viernes, 10 de octubre de 2025

Educar por refracción

José Leonardo Rincón, S. J.
José Leonardo Rincón, S. J.

Coincidió mi visita a Cali con un evento académico que organizó el colegio Berchmans con ocasión de los 30 años de ACODESI: invitó al jesuita filipino Johnny Go para hablar de educación por refracción inspirado en el planteamiento práctico de la pedagogía ignaciana.

En un contexto global donde los cambios son exponenciales, hay que ir igualmente rápido para responder de la mejor manera con nuestra propuesta. Recordamos históricamente que los primeros jesuitas que se lanzaron a la aventura de educar “fueron al supermercado” de las mejores propuestas pedagógicas de su tiempo para buscar, igualmente, los mejores “ingredientes”. Con ello querían innovar, reinterpretar y reinventar con el ánimo de ofrecer una educación de calidad que pudiera influir en los diversos contextos con personas abiertas a la transformación y el desarrollo.

En el caso que nos ocupa, la educación por refracción hace caer en cuenta que el acto educativo no consiste en que los estudiantes repitan como loros lo que les enseña el profesor (aprendizaje centrado en el profesor) y de cara a un examen que revisa si se repite fielmente lo que el profesor dijo, sino que pretende que se aprenda por cada uno, de manera contextualizada y personalizada, donde el estudiante es el centro, y desde la experiencia aprende a punta de ensayo y error, en interacción estrecha de profesor-estudiante buscando pensamiento reflexivo, crítico, auténtico.

Nuestra marca de identidad es fuerte, es verdad, pero nos podemos dormir en los laureles. Tampoco basta con emplear verbalmente ciertas expresiones que nos caracterizan como si por sí solas fueran suficientes. Lo importante es la acción, esto es, lo que se logra efectivamente como impacto en el aula y también fuera de ella.

El planteamiento práctico de la pedagogía ignaciana comprende cinco momentos dinámicos, interrelacionados, que no compartimentos estancos: partir de un contexto relevante; propiciar experiencias holísticas; ejercitar una reflexión significativa que lleve a una acción aplicable, después de la cual concluye con una evaluación formativa.

Simultáneamente, la tríada de relaciones claves: estudiante – profesor - mundo, muestra que la relación profesor - estudiante está marcada por la empatía y el empoderamiento. La relación profesor - mundo por la competencia y el entusiasmo, esto es, un conocimiento que se enseña de manera atractiva. La relación estudiante - mundo por la implicación y la excelencia que es la más importante dado que marca la diferencia y es la que, finalmente, sirve para la vida.

No faltó la consideración sobre la incursión de la inteligencia artificial en el ámbito educativo, para decir que cada día muestra cambios y también muchos avances. No hay que tenerle miedo, pero tampoco darle todo el protagonismo renunciando al control de la mente sobre la misma, lo cual significaría, ni más ni menos, que la involución humana. Muy interesante y cuestionador.

En síntesis, la educación por refracción busca que nuestros estudiantes sean auténticos, esto es, piensen por sí mismos, construyan conocimiento, hablen por sí mismos, actúen por sí mismos. O sea, no es formación de clones en serie como muchos quisieran, dado que todos somos únicos, irrepetibles y se pretende formar para la pluralidad, rasgo esencial de nuestro ser humanos. Hasta aquí, me iba alargando.