Por: Luis Alfonso García Carmona
Ante el fracaso de
la utopía comunista, se impuso el marxismo-leninismo un drástico cambio en su
estrategia para sobrevivir.
Cambiaron el rótulo
de comunistas por progresistas, movimientos alternativos, partidos verdes, etc.
En Colombia se han hecho llamar “Polo Democrático”, aunque nunca la violación
de las prácticas democráticas haya sido óbice para buscar sus objetivos; o, “Colombia
Humana”, a pesar de que la dignidad de la persona humana brilla por su ausencia
en su funesta política.
Al tomar por asalto
el poder, mediante el monstruoso fraude denunciado por la ciudadanía
ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, todo el aparato
gubernamental ha sido puesto al servicio de la revolución comunista: desmantelamiento
de las fuerzas armadas, creación de milicias irregulares pagadas por el Estado,
debilitamiento de la empresa privada, pauperización de la población,
destrucción de la familia, impunidad para los criminales, fortalecimiento del
negocio ilícito de la cocaína, creación de organismos alternos para implantar
la revolución dentro del contexto de la negociación con el ELN, para no ir muy
lejos.
Contra esa revolución
en marcha, mantienen nuestros dirigentes políticos un culpable mutismo.
Ensimismados con las próximas elecciones regionales, sólo los desvelan sus
apetitos burocráticos y presupuestales.
Corresponde, en
consecuencia, a los ciudadanos de bien, a quienes sentimos que la patria se nos
va a pique, a quienes pensamos en el futuro de quienes nos sucedan, rescatar a
Colombia mediante un movimiento contra revolucionario que impida el
desastre definitivo.
Hagamos la contra
revolución del orden, la seguridad y el respeto a la Ley.
Hagamos la contra revolución
para defender nuestra libertad, nuestra dignidad como personas humanas y
nuestros derechos fundamentales.
Hagamos la contra revolución
para rescatar los principios que dieron vida a nuestra nación, el respeto a
la familia tradicional, el derecho a la vida desde la concepción, la protección
de nuestros bienes, el derecho a tener un trabajo digno o a formar una empresa
que contribuya a la generación de empleo.
Recibí la siguiente
pregunta de un gran amigo y, además, distinguido profesional: “¿Cómo
puedo yo participar en esta lucha para rescatar a Colombia?”.
Le respondo con el
mayor gusto: convirtámonos cada uno de nosotros en coordinador de una célula
para rescatar a Colombia, con 10 personas más, que podemos reunir dentro de
nuestros familiares, compañeros de trabajo o estudio, amigos cercanos. Estoy
seguro de que todos podemos conformar una célula tan pequeña.
Tenemos 3 años para
organizar el movimiento contra revolucionario “Colombianos al Rescate”
que recupere el poder y eche por tierra los infames proyectos de este tenebroso
régimen totalitario. Pongámonos la meta de formar 1.00.000 de células en 3
años, lo que nos arroja 333.333 por año, o sea 6.410 semanales, en todo el territorio
nacional.
Ya existen varias
organizaciones trabajando en la programación de las marchas y plantones,
recolección de apoyos al juicio político para derrocar a Petro y otras labores
puntuales, que podrán coordinar esta “contra revolución celular” que el
país reclama a gritos.
Nos asiste la
razón, pues no pretendemos nada distinto al bien común de todos los
ciudadanos. Todo el que esté en contra de la revolución comunista,
desprestigiada en el mundo, podrá participar en esta hora crucial en la que la patria
necesita de sus buenos hijos. ¿Nos acompañarás en este noble causa?