lunes, 2 de septiembre de 2024

Compatriotas: ¡hagamos lo que se necesita!

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

Alienados por los borbotones de mediocridades que a diario vomitan los canales oficiales, de las que hacen eco los cómplices y usufructuarios de la camarilla de Gobierno, el resto de los colombianos descuidamos la atención de las cuestiones fundamentales y caemos en la trampa de las cortinas de humo que interesan a la tiranía.

Pero a veces se producen textos de verdadero interés que no pueden ser ignorados por quienes nos duele el país y estamos más allá de los personales intereses o del afán de protagonismo. Tal es el caso de la excelente columna suscrita por el doctor Luis Guillermo Echeverri Vélez, titulada “¿Qué necesita Colombia que hagamos los colombianos?”[1], publicada en las páginas de La Linterna Azul y de Alianza Reconstrucción Colombia.

En un lenguaje conciso enumera el autor las medidas básicas que Colombia debe adoptar para superar la crisis gubernativa y el decrecimiento económico que nos tienen al borde del abismo.

Sin incurrir en inútiles y desgastadas discusiones ideológicas, propone un modelo práctico que permita la búsqueda del bien común integral con respeto de la libertad, la democracia y la justicia.

Elimina de un tajo las irracionales explicaciones originadas en el odio de clases o en anacrónicos sistemas fracasados en el mundo entero, que algunos utilizan como excusa para gobernar sin sujeción a la prudencia y la sabiduría.

No queda otra alternativa a los colombianos que apoyar ideas de esta naturaleza que buscan el bienestar de lo población, no la destrucción de lo existente.

A sabiendas de lo que conviene al país, podemos tener mejor criterio al elegir quienes nos deben representar en la gestión del Estado.

Entre las diversas opiniones sobre la solución de nuestra desastrosa coyuntura, debemos elegir aquellas que tengan la virtud de la eficiencia para producir el cambio en el poder que se requiere para implementar las mejoras que detalla el doctor Echeverri con meridiana claridad.

Si en el pasado hemos permitido que maduren dañinas prácticas opuestas a las que ahora se exponen, es el momento de unir voluntades y hacer el cambio que el país pide a gritos.

Habrá que apelar a las normas constitucionales que todavía nos permiten ilusionarnos con una patria mejor, colocándolas al servicio de la comunidad y no de unos pocos.

Bien sea por la vía del juicio por indignidad que se tramita en la Comisión de Acusaciones de la Cámara, o mediante la intervención de las Fuerzas Militares y de Policía en ejercicio de las “finalidades primordiales” que les atribuyen los arts. 217 y 218 de la Constitución, coloquemos el poder en manos de quienes quieran el bien común y la legalidad como pautas de gobierno.

Lo que debemos hacer como colombianos es sacrificado pero simple: Apoyemos lo que es bueno para el país, trabajemos unidos por el bienestar de todos y por el respeto a la auténtica democracia.

No importa que tengamos que sacrificar parte de nuestro tiempo, que nuestro rechazo sea expresado a toda hora y en todas partes.

Hagamos que Colombia sea independiente de foráneas doctrinas, y enemiga del crimen, la corrupción, la injusticia y la violencia,

Consigamos entre todos esa unidad que necesitamos para poner en práctica sabias enseñanzas como las del excelente artículo al que nos hemos referido.