martes, 24 de septiembre de 2024

El trabajo, proyecto vital

Hernán Saldarriaga Agudelo
Hernán Saldarriaga Agudelo

¿Único medio para solucionar los problemas de subsistencia?

En el año de 1990, con motivo de la celebración de los 30 años de la Facultad de Ingeniería Administrativa, donde dictábamos cátedra relacionada con Administración Centrada en Valores, se publicó una edición especial de la revista Dyna de la Facultad Nacional de Minas de Medellín.

Allí, en un artículo nuestro titulado “El recurso humano, ¿Lo más importante?”, esbozábamos cinco tendencias sobre una nueva dimensión humana del trabajo. En la tendencia 1 decíamos que “El hombre mirará su trabajo como una parte importante de su proyecto vital, pero no la única importante. Para el hombre lo más importante será vivir, disfrutar de su vida, para ello buscará reducir los largos períodos de trabajo, incrementar su ingreso u obtener formas asociadas que satisfagan sus necesidades básicas. No se observa a cercano plazo que la humanidad descubra un sistema diferente al actual para poder solucionar sus problemas de subsistencia”.

Esta mirada retrospectiva que estamos haciendo nos permite confirmar que, por un lado, el hombre continúa viendo su trabajo como una parte importante de su proyecto de vida y, por otro, que la humanidad no ha encontrado aún otro sistema para solucionar los problemas de subsistencia humana de manera digna que la del ejercicio del trabajo.

Han cambiado aspectos circunstanciales a la vida en el trabajo, como el concepto de redarquía en vez del de jerarquía; el mayor respeto por la dignidad de la persona que trabaja, quizás no por convicción, sino, también, por conveniencia para la productividad, observables, tales cambios, en los ambientes de trabajo mejorados; en el sistema de impartir las órdenes; en la apertura a las sugerencias de los orientados en las decisiones de sus orientadores, y, fundamentalmente, en el reconocimiento que el administrador o el empresario, viene haciendo de sí mismo, como persona humana digna.

También se ha incrementado una circunstancia yuxtapuesta a solucionar los problemas de subsistencia humana con dignidad, con el aumento del número de los Estados que buscan mayor dependencia de sus ciudadanos a través de los subsidios insuficientes, indignantes, denigrantes y creadores de infame sometimiento, bajo la pretendida y publicitada disminución de la pobreza, y vemos, entonces que gran número de los ciudadanos así tratados ya no se sienten estimulados a buscar un empleo digno, porque prefieren el mendrugo recibido, al reto de conseguir el pan con el propio esfuerzo. El único esfuerzo que tienen que hacer es tender la mano para recibir o tender la mano para votar.

Si queremos, entonces, que estos vicios de Estado desaparezcan y que cumplan con su deber de proteger a los ciudadanos verdaderamente necesitados con sus programas asistenciales, pero respetuosos de su dignidad; si queremos que nuestras empresas sigan siendo creadoras de riqueza para todos, para los dueños, para los trabajadores, para el país; si queremos unos ciudadanos con conciencia de su propia dignidad de persona trabajadora, entonces tenemos que redoblar esfuerzos por hacer que sean propicias las circunstancias para un trabajo decoroso, de importancia vital, y capaz de solventar la subsistencia humana.