miércoles, 20 de agosto de 2025

¿Moderado optimismo?... ¡Sí... pero en máxima alerta!

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

Todo, en la política colombiana, está en modo condicional:

* Si Petro desiste del autogolpe y la reelección (¿por enfermedad?, ¿por súbita conversión al orden constitucional?, ¿por órdenes del Politburó para que su desequilibrio mental no queme la revolución en la boca del horno?)

* Si hay elecciones libres, escrutinio limpio y respeto por los resultados...

* Si las fuerzas democráticas se unen en torno a un gran candidato, capaz de ganar las elecciones...

* Si se presenta un programa de verdadera reconstrucción nacional

* Si el orden público no se deteriora más

* Si será posible sufragar libremente en los centenares de municipios sometidos a las guerrillas y otras milicias narcopetristas

* Si no ocurren más magnicidios

* Si Maduro cae

Desde luego, hay moderados motivos para el optimismo:

* Por el sobrecogedor repudio del pueblo, manifestado multitudinariamente, con ocasión del asesinato de Miguel y el rechazo del juicio político estalinista contra el expresidente Uribe

* Por la debilidad del Pacto Histórico ocasionada por el desgobierno, la crisis de la salud, el retroceso de la economía, la inseguridad absoluta y la creciente e inocultable corrupción del régimen

* Por la liberación electoral del pueblo boliviano

* Por la posible caída de Maduro

* Por el amargo sabor que deja el socialismo destructor, representado en candidatos prontuariados, ineptos, depravados y exhibicionistas como su jefe...

Si en medio de este clima surge esa candidatura única, nacional e inspiradora, que el pueblo anhela, el triunfo electoral es posible

Pero si los comunistas, desesperados viendo un continente que se les escapa de las manos, hacen lo único que saben: mentir, tergiversar, matar, violar la ley, incendiar, destruir, robar, es posible que se queden en el poder, gústenos o no.

Por eso, no estamos en el momento de esperar con sincero pero ingenuo optimismo que todo saldrá bien y que falta ya muy poquito.

De manera que ahora, más que nunca, hay que prepararse diariamente para luchar, vivir y triunfar. Ese es un propósito exigente, que requiere dejar de lado los juegos políticos de salón y la estrategia de relumbrón mediático, que paraliza la acción eficaz.

La serpiente está viva. Acaba de asesinar a Miguel y de encarcelar al expresidente Uribe.

¿Hasta cuándo seguirá el país tolerando el espectáculo fétido, grotesco y lunático del poder, en lugar de exigir grandeza y eficacia a los dirigentes democráticos? Es verdad que hasta ahora han sido poca cosa, pero si no se sacuden y actúan patriótica, desinteresada y heroicamente, podríamos quedarnos con el optimismo, y el narco-castrismo, con el poder.

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Cuando Disraeli designó a Lord Salisbury para dirigir el Foreign Office, Gladstone dijo “No se sabía de nada comparable desde cuando Calígula nombró cónsul a su caballo Incitatus”. Pues bien, si nuestro Calígula tuviese un estable entero en lugar de su actual gabinete, estaríamos mejor...

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No falta poco: cada día con Petro equivale a una semana de agonía.