Luis Alfonso García Carmona
Mientras escribo
estas líneas, algunos compatriotas se someten al diario “lavado de cerebros”
a través de los medios convencionales y virtuales; otros se muestran perplejos
ante el avance de la violencia en 12 zonas del territorio nacional que se
encuentran bajo la influencia de gravísimas situaciones de inseguridad; y
otros, en el colmo del desconcierto y la confusión, continúan a la espera de
que aparezca alguien que nos salve de esta hecatombe, como en la famosa serie
de “El Chapulín Colorado”.
Por supuesto, en
coyunturas de tanta incertidumbre los ganadores siempre son los mismos: el
régimen que crea, a través de sus millonarias erogaciones en los sistemas
digitales, múltiples formas para distraer a la opinión de los asuntos cruciales,
y sus aliados, los corruptos dirigentes que contribuyeron a la caída del poder
en las garras de la izquierda radical y violenta que ahora padecemos.
Cabe entonces
despertar a la realidad y formular sin tapujos los siguientes
interrogantes:
¿Vamos a seguir
hablando de “paz total” con 55.000 desplazados y 19.000 afectados con la
violencia en Catatumbo y Chocó?
¿No es esta una
consecuencia directa del desbarajuste al que está sometiendo Petro a las
Fuerzas Militares?
¿No es traición a
la Patria permitir la invasión por parte de un ejército binacional como
el ELN que funge en Venezuela como el apoyo del régimen de Maduro?
¿Por qué no se le
permite a las Fuerzas Militares y de Policía cumplir con su finalidad
primordial cual es restablecer el orden constitucional, como lo establecen
los artículos 217 y 218 de la Constitución?
¿Por qué se atenta
desde el Gobierno contra la jerarquía, la antigüedad y la precedencia de los
generales con la designación de un ministro de Defensa de menor antigüedad?
¿Por qué permanecen
inmóviles los empresarios ante la destrucción del sistema económico en lugar de
financiar un eficaz equipo de comunicación digital para defender al país
de los daños que le causa la dictadura?
¿Cuál es la razón
para que la administración Duque haya permitido la toma guerrillera de
las ciudades, la paralización del transporte, el bloqueo de la
economía y la destrucción de la infraestructura urbana sin aplicar
la conmoción interna y ejercer la autoridad del Estado?
¿Por qué omitieron
los gobiernos de Santos y Duque adoptar las medidas para evitar la toma del
poder por la extrema izquierda, anunciada con anticipación por el Foro de
Sao Paulo, mediante el fraude, la compra de votos y la coacción armada?
¿Por qué el
gobierno de Duque, las autoridades electorales y judiciales y los organismos de
control se pusieron de acuerdo para legalizar unas elecciones espurias,
sin permitir el reconteo de votos ni la repetición de elecciones en sitios
donde se denunciaron gravísimas anomalías?
¿Por qué la
totalidad de los dirigentes políticos que cuentan con bancadas en el Congreso apoyan
la continuidad de Petro y se han abstenido de apoyar el juicio político
para separarlo del cargo por fraude en las elecciones?
¿Cómo vamos a ganar
la lucha contra el narcotráfico y la violencia guerrillera si están apoyados
por el Gobierno y cuentan con la temerosa actitud de los políticos, los
empresarios, los militares y los jueces para defender la seguridad de los
colombianos y la libertad de la Nación?
¿Por qué, en lugar
de defenderse cada uno a su manera de las retaliaciones del régimen, no nos
unimos todos en un solo plan de lucha por nuestros principios cristianos y
democráticos y por la reconstrucción de un país que está siendo destruido
en todos sus aspectos?
Si sabemos lo que
hay que hacer ¿por qué no lo hacemos ya? ¿Qué más tenemos que esperar?