Luis Alfonso García Carmona
Un aire fresco
empieza a recorrer los escenarios donde se ha alcanzado a filtrar la aparición
de un nuevo candidato a la Presidencia, diferente a todos que, al parecer,
colma las aspiraciones de las grandes mayorías del electorado.
Se trata del
ingeniero y empresario antioqueño Santiago Botero Jaramillo. Su nombre es
prácticamente desconocido pues se ha movido en sus escasos 50 años en el medio
empresarial, especialmente en el sector financiero, apartado de la actividad
política.
En forma pausada y
coloquial ha explicado que, después de un exitoso recorrido en el mundo
empresarial sintió que su deber como ciudadano y como creyente en el mensaje
evangélico lo ha llamado para ser el “vehículo” por medio del que
Dios “haga milagros”. (W Radio, 09/10/2024)
Quiere aportar a
sus compatriotas sus conocimientos como líder empresarial, su experiencia en la
dirección y formación de personal, y, además, sus propios recursos económicos. Recordó que
como empresarios siempre ha sido “generador de riqueza”, por lo que afirmó que
usará sus talentos para mejor la calidad de vida de los colombianos.
Cree firmemente en
la defensa de la propiedad privada y en la libre empresa, en el Estado de derecho
y el respeto a la democracia, en la garantía de la vida y la seguridad para los
colombianos, en el desarrollo económico como medio para la creación de empleo y
para desterrar la miseria. Rebajará impuestos y el IVA para fomentar la
generación de empleos y mejorar las condiciones de vida de la población.
No dudamos en
colocar nuestras esperanzas en esta promisoria opción por las siguientes
razones:
1. Enfrentamos una
batalla cultural para restaurar los valores y principios tutelares que el
régimen actual nos quiere arrebatar. Para esa batalla se requiere un líder con
carácter, con sólidas creencias, capaz de enfrentar con éxito no sólo a la
extrema izquierda, estructurada para instigar a la lucha de clases y destruir
el capitalismo, sino, también, a las vetustas dirigencias corruptas, escudadas
en una pacata democracia para seguir lucrándose del Estado en perjuicio del
pueblo.
2. Ante el avance
de la criminalidad, la inseguridad, la impunidad y la tolerancia con el
narcotráfico, necesitamos un cambio de orientación en el Gobierno que persiga
efectivamente las actividades ilícitas y restablezca la tranquilidad en campos
y ciudades. Es lo que nos augura Santiago Botero con su equipo: “El que
no cumpla la ley se irá a la cárcel o pasará a mejor vida, se acaban ellos (los
criminales) o yo”.
3. No podemos
continuar en barrena hacia la recesión con medidas como las de prohibir la
explotación de petróleo, gastar a manos llenas con un presupuesto
desfinanciado, desbaratar el sistema de salud, colocar en peligro la
estabilidad energética y otras iniciativas sin sentido. Ahí es donde Santiago
Botero con su equipo seleccionado con un elevado perfil y no por su fanatismo
ideológico, puede enderezar el rumbo económico del país.
4. La corrupción,
el desgreño administrativo, los gastos exorbitantes, los proyectos sin
viabilidad generan un déficit fiscal que el camarada presidente pretende
enjugar con más reformas tributarias serán cosa del pasado con Botero, quien
practicará en su gobierno algo que nos hace falta. La transparencia. Todos
conoceremos con anticipación los nombres del equipo de lujo que le acompañará
en el Gobierno.
5. Financiará la
mayor parte de su campaña con recursos propios para así no depender de nadie. “No le
voy a vender el alma a nadie, quiero que esto sea muy transparente y nunca
vamos a estar en la situación en la que está el presidente (Petro)”, afirmó.
6. La vieja
aspiración de la unidad se podrá cumplir con este candidato que quiere recibir
a todo aquel que de buena fe quiera trabajar por Colombia, sin ninguna clase de
vetos por razón de su procedencia ideológica. Solamente quienes estén al margen
de la ley, es decir, los malos, no tienen cabida en su proyecto: “Hoy en día
no es la izquierda contra la derecha, quiero que menos colombianos se quieran
ir del país”, dijo.
7. Y, agregaría una
razón más para darle la oportunidad a este destacado líder: ha llegado para
Colombia, después de haber tocado fondo, el momento de salir de este abismo y
empezar a trabajar para convertirnos en una gran potencia. Se lo debemos a
nuestros compatriotas y a las futuras generaciones. Nadie mejor que un gerente
idóneo para generar riqueza, independiente de los viejos vicios políticos, con
un carácter a toda prueba y una sólida formación en valores espirituales para
sacar este proyecto adelante. Yo ya estoy en este bus de la unidad. Y tú
¿cuándo nos acompañarás?