Pedro Juan González Carvajal
El miedo es una emoción natural
que se caracteriza por experimentar una sensación desagradable e intensa ante
la percepción de un peligro real o imaginario.
Una fobia es un tipo de
trastorno de ansiedad. Es un temor fuerte e irracional de algo que representa
poco o ningún peligro real.
Desde pequeños hemos
convivido con los miedos propios y con los miedos que la sociedad y sus
instituciones crean como mecanismo de control.
Para
completar, la ciencia ha distinguido temores asociados a los miedos y aparecen
lo que hoy conocemos como fobias, entre las cuales destacamos:
* Zoofobia o
miedo a los animales.
* Hematofobia
o miedo a la sangre.
* Acrofobia o
miedo a las alturas.
* Aerofobia o
miedo para volar.
* Claustrofobia
o miedo a los espacios cerrados.
* Astrafobia
o miedo a las tormentas.
* Dentofobia
o miedo a las citas odontológicas.
* Brontofobia
o miedo a situaciones relacionadas con los fenómenos atmosféricos.
* Ortoptofobia
(Blatofobia) o miedo a las cucarachas.
* Necrofobia
o miedo a la muerte.
* Acuafobia o
miedo al agua.
* Ablutofobia
o miedo a ducharse.
* Acusticofobia
o miedo a los ruidos.
* Algofobia o
miedo al dolor.
* Antropofobia
o miedo a la gente.
* Xenofobia o
miedo a lo extranjero, a lo foráneo.
* Glosofobia
o miedo para hablar en público.
* Hipnofobia
o miedo para dormir.
* Pedofobia o
miedo a los niños.
* Talasofobia
o miedo al mar.
Entre otros
cientos de fobias.
Hoy por hoy,
y cada época trae su afán, existe una predisposición casi generalizada por el
culto al cuerpo, la conservación de la juventud y el miedo a envejecer.
La aparición
de la anorexia, las ganas o los deseos de prolongar o aparentar la juventud, midorexia
o gerascofobia, el temor a envejecer, nos muestran nuevas realidades y
prevenciones generacionales o transgeneracionales.
Hay que
aprender a vivir y disfrutar cada etapa de la vida, reconociéndola como la
chispa de luz que aparece momentáneamente entre dos infinitos oscuros.
***
Hablando con
un dilecto amigo, excelente profesional y experto en energía, llamaba la
atención acerca de que hoy que hablamos de racionamiento de agua, es importante
coger el toro por los cachos y dedicar esfuerzos para inventar otro tipo de
sanitario o inodoro que no utilice en el grandísimo porcentaje que hoy lo hace,
agua potable para botar la basura orgánica producida por el cuerpo humano, lo
cual es un verdadero desperdicio.
Alexander
Cummins inventó lo que hoy conocemos como sanitario por allá en 1775, y hasta
la fecha son más los cambios estéticos que las mejoras funcionales del
utilísimo aparato.
¿Cuánta
agua consume una persona al día?
El consumo de agua en los
hogares varía enormemente según el número de personas que haya en una casa y
sus necesidades personales. Estos son algunos de los datos más comunes.
* Una persona consume una
media de 136 litros por día.
* Todos los días se pierden
112 litros por propiedad, por fugas.
* Si se tiene ducha por
hidromasaje se utilizan 13 litros por minuto, mientras que con una ducha
monomando se utilizan 8 litros por minuto. Si la ducha es eléctrica se utilizan
5 litros por minuto.
* Respecto a las bañeras, el
consumo de agua por persona, en un baño completo, utiliza 80 litros.
* Con el inodoro,
5 litros por descarga mediante cisterna moderna, y serían 9 litros por descarga
para inodoros antiguos.
* En lo que respecta a la lavadora,
suelen ser 50 litros por ciclo.
* Hablando del lavavajillas,
se mueve alrededor de los 14 litros por ciclo para uno moderno. 10 litros por
ciclo en configuración ecológica.
* Lavándose las manos se
utilizan 6 litros por minuto con un grifo abierto. Unos 8 litros con un lavado
en cubeta.
* En el lavado de coche, 250
litros por uso de manguera, y 30 litros por cubeta de lavado.
* El consumo promedio mensual de
los estratos 1 a 3 de municipios cálidos y templados en Colombia se encuentra
entre 15 y 16 m3 y para municipios fríos entre 12 y 13 m3,
donde el uso del aparato sanitario puede estar alrededor del 30%.
En Colombia, que poco aportamos
en investigación, podríamos proponernos inventar una solución apropiada para el
bien del planeta.
Recordemos que las viejas ideas
tardan mucho en desaparecer. A veces las malas ideas pueden persistir durante
mucho tiempo.
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