viernes, 3 de octubre de 2025

La perversa estrategia de Petro

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

Una desprevenida ojeada a los comentarios que circulan sobre las últimas actuaciones de Gustavo Petro nos convence de que la gran mayoría de sus gobernados no entiende para dónde va o qué se propone con lo que algunos califican como actos demenciales y otros como consecuencia de su conocido apego a sustancias ilícitas.

Ni lo uno ni lo otro. Todo está cuidadosamente programado para obtener un solo objetivo: perpetuar la extrema izquierda en el Gobierno. Ahora que probó las mieles del poder, la camarilla narco-comunista se prepara para conservarlo indefinidamente. Cada paso que da está enderezado a la consecución del mismo objetivo.

No es cierto tampoco que Petro esté acabado por sus monumentales errores ni que se está quedando solo. Ninguno de sus factores de poder ha sido afectado hasta ahora, aunque en el futuro se ciernen negros nubarrones que podrían afectar sus malvados planes.

Basa su estrategia principal en ahondar el caos en todo el territorio nacional, fomentando el cultivo de la coca, blindando a sus cabecillas, manteniendo unas inútiles conversaciones con los grupos guerrilleros que le permiten tener a salvo a sus amigos con credenciales como “gestores de paz”. A la fuerza pública la subyuga con la posibilidad de llamar a calificar servicios a quien se salga de la fila. Sus recursos presupuestales, así como los suministros de armas, equipos y aeronaves se han limitado, mientras se registra cómo la guerrilla emplea modernos drones de guerra para atacar a las tropas y aumenta en forma execrable el reclutamiento de menores.

Asimismo, crece la crisis en todos los sectores. Aumenta el déficit fiscal y los gastos del Estado no tienen freno; se incrementa la deuda pública a niveles insostenibles; el desbarajuste en el sistema de salud es cada vez más evidente; la impunidad permite el desborde de la delincuencia que tiene atemorizada a la población; y así en todos los campos. ¿Cuál es su propósito? Declarar inviable el manejo del Estado por las vías normales para decretar un estado de emergencia, suspender las elecciones y perpetuar su mandato como salvador del país.

Como plan B, se prepara para el caso de que no puedan ser aplazadas las elecciones, y por ello los entes oficiales han dedicado sus recursos a la creación de abultadas “nóminas paralelas” mediante la vinculación de vagos que pasan a devengar honorarios sin trabajar para dedicarse a las labores que la campaña de la izquierda les asigne. Se habla de cerca de 500.000 contratados hasta ahora y que la cifra llegará a 900.000 en diciembre del presente año. Se paralizan obras de infraestructura y se restringen servicios a la comunidad, mientras grandes partidas presupuestales permanecen sin ser ejecutadas a la espera de derramar ríos de dinero en época electoral para asegurar el triunfo en las urnas.

Está claro que Petro no anda solo. Por el contrario, cuenta con el apoyo de guerrillas, narcotraficantes, criminales sin Dios y sin ley, gamonales del “santismo”, contratistas del Estado, a los cuales hay que sumar el descomunal aporte financiero del Estado que ningún candidato estaría en condiciones de superar.

No obstante, las dantescas coyunturas que detallamos quedan algunos motivos de esperanza por los cuales debemos luchar hasta el final:

1.- Démosle un nuevo impulso al juicio por indignidad que, en contra de Petro, se adelanta en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de representantes. No olvidemos que es el único instrumento que la democracia otorga a los ciudadanos para separar del cargo al presidente.

2.- Pongámonos en serio a conformar un gran “Frente Patriótico” con todos los que rechazan al régimen. Abandonemos el egoísmo y coloquemos los intereses de la patria por encima de nuestros propias opiniones o simpatías.

3.- Este “Frente Patriótico” debe unirse alrededor de un programa básico para reconstruir a Colombia y un candidato que comulgue íntegramente con el postulado de salvar a Colombia y ofrezca garantías de poder conseguirlo. No tenemos tiempo para improvisar en esta materia.

4.- Respaldar la acción militar de Donald Trump contra el narcoterrorismo, incluyendo a quienes impulsan el sucio negocio en Colombia.

Tampoco estamos solos. Dios Nuestro Señor y la Santísima Virgen nos dan su apoyo. No creo que nadie pueda derrotarnos con su poder de nuestro lado.