Luis Guillermo Echeverri Vélez
Los que nos ponemos delante, hombres y caballos nos
enamoramos del toro bravo, porque con él tenemos un intercambio de amor en el
cual, en el medio de pasiones y de sentimientos y de entrega se danza con la
muerte. Y es que estar ahí en la cara del toro ya es una sensación indefinible.
Entender a un toro en medio de la lidia es algo que se va
metiendo dentro de ti, algo que te transporta a un sitio donde hay un trance en
el que se pierde el tiempo y sientes la vida diferente, aquello te va mostrando
cosas que en ninguna otra circunstancia en este mundo vas a sentir de esa manera,
en cada movimiento, en cada envestida, en sus formas, sus reflejos, su manera
de mirarte y sus instintos se va develando un misterio que, si no estás ahí,
sería indescifrable.
El temple en el toreo todo, de a pie o de acaballo, es un
intercambio de amor verdadero e infinito, es una entrega absoluta, donde el
toro te siente y va registrando todo lo que tú haces y tú sientes y a ti te va
pasando lo mismo. El temple es un trance colmado de sensaciones y sentimientos
que en el rejoneo viven en los adentros del toro, de tu caballo y tuyos.
Torear con temple es llegar al embroque con el toro, y que
tu caballo y tú, entren en ese espacio rebosado de sentimientos, que no puede
ser ni más, ni menos que lo mínimo que puede haber entre dos cuerpos, para que
de ese enamoramiento emane el duende que llamamos arte y exprese eso: lo que
siente el toro al embestir y lo que sienten el caballo y el jinete en esa
reunión llena de pasiones y de belleza que hay cuando el caballo y tú,
convertidos en un solo ser, mandan sobre esa embestida, y entonces es cuando
toda esa expresión y ese sentimiento se le mete por los ojos al corazón y a los
registros de la mente de todos los que están allí pagando para ver cómo te
juegas la vida y la de tu caballo cuando entre los tres, el toro, el caballo y
tú, enamorados de la vida, burlan la muerte que cabalga sobre la majestuosidad
y la fuerza de quien es el rey de la naturaleza en los campos y en la fiesta
brava.