jueves, 10 de julio de 2025

Blanco y negro

Fredy Angarita
Fredy Angarita
(1) El Colombiano, jueves 10 de julio de 2025

En estos días me topé con un titular que no me atrapó por las palabras, sino por el color de la imagen que lo acompañaba: blanco y negro.

Ese contraste me llevó, de inmediato, a otros tiempos. A los años en que los periódicos nacionales abrían con fotos sin color, como si la tinta también llorara. Un blanco y negro que, más allá de lo estético, parecía gritar: ¡esto duele!

Por razones económicas, durante décadas las imágenes a color eran un lujo. Solo hasta mediados de los 80 comenzaron a aparecer con mayor frecuencia en los medios colombianos. De hecho, el primer periódico en imprimir un titular a color fue antioqueño: El Colombiano, en 1976.

(2) Ver en: https://n9.cl/c3vt7
Sin embargo, a mi memoria siguen llegando los titulares de los 80 y 90 en blanco y negro, No por nostalgia, sino por el eco de una violencia que parecía no tener final.
Ese mismo eco me llevó a recordar una de las series artísticas más impactantes que he visto:

“Los desastres de la guerra”, de Francisco de Goya: entre 1810 y 1820, Goya produjo 82 grabados en blanco y negro que retratan la brutalidad de la Guerra de la Independencia española.[1]

Piezas que no se publicaron en vida, quizás por miedo a la censura, pero también –sospecho– por la imposibilidad de embellecer lo que no tiene perdón. En ellos no hay héroes, no hay gloria. Solo cuerpos caídos, rostros vacíos y escenas que aún parecen titulares de nuestro presente.


(3) "Lo mismo": dos cadáveres colgados de un árbol. Goya subraya que en la guerra todos sufren igual, sin importar el bando.


(4) "Esto es peor": un cuerpo mutilado, empalado sobre un árbol. Se ha comparado con figuras del martirio cristiano o incluso con el arte clásico... pero aquí convertido en atrocidad sin redención.




(5) "Y no hay remedio": un prisionero con los ojos vendados a punto de ser fusilado. Una de las imágenes más directas y terribles de la serie.

Se dice que Goya eligió el blanco y negro no solo por técnica, sino por ética: para eliminar adornos, para dejar que la imagen golpee directo al estómago, sin el filtro emocional del color.[2]

Durante mucho tiempo creí que el blanco y negro era sinónimo de tristeza, de dolor, de pérdida. Después de conocer la obra de Goya, esa creencia no solo se reforzó… se volvió convicción.

Hoy, con toda la tecnología disponible, con costos reducidos y capacidad para imprimir en alta resolución, me pregunto por qué regresan los medios a titulares en blanco y negro. ¿Será respeto?, ¿será un recurso dramático?, ¿una estrategia para hacer que la noticia golpee más fuerte? Sea como sea, me deja inquieto.

No quiero un país donde ese color vuelva a ser paisaje, ya que no ofrece la crudeza que ofrece el color de la sangre. Donde la violencia se imprima en tonos apagados como si eso la hiciera más digerible. No quiero volver al blanco y negro, no porque me incomode el estilo, sino porque ya sabemos lo que significa.

Y si volvemos allí, que sea para recordar, no para repetir.





[1] https://n9.cl/sbh9b

[2] Nigel Glendinning. Libro: Goya and His Critics (Yale University Press, 1977) Glendinning analiza cómo Goya “renuncia al color para centrarse en la línea y la mancha como formas esenciales de expresión”, lo que intensifica “la crudeza emocional y la fuerza ética del mensaje”. 

Robert Hughes. Libro: Goya (Alfred A. Knopf, 2003). Este es uno de los estudios más reconocidos y accesibles sobre Goya. Hughes describe Los desastres como una “visión sombría y sin concesiones del sufrimiento humano”, donde “la ausencia de color no es una limitación, sino una declaración moral”.