jueves, 26 de septiembre de 2024

La capacidad de aguante, la salvación

Andrés de Bedout Jaramillo
Andrés de Bedout Jaramillo

Es increíble como todos los sectores de la economía siguen activos, trabajando para sobrevivir en este caos de país al que nos ha llevado el Gobierno actual.

Definitivamente, el sector privado es mucho más grande que el Estado y tiene una dinámica y un aguante, que ha salido a relucir con mayor fuerza en este último año, enfrentando una arremetida permanente del Gobierno nacional, dispuesto a exterminarlo, pero no va a poder, su incapacidad y torpeza se lo impiden.

Todas las semanas vemos congresos de los diferentes gremios analizando la situación del país y buscándole la comba al palo, como decimos, para lograr supervivencia, mientras pasa esta trágica larga noche.

Los diferentes sectores económicos son tan persistentes y valientes, que permanentemente están haciendo ferias para promover sus bienes y servicios, muy a pesar de los constantes desaires e insultos que reciben directamente del presidente y de todos los proyectos de ley, decretos y resoluciones que expiden para atacarlo, porque solo está pensando en cómo destruirlo todo y aumentar cada día el enfrentamiento entre los colombianos.

Cuando el Gobierno se ufana del crecimiento en el agro y en el turismo, que realmente es muchísimo menos de lo que dice el DANE, olvida que se debe al esfuerzo del sector privado que por años viene luchándole a esos renglones de la economía, nada aporta el Gobierno nacional, donde sus cacareados programas, desafortunadamente no han salido adelante por su incapacidad de planeación y ejecución.

Recientemente vimos en la feria de Cotelco, en Medellín, a los pequeños empresarios de la hotelería, de los rincones más apartados de Colombia, buscando darse a conocer y vender ocupación, dentro de un panorama enrarecido por la inseguridad en las carreteras, altos costos de combustibles, tiquetes e impuestos, frente al dilema de operar o no, en el marco de la informalidad.

La capacidad de aguante se empieza a ver afectada por las posibilidades de racionamientos en los servicios públicos; no puede ser que el Gobierno nacional siga reteniendo lo recaudado por las contribuciones que pagan los estratos 4, 5 y 6, para subsidiar a los estratos 1, 2 y 3, creo yo con todo respeto, jugándole a que las empresas pueden subsistir o mejor ser sostenibles sin estas contribuciones, que además están afectando la operación, los proyectos de expansión y el mantenimiento de redes.

Ni hablar de lo que está sucediendo en Ecopetrol, donde establecieron como objetivo, disminuir sustancialmente la exploración y la explotación de petróleo y gas; ya hay desabastecimiento de gas vehicular y en un futuro próximo como que tampoco tendremos el gas domiciliario suficiente para los hogares, restaurantes e industrias.

El solo hecho de haber llevado la acción de Ecopetrol, de $5.000 a $1.850, muestra claramente el grado de destrucción de valor, al que se ha propuesto el presidente. Téngase en cuenta que Ecopetrol es la principal empresa del país y el activo más importante del Estado, donde además del estrangulamiento a sus inversiones en el desarrollo del objeto social, le impuso obligaciones tributarias, que la ponen en serias dificultades, como al resto del sector.

Ni hablar de la gran caída en el recaudo de impuestos, más del 30%, entre menos vendan y produzcan las empresas y negocios del sector formal, menos va a ser el recaudo, como consecuencia lógica; igualmente se empieza a reflejar el incremento acelerado de la informalidad y del contrabando, que además de incidir en el recaudo de impuestos, lo que golpea fuertemente los temas de la salud y las pensiones.

No han sido pocos los expertos que vienen advirtiendo un no muy lejano racionamiento eléctrico, que hoy, más que nunca, requiere unidad de esfuerzos y criterios, entre el Gobierno nacional y el sector privado, para superar todos los impases detectados en los congresos de los generadores, los transportadores, los prestadores del servicio, además de los industriales, comerciantes, agricultores, etc., quienes con mucha preocupación, han venido desde hace rato advirtiendo esta amenaza, para el futuro muy próximo del país.

El sector privado tiene retos inmensos para lograr su sostenibilidad, nadando contra la corriente, haciendo gala de su resistencia y capacidad de aguante, en épocas de un Gobierno nacional totalmente en su contra, que en su actitud contradictoria pregona un acuerdo nacional, que no quiere ni poquito, por ser su objetivo, la destrucción de todo lo construido.

Y el problema es el presidente, varios ministros tratan de buscar acuerdos, de ayudar en la necesaria unidad nacional, pero el presidente bombardea cualquier avance que se logre.

Guardamos la esperanza de que la comisión de investigaciones y acusaciones de la Cámara de Representantes cumpla con su deber y por el bien de la democracia, y se dé trámite en el Congreso de la República, al cumplimiento del artículo 109 de la Constitución Nacional.

De no ser así, que respondan por omisión en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones.

Gracias a Dios, por dotarnos de un sector privado, que la está dando toda por el país.