde deberá darles
participación política. Se le reclaman posiciones más radicales frente a varios
temas y planes concretos para la educación, la justicia, la salud, el agro,
inclusive frente al tema Arias, etcétera.
Dijo
el precandidato que su partido es todavía un movimiento que para ser partido
requiere tiempo, estructura, líderes y unificación de criterios. Lo que no dijo,
y que al parecer es un contrasentido, es que el Centro Democrático es el
partido más poderoso hoy en el país, política y económicamente hablando. Manifestó
que Uribe, siendo un trabajador incansable, ya está cansado y quiere retirarse,
Sólo José Obdulio, de los de su edad, podría remplazarlo, o por lo menos eso
entendí.
Alguna
vez fui confundido con José Obdulio en el aeropuerto JMC. Me abordaron 2
policías y me dijeron, doctor José Obdulio, nosotros somos los designados para cuidarlo
y acompañarlo, nos ponemos a su disposición, a lo que les manifesté que se
equivocaban de persona, que esperaran, que venía en el mismo avión. Yo había
visto y saludado a José Obdulio una sola vez en mi vida, celebrábamos en mi
casa la llegada de Alonso Salazar a la alcaldía, con algunos amigos,
funcionarios, concejales y compañeros benedictinos, inclusive nos acompañaban
muchas de nuestras esposas. Entrada la noche, se apareció a la reunión José Obdulio
con el exsecretario general de la presidencia de Uribe, y compartió
animadamente con varios de los asistentes.
Pienso
que tanto Duque como Uribe, deberían escuchar con atención los planteamientos
de Nieto. Hay críticas constructivas, que, si no se canalizan rápidamente en
forma propositiva, causarán mucho daño y divisiones en el Centro Democrático,
conformado por personas de diferentes orígenes y tendencias partidistas y donde
hay más propensión a celos y divisiones, por tratarse de un movimiento/partido,
caudillista. Para nadie es un secreto que el centro, el corazón del Centro
Democrático es Uribe.
Creo
que los planteamientos de Nieto, de origen conservador, ni más ni menos de la
escuela del doctor Álvaro Gómez, de quien siempre dijimos, lo brutos que somos
los colombianos de habernos privado de tener semejante lujo de presidente, es
que la política es visceral. Los planteamientos de Nieto, quien se perfila como
uno de los grandes líderes del futuro, ayudarían a mejorar la gobernabilidad, alejando
al país de la polarización entre derecha e izquierda, ubicándolo en el centro, lugar
que, le da a uno la impresión, es el que busca el presidente Duque, para que
todos quepamos en el bus y entre todos podamos salir adelante. Si en este tiro
no se logra, después no podremos quejarnos, cuando llegue la terrible extrema
izquierda, alias socialismo latinoamericano, porque, en los últimos 20 años,
nuestros gobernantes y nuestros líderes, no fuimos capaces de hacer inclusión,
ni de aplicar equidad, ni de ser generosos, ni humildes y lo peor, se nos olvidó
que el interés general prima sobre el interés particular.
Yo
creo en las buenas intenciones del presidente Duque, en las del caudillo Uribe
y del precandidato Nieto. Que se sienten a conversar para bien del país y del
partido al que pertenecen. Son muchos los temas: los guerrilleros reinsertados,
para que no se nos vayan del redil, el ELN para que no vuele más oleoductos,
Venezuela para ver cómo manejar los migrantes, el comercio bilateral, evitar
una confrontación donde seriamos el blanco más cercano, el plan de desarrollo,
sin la plata suficiente para cumplir las promesas de campaña, la JEP, el
necesario y urgente desarrollo del agro, los problemas del medio ambiente, etcétera.