lunes, 9 de octubre de 2023

Colombia: potencia de la muerte

Luis Alfonso García Carmona
Por: Luis Alfonso García Carmona

Entre las múltiples falsedades a las que nos tiene acostumbrados el infame régimen que padecemos los colombianos, nos llama la atención la multimillonaria campaña mediática que pretende identificar a Colombia como potencia de la vida, en abierta contradicción con la orientación del espurio Gobierno y con su nula gestión en defensa de la vida de los colombianos.

Ni al más desprevenido observador de la vida nacional se le escapa que el elevado índice de muertes violentas en nuestro atribulado país tiene como principales causas:

1. El terrorismo que durante más de seis décadas han perpetrado las guerrillas de extrema izquierda en contra de la población civil y la fuerza pública.

2. El cultivo y tráfico de cocaína y otros estupefacientes, generador de conflictos por el predominio territorial, ajustes de cuentas entre narcotraficantes y enfrentamientos con las autoridades, sin contar los daños a la salud de los narcodependientes.

3. La acción de bandas de criminales que, alentadas por el desmantelamiento de la fuerza pública, la impunidad galopante y la ausencia de una política de prevención y castigo al delito, han incrementado su accionar delictivo en contra de la integridad física de la población.

4. El discurso de odio de clases y de enfrentamiento y estigmatización de la camarilla gobernante contra todos aquellos que no comparten sus maléficas y destructivas doctrinas, que ha generado un aumento de asesinatos de líderes sociales, ataques a la fuerza pública, masacres y actos terroristas. Recientemente conocimos con horror cómo un grupo de partidarios del gobierno que se hacen llamar “guardias indígenas” secuestraron a varios agentes de policía y civiles y, a plena luz del día, degollaron a uno de los agentes de la autoridad, mientras el presidente se negaba a enviar auxilios a los secuestrados y uno de sus ministros calificaba el secuestro como un “cerco humanitario”.

Queda patente que el actual régimen marxista-leninista no está interesado en la defensa de la vida de sus gobernados. Por el contrario, patrocina el terrorismo y la violencia que guerrilleros y narcotraficantes practican con total impunidad, dejó de perseguir los cultivos de coca, y se ha empeñado en brindar impunidad total al crimen, justificándola con la falacia de la “paz total”, dizque para que los colombianos no nos sigamos matando. Aquí los únicos que matan son las guerrillas comunistas, los cabecillas del narcotráfico y los delincuentes que, en su calidad de aliados del régimen “mamerto”, reciben el perdón por sus fechorías y la protección del Estado, mientras el resto de la población trata de sobrevivir en uno de los países más inseguros de la tierra.

A este oscuro panorama debemos agregar el proyecto gubernamental para destruir el sistema de salud que obligará a las EPS a cerrar sus servicios, privando a los pacientes del acceso a la oportuna atención para sus enfermedades. Competiremos con el “paraíso comunista” de Venezuela en los índices de muertos por carencia de atención sanitaria.

Conformémonos con el derroche publicitario que muestra a Colombia como “potencia de la vida”, mientras pasamos a mejor vida con la ayuda de este infame régimen que, con todos los medios a su alcance, nos está convirtiendo a marcha acelerada en una potencia de la muerte.