Por: Andrés de Bedout Jaramillo
Los colombianos nos estamos preguntando
si la reforma a la salud afecta en algo a los congresistas de Colombia, que por
lo general nunca son afectados por las normas que expiden, siempre están cobijados por regímenes
especiales que les permite gozar de las prerrogativas que los hace diferentes,
superiores a los demás colombianos.
Tienen un jugoso
salario, muchas prestaciones sociales, tratamiento diferencial en materias
laborales, de salud y pensión, vehículos blindados, escoltas, policías con
moto, tiquetes aéreos en primera clase, unidades de trabajo legislativo, además
de la mermelada del gobierno Petro.
Me atrevo a asegurar que
los congresistas y muchos altos funcionarios del estado, tienen salud
prepagada, con el plan más súper top que existe, seguramente pagada por el
congreso, por el estado, con nuestros impuestos, como otra gabela
adicional.
Algún mecanismo nos
debemos inventar, para que los congresistas (Senadores y representantes)
padezcan lo que aprueban, por ejemplo, que solo puedan estar afiliados ellos y
sus familias al sistema que terminen aprobando en el congreso, para que les
toque sufrir lo mismo que al común de los colombianos, inclusive, se
prohíba que el congreso les dé planes especiales prepagados de salud y que
mientras sean congresistas no puedan acceder a un plan diferente del contributivo
que están aprobando. Deben quitarles expresamente la prima de salud que
entiendo les pagan. Esta sería la única forma en que de pronto estudien lo que
están aprobando y midan las consecuencias del daño que nos están causando y lo
puedan sufrir en carne propia.
Me parece súper
importante, que los congresistas cuenten públicamente, no solo el tratamiento
especial que tienen en materia de salud y las diferencias con lo que están
aprobando, para satisfacer el ánimo destructivo del pacto histórico o lo que
queda de él y que piensen que más temprano que tarde, van a regresar al mundo
de los común y corrientes, porque los vamos a castigar en las próximas
elecciones y muchos no regresarán al congreso, perdiendo las jugosas
prerrogativas que hoy tienen.
Si logramos encontrar la
forma de que los congresistas entiendan que ellos y sus familias también van a
ser perjudicados con la reforma a la salud propuesta y muy adelantada en cámara
y, además, se dé de frente al país el juicio político contra Petro y Francia,
empezaremos a respirar otro aire de esperanza.
Lo único claro es que
como vamos muy mal y esto no puede seguir así. No más Petro.
Le pedimos a nuestro
Señor Jesucristo, mucha fuerza y capacidad de aguante, en el futuro próximo
esto tiene que mejorar, si no, pailas.