martes, 13 de mayo de 2025

De cara al porvenir: ser subdesarrollados

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

A algunos les molesta que se emplee la palabra “subdesarrollo” para referirse a países “quedados” y prefieren el término “país en vías de desarrollo”, que simplemente es un eufemismo para tratar de ocultar tras la suavidad de las palabras, la realidad que se evidencia.

Un país subdesarrollado tiene un bajo nivel de vida, escasa riqueza y pocas oportunidades de desarrollo. Los países subdesarrollados suelen tener dificultades para garantizar a sus ciudadanos acceso a educación, salud, empleo y otros servicios básicos.

Los países en vías de desarrollo son en general los que no han logrado un nivel significante de industrialización relativa a sus poblaciones, y que no tienen un estándar de vida alto. Hay una fuerte correlación entre ingresos medios y un gran crecimiento de la población.

Sin embargo, habría que partir desde el principio. Se requiere ante todo que el país en mención sea un verdadero país, para lo cual hoy en día se requiere que adquiera la dimensión y la conciencia de ser Nación a partir de la existencia de un Estado que administre el territorio, a la población y ejerza el poder a través de un Gobierno legítimo, que garantice la paz y el respeto por la vida y bienes de los ciudadanos. Dejémoslo ahí.

Así mismo, una vez teniendo presencia sobre el territorio, establecer las vías y los múltiples medios de comunicación y de transporte necesarios para su integración con los diferentes centros de poder, creando una verdadera red de nodos grandes y pequeños que permitan, soporten y reflejen la actividad de los humanos.

Bajo esta perspectiva, existen indicadores que nos dejan a la vera del camino y nos ubican como subdesarrollados: el primero, kilómetros carretera por habitante y el segundo, kilómetros de ferrocarriles por habitante.

No nos referiremos al tema de las carreteras, pues entonces aparecerán los justificadores de turno que nos recordarán que tenemos un territorio muy quebrado al cual ingresa una Cordillera, la de los Andes, que se trifurca en el llamado Gran Macizo Colombiano al Sur del país.

Retomando aquel principio de que datos matan relatos y justificaciones, veamos lo siguiente:

Mientras nosotros nos mantenemos peleando entre nosotros desde los albores de la Independencia, en Estados Unidos, por ejemplo, se construyó el primer ferrocarril en 1827. Para 1840 ya existían 4.300 kilómetros de líneas férreas, para 1860 48.000 kilómetros de líneas y para 1870 se llegaría a 120.000 kilómetros de vías. Hoy Estados Unidos tiene una red férrea de 295.000 kilómetros. 

Para el caso de Inglaterra, para 1840 tenía 2.140 kilómetros de líneas férreas, pasando en 1850 a 10.655 kilómetros y hoy a 15.850 kilómetros de líneas férreas.

Para Francia, los datos son los siguientes: Para 1850 tenían 3.200 kilómetros de líneas férreas, pasando en 1870 a 22.500 kilómetros y llegando al hoy a 29.275 kilómetros.

Algunos dicen que la pobreza y el subdesarrollo son asuntos culturales, con lo cual estoy en mucho de acuerdo.

Hay que pensar en grande, no temerle a nada, ser ambiciosos y prudentes al mismo tiempo y tener disciplina y una férrea voluntad para hacer que las ideas se conviertan en proyectos y estos en obras de utilidad para todos.

En 1840, mientras nosotros peleábamos entre nosotros y rezábamos, el canadiense Samuel Cunard navegó su primer Barco de Vapor –el Britannia–, de Liverpool a Nueva Escocia, siendo este el primer viaje transatlántico en 12 días.

En 1851 se instaló una línea telegráfica submarina entre Gran Bretaña y Francia y en 1858 se dispuso un cable telefónico a través del Atlántico entre Estados Unidos y Gran Bretaña con una longitud de 3.200 kilómetros.

Para 1865 un mensaje entre Londres y Bombay tardaba 35 minutos.

Y así seguiría una innumerable cantidad de ejemplos que nos dejan ver como lo que somos: un pais subdesarrollado de mente pequeña y voluntad de pajarito enfermo, con una clase dirigente de baja categoría.

Ante el nuevo invierno, se volvió a desbordar La Mojana, y pronto habrá catástrofes alrededor del Canal del Dique, y todo seguirá pasando para que no pase nada.

Llegan las carreteras 4G con 60 años de atraso o más.

Teníamos mejores ferrocarriles y navegación por el Río Magdalena hace 70 años.

Como expone Juan Camilo Rincón en su libro “Ser colombiano es un acto de fe”. Historias de Jorge Luis Borges y Colombia.

En verdad, razón tiene Borges…

Por su parte García Márquez sostenía que: “Colombia, sobre muchos otros países, tiene una ventaja: si tú le quitas lo malo queda un gran país. A la inmensa mayoría de los países de este mundo tú le quitas lo malo y no queda nada”.

De igual manera decía que: “En Colombia, en una semana puede pasar de todo, pero si te vas diez años, todo sigue igual".

Premonitoria y cruda la caricatura de Mil publicada en El Tiempo del 6 de mayo donde expresa: “En caso de una eventual desmovilización del frente 33 de las disidencias… ¿Podrían aparecer unas disidencias de las disidencias?”