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viernes, 6 de junio de 2025

Gente que inspira

José Leonardo Rincón Contreras, S. J.
José Leonardo Rincón Contreras, S. J.

Esta noche estaré en la celebración de los 80 años de la CIEC, Confederación Interamericana de Educación Católica, entidad de la cual fui su secretario general entre 2011 y 2014 y que agrupa las federaciones nacionales de colegios católicos de 23 países del continente, desde Canadá hasta el Cono sur.

Me han pedido que hable de su momento fundacional que, entre otras cosas, se dio aquí, en Bogotá, el 6 de junio de 1945, en el marco del Primer Congreso Interamericano de Educación Católica, evento promovido por el entonces arzobispo local, monseñor Ismael Perdomo y que fue organizado por el jesuita Jesús María Fernández, primer secretario general, a cuál más de los dos hombres extraordinarios, caracterizados por su liderazgo, no sólo el inherente a su ministerio pastoral, sino, también, al de su propia naturaleza humana que los dotó de enormes cualidades.

En efecto, monseñor Perdomo, alentó la fundación de esta organización continental para coordinar las homólogas nacionales como la que él mismo fundara siete años atrás, también junto con Fernández: Conaced. Bien sabemos de la nada fácil coyuntura política que le tocó sortear y de las incomprensiones que padeció. Hoy día se encuentra avanzado su proceso de canonización.

Por su parte, el P Fernández, para nosotros los jesuitas colombianos es un referente importante como quiera que fuese el fundador y primer provincial de la provincia jesuita en 1924, restaurador-rector de la Universidad Javeriana y gestor de importantes iniciativas apostólicas.

Ambos hombres inteligentes, visionarios, tenaces emprendedores, geniales y genuinos que al cruzarse en las coordenadas espacio temporales de su momento, lograron una verdadera sinergia propositiva, constructora de causas nobles, verdaderos ejemplos para subsiguientes generaciones, auténticos referentes, gente inspirada que realmente inspira.

Gente que inspire es lo que necesitamos hoy día.  Precisamente en el ámbito educativo escuché la queja de que las generaciones adultas no eran ni modelo ni referente, poco motivaban, menos inspiraban. Preocupados por satisfacer egos insaciables, narcisos embelesados en sus propios intereses, mediocres en sus resultados, en realidad no corresponden a las expectativas que generaron. Por eso no hay que sorprenderse de por qué estamos como estamos. Y por eso el razonable anhelo de tener líderes que inspiren, que conciten y aglutinen, altruistas y generosos, que miren más allá de sus propias narices y convoquen para causas que valgan la pena, testigos vivos de su propio discurso, hombres como Perdomo y Fernández, gente que una y no divida, en fin... gente que inspire.

viernes, 2 de agosto de 2024

Vamos caminando

José Leonardo Rincón Contreras, S. J.
José Leonardo Rincón, S. J.

Los jesuitas estamos de fiesta en este año 2024 porque celebramos los 100 años de eregirnos como provincia autónoma, después de la última expulsión que sufrimos a finales del siglo XIX.

Un hombre extraordinario, por ser visionario y de tenaz empuje, Jesús María Fernández, fue quien impulsó a dar tan singular paso. Y pasó a la historia, porque al hacernos provincia independiente, nos obligó a no depender de las Provincias españolas y a conseguir nuestras propias vocaciones para dirigir nuestras comunidades y obras y abrir otras nuevas. Chucho, como se le decía afectuosamente, fue el primer Provincial y también el artífice de otras gestas gloriosas para la honra de Dios: la restauración de la Universidad Javeriana y la fundación de Conaced y la CIEC, sendas confederaciones de educación católica tanto en el ámbito nacional como continental. Huellas imborrables de su legado que jamás olvidaremos.

Con la fiesta de San Ignacio, el pasado 31 de julio, hemos iniciado formalmente esas celebraciones. Lo hicimos con una solemne y a la vez sobria y devota concelebracion eucarística en nuestra colonial iglesia de San Ignacio, en el centro histórico de Bogotá, en la que nos hicimos presentes cerca de mil personas entre jesuitas y laicos de nuestras comunidades y obras apostólicas. Igualmente pudimos compartir un pequeño ágape en la plazoleta del icónico Colegio Mayor de San Bartolomé, en la esquina sur oriental de la Plaza de Bolívar. Concluimos con un acto artístico cultural, más exactamente, una suite llamada del centenario, que en realidad evoca, en tres movimientos, los relevantes hitos de nuestra historia:

* Vamos caminando, o la llegada de esos pioneros que, al mejor estilo ignaciano, cual peregrinos, siempre en marcha, siempre en camino, tipifican la esencia de nuestro carisma, el discernimiento, con su dinámica del superlativo, siempre más, siempre mejor, la mayor gloria de Dios, el magis, el bien universal…

* Que vuelvan los profetas, o la realidad desafiante que implica anunciar, denunciar, testimoniar y que cobra un precio alto en vocaciones auténticas, comprometidas, sacrificadas con su vida incluso por esa causa del evangelio…

* Señora del camino, o esa mediación de Nuestra Señora, madre y maestra, advocación propia de la Compañía, a quien pedimos ponernos con su Hijo, nos confíamos en su Luz, en su transparencia, en su compañía, para poder avanzar en la misión de Dios.

Los tres movimientos corresponden a tres composiciones del padre Luis Guillermo Sarasa, adaptadas en su partitura para que 180 jóvenes artistas desplegaran todo su talento, en un ensamble que combinó la Orquesta Sinfónica Javeriana, el Coro de la Carrera de Estudios Musicales, el Grupo Cultural Javeriano de Gaitas y Tambores, y una puesta en escena con estudiantes del Colegio Mayor de San Bartolomé que fueron alternando su actuación teatral con tan exquisita musicalizacion. Para decirlo brevemente: ¡emocionalmente sobrecogedor!

Bueno, les quise contar esto para decirles que aquí estamos, aquí seguimos, aquí vamos caminando de la mano de la Señora del camino, deseando que vuelvan los profetas para ser consecuentes con el evangelio y para buscar un mejor país. ¡Vamos caminando!