Andrés de Bedout Jaramillo
Superamos la semana, la Comisión Cuarta sacó la
ponencia de la laboral y el llamado a la huelga o paro nacional por parte del Gobierno,
dejó claramente demostrado lo siguiente:
1. Que Petro no tiene respaldo popular.
2. Que los colombianos estamos cansados de sus
llamados al odio y a la violencia.
3. Que estamos dispuestos a enfrentar a los
violentos.
4. Que las mujeres son ejemplo de valentía.
5. Que la CUT y el Gobierno quieren joder a los
colombianos.
6. Que los empresarios más humildes están
dispuestos a defender sus pequeños negocios hasta con la vida.
7. Que los derechos de las mayorías como el
derecho a la movilización, al trabajo, al estudio, a la salud, etcétera, no
pueden seguir siendo vulnerados ni superados por el derecho a la protesta de
unos pocos.
8. Que el Código Penal castiga la protesta que
viole los derechos de las mayorías.
9. Que, si la Fiscalía no inicia la
investigación de oficio de lo que sucedió en Bogotá, lo tendrá que hacer a
petición de parte.
10. Que Colombia hoy no tiene presidente, pero
tiene alcaldes y gobernadores.
11. Que el alcalde de Bogotá, con la denuncia
penal impuesta, puso a la justicia a pensar y hacer respetar los derechos de
las mayorías que prefieren trabajar, a marchar, dañar, joder y destruir.
12. Que somos capaces de aguantar el año que
nos falta, para cambiar este Gobierno irresponsable, nefasto y diabólico.
13. Que ya se empezaron a desmarcarse los
oportunistas, conscientes del agua que los está mojando.
14. Que la mentira y el engaño no tienen cabida
en nuestro medio.
15. Que el pueblo no es bobo.
16. Que la coherencia, la decencia, la
austeridad y el trabajo deben necesariamente acompañar a un gobernante.
17. Que la reconstrucción del país será
difícil, pero posible si elegimos a alguien con experiencia probada, honestidad
probada, coherencia probada y capacidad para rodearse de los mejores, para
formar equipos de trabajo de excelencia.
17. Que cualquier error adicional, nos puede
conducir a un Venezuela.
18. Que Colombia no se puede permitir nunca más
a Petro, ni a nada que se parezca, en la Presidencia.
19. Que la separación de poderes, no solo
tenemos que cuidarla, la debemos robustecer.
20. Que el poder legislativo es de vital
importancia, tenemos que elegir a los mejores senadores y representantes.
Podríamos seguir este listado, pero lo más
importante es la dosis de optimismo que tenemos hoy los colombianos. Después de
todo lo que está pasando, es de tal magnitud, que hasta esperamos que la Comisión
de Acusaciones, juez natural del presidente Petro, arranque, ahora sí, a
ejercer sus funciones establecidas en la Constitución y la ley, adelantando los
procesos que tienen por indignidad, y de paso eviten el proceso penal que por
el delito de prevaricato por omisión que cursa en La Corte Suprema de Justicia.
El optimismo de los pequeños, medianos y
grandes empresarios, es de tal tamaño, que, a pesar de las cargas tributarias y
laborales, están empeñados en seguir adelante, para que con sus tributos
podamos reconstruir al país destruido con el accionar de Petro y sus secuaces.
Somos optimistas de la unión de la oposición,
para en lo posible configurar alianzas entre partidos y movimientos, que
permitan listas fuertes y respetables, de ciudadanos honestos y trabajadores,
que nos representen con lujo de detalles en el Senado y en la Cámara de
Representantes; el poder legislativo va a tener mucho trabajo en la
reconstrucción del país y juega un papel fundamental como contrapeso al
ejecutivo.
Somos optimistas de que ahora que arrancó
oficialmente la campaña presidencial, los candidatos opositores al Gobierno
Petro, se pongan de acuerdo en unas condiciones mínimas, para participar en la
consulta popular de marzo de 2026, que permita escoger entre todos ellos, a un
candidato único que pueda enfrentar al candidato, que, en esa misma fecha, escogerán
los continuistas del desastre del frente amplio de la Colombia Humana y sus
aliados.
En su mayoría, Colombia tiene hombres y mujeres
de primera categoría, empresarios y trabajadores resistentes, insistentes, que
nunca desisten, gremios fuertes que con decencia y contundencia nos representan
y defienden de gobiernos que, como el actual, está empeñado en destruirlo todo,
en dejarnos sin país, en llevarnos al nivel tiránico empobrecido y envilecido
de Venezuela.
Ánimo, de esta vamos a salir pronto, Nuestro
Señor Jesucristo no nos desampara.