lunes, 16 de septiembre de 2024

De cara al porvenir: crece la congestión en las vías

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

Con la aparición de las ciudades es obvio que surgieran fenómenos y problemáticas propias de la concentración y aglomeración humanas y una consecuente demanda creciente de bienes y servicios.

Hoy la tendencia a la concentración poblacional en urbes cada vez más grandes ha llevado al fenómeno de la aparición de las megalópolis que son un gran cuerpo integral con dinámicas propias, soluciones propias y obviamente problemáticas propias.

El tema logístico para comprender, enfrentar y tratar de mejorar y eficientar los diferentes flujos de personas, equipos de transporte y materiales entre otros varios actores por las vías de las grandes ciudades se ha convertido en todo un pandemónium.

Se habla del transporte público que debe ser mejorado y potenciado permanentemente para desmotivar el uso del transporte privado y del transporte privado que no se puede agotar pero que genera grandes exigencias para poder desenvolverse dentro de las ciudades.

Ya no se habla de tipos de transporte sino de transporte multimodal, donde la complementariedad de un tipo de transporte con otro genera grandes nodos y redes centrales y otras alimentadoras y distribuidoras, configurando una gran red de comunicaciones.

Lamentablemente estas redes se van construyendo a medida que las ciudades crecen, teniendo que someterse a restricciones propias de una ciudad que no se ha planificado desde cero, sino que la tomar fuerza y auge, comienza a evidenciar demandas de todo tipo y a exigir soluciones que deben ser suplidas sobre la marcha.

Irónicamente la construcción de nuevas vías implica obra civil y temporalmente restricciones de movilización por los sectores donde se encuentran los frentes de trabajo, lo que genera congestión adicional mientras se realizan las obras. Esto se agrava cuando ni los presupuestos ni los calendarios de las obras se cumplen.

Hoy términos como congestión, trancones o tacos se han vuelto de uso cotidiano y permanente, ya que todos nos tenemos que desplazar para cumplir o desarrollar actividades y donde el cálculo tiempo-distancia se ha vuelto cada vez más incierto.

Esta situación acarrea enormes costos en tiempo y enormes desgastes físicos y mentales para los ciudadanos.

Sin embargo, las inversiones públicas, público-privadas y privadas son cada vez más numerosas y necesarias.

En mis años universitarios y bajo la guía de extraordinarios profesores, hablábamos de la Teoría de Colas, de la Teoría de Redes, de principios como los Procesos de Markov, entre otros, todos apuntando desde los años 70 a la solución de un problema que desde ese entonces comenzaba a despuntar.

La red de semáforos de nuestra ciudad es de las más robustas y avanzadas del país, pero lamentablemente la topografía, la gran cantidad de vehículos y la incultura ciudadana, muchas veces hacen aparecer esa red como ineficiente.

Es claro que hay que hacer un monitoreo permanente de la densidad y horario de los flujos para poder tener una sincronización óptima posible de la red y dentro de la red, de sus distintos nodos.

El respetar la señalización por parte de peatones y conductores, el cambio del color verde al amarillo y luego al rojo, es el paso fundamental para poder garantizar la fluidez de los movimientos de los vehículos.

Decía Gandhi que “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. A manera de parodia, Sartre sostenía algo similar, pero refiriéndose al comportamiento de peatones y conductores en las calles y en las aceras.

Nota 1. En este momento están demoliendo el puente peatonal que cruza a la Avenida las Vegas y que sirve (en teoría) a la comunidad del Politécnico Jaime Isaza Cadavid.

Este puente peatonal tuvo una “vida inútil” de unos 20 años y brilló porque la gente no lo empleaba y prefería poner en riesgo sus vidas cruzando de manera peatonal las 2 dobles calzadas de la vía.

Suena irónico que sea una comunidad educativa quien dé muestras de tan mala educación.

Una muestra más de la incivilidad en medio de la cual sobrevivimos.

Nota 2. Parece que las vías de hecho, los bloqueos a las carreteras y el chantaje se han convertido en los caballos de batalla de quienes legítimamente hacen uso del derecho de protesta, pero que, atentando contra los principios constitucionales, afectan a todo el país.

Saturados ya con términos como “diálogo social”, “mesas de trabajo” y “mesas técnicas”, estos espacios se han convertido en lugares comunes para tener de qué conversar y de qué negociar, pero que finalmente no se saben cuáles son las conclusiones a las que se llega, sobre todo ante la incapacidad real de toma de decisiones.

Este mecanismo se le está saliendo al Gobierno de las manos, máxime cuando no tiene autoridad moral para deslegitimarlos y controlarlos.

Ya los bloqueos a las carreteras por parte de diferente tipo de actores, se está volviendo algo común, lo cual atenta contra el bienestar de todos.

Por ahí no es la cosa.

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