José Alvear Sanín
* A pesar de saberse que era
guerrillero, carcelero de secuestrados, encostalador de fajos de billetes,
desenfrenado mitómano e ineptísimo alcalde, tomó posesión como presidente, y
todo el mundo dijo:
—¡Qué le vamos a hacer! ¡Es que él es
así!
* En vez de trabajar, diariamente expele
un torrente de dislates verbales y escribe, sin la menor ortografía, un sartal
de trinos destemplados, todos ellos para ordenar la destrucción de las empresas
productivas del Estado y de los servicios esenciales, y todo el mundo dice:
—¡Qué le vamos a hacer! ¡Es que él es
así!
Cuando no está volando por la galaxia,
despilfarrando inmensas sumas para satisfacción de su aeronáutica y
exhibicionista compulsión, lo hace en tierra, para atraer con refajo, tamales y
música, a desparchados sin nada mejor que hacer que ir a escuchar una de sus
despelucadas diatribas, y entonces todo el mundo dice:
—¡Qué le vamos a hacer! ¡Es que él es
así!
Si con viáticos oficiales camina en otro
país, cogido de la mano con un travesti, o se dedica a indoctrinar en marxismo
a los prostitutos del Bois de Boulogne, todo el mundo dice:
—¡Qué le vamos a hacer! ¡Es que él es
así!
Si llena la nómina del Estado con
prontuariados, chanchulleros, analfabetas, desviados y maleantes, o se exhibe
en la tarima con ellos, todo el mundo dice:
—¡Qué le vamos a hacer! ¡Es que él es
así!
Cuando los síntomas de alcoholismo,
drogodependencia y lunatismo son cada día menos ocultables, todo el mundo dice:
—¡Qué le vamos a hacer! ¡Es
que él es así!
No vale la pena seguir con interminable ritornello, para concluir que el país se ha acostumbrado a tolerar la más obscena indignidad, el apogeo de la corrupción, la desaparición del orden público y la abolición de la racionalidad económica y administrativa, porque el mandatario es así... ¡Y qué le vamos a hacer!
Por su parte, quienes podrían salvar al país de esta interminable pesadilla Congreso, altas cortes, jefes políticos, medios masivos, gremios, fuerzas armadas etcétera, callan frente a todos los escándalos, desfalcos y abusos... ¡porque él es así...!
Ahora, con su inclusión, con
el máximo y merecido puntaje en la Lista Clinton, temo que todos digan:
—¡Qué
le vamos a hacer! ¡él es así!... ¡y que siga, como si nada, en el poder,
avanzando hacia la constituyente y el autogolpe!
***
¡Si
la consulta del Pacto Histórico costó $ 200 000 000 000, cada voto nos costó
$
72 780!
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