lunes, 5 de diciembre de 2022

"Sindicalismo consciente" made by paisas

Por María Cristina Isaza

Sí, así se escuche extraño, hay un sindicalismo positivo, ¡un sindicalismo pro-empresa! Es poco conocido, pero este experimento al que llamo "Sindicalismo consciente" se dio espontáneamente en este Valle de Aburrá. Aquí les cuento más o menos el rollo, de un caso de éxito, entre montañas.

Los protagonistas que nos cuentan esta maravillosa historia son, al ojo desprevenido, como el agua y el aceite:

Pedro C, expresidente sindicato: hombre tranquilo, de mirada serena. De esos que vienen a aprender y a su vez a enseñar en esta vida, "echando cantaleta" a sus compañeros y principalmente a los jóvenes para que "cojan juicio". Transmite integridad. Su señora madre le enseñó a ser honrado, trabajador y responsable, triada necesaria para vivir una vida con propósito. Esta ha sido la mejor herencia de esa madre que lo cuidaba, manteniéndolo "bajo las enaguas". Modesto, pero con profunda sabiduría.

Pedro Miguel Estrada, expresidente Compañía de Empaques, hoy, Grupo Excala: si lo tuviera que describir, en una palabra, esa sería ¡arrollador! A donde llega, se ¡nota!, llena el espacio. Tiene convicciones y voz, firmes. Concreto y práctico, toma resoluciones y no cree en palabrería.

Tienen en común: la inteligencia, la generosidad, el entendimiento pleno del papel de la empresa como constructor de tejido social. Hombres de valores y convicciones. Su nombre, Pedro, significa cimientos, fortaleza. Así, ellos han fortalecido su relación, basada en la confianza, en la que ambas partes ganan y han cimentado en Antioquia, las bases de lo que llamo “Sindicalismo consciente”.

1. Y al comienzo, todo era caos

Esta historia de éxito comienza hace 30 años con un decidido Pedro Miguel, que llega a asumir una de las vicepresidencias de Compañía de Empaques, dispuesto a transformar de fondo la situación que atravesaba la empresa: bajas ganancias, disminución de la fuerza laboral (de 1.500 a 600 empleados), un sindicato enfrentado a la empresa, desconfianza, demandas laborales e incluso, violencia física entre compañeros de trabajo. "O esta empresa crece o se cierra", pues en ese estado, resultaba más rentable y menos problemático, simplemente arrendar el lote.

2. El muro de Berlín

Sí, en Itagüí, Antioquia, había un Muro de Berlín. Era el muro que separaba el comedor de los ejecutivos de la Compañía de Empaques del comedor de los operarios. Pedro Miguel decidió, como primera medida, tumbarlo y así ejecutivos y operarios comenzaron a compartir el mismo espacio, la misma alimentación. Un pequeño acto inspirador y disruptivo que cambió por completo el ambiente de trabajo.

3. Lo impensable

Luis Germán Restrepo (QEPD), quien era el presidente del Sindicato, al ver la determinación del nuevo presidente (la decisión estaba tomada: o crecían la empresa o la cerraban) y conocer de primera mano la situación que atravesaba Compañía de Empaques (Pedro Miguel le enseñó los informes que justo acababa de presentar ante la Junta Directiva, en los que se evidenciaba la crisis), entendió la magnitud de lo que estaba en juego y se puso a la altura del reto, proponiendo lo impensable: en vez de llevar un pliego de peticiones, hizo un pliego de ofrecimientos: de acciones que se podían llevar a cabo para aliviar la carga a la compañía, como: acabar con rutas de transporte privado, que las dos primas extra no constituyeran salario, cerrar la proveeduría, etc...

4. El cambio

En la empresa se comenzó a sentir un ambiente de confianza y se incrementó el sentido de pertenencia por parte de los empleados. Entendieron que, sin empresa, no había puestos ni sindicato del cual hacer parte. ¿De qué sirve el sindicato de una empresa que se extingue?

Comenzaron a implementarse otro tipo de programas como el desayuno semanal con los operarios, reunirlos para mostrarles cómo va la empresa. Contarles todo, mostrarles cifras: por ejemplo, como que el gasto de nómina (45mil millones), es mucho mayor que los dividendos que se reparten a accionistas (8mil millones). Además, se implementó un modelo para hacer partícipe a los empleados de las utilidades, mediante bonos.

También se comenzó un programa de visitas familiares sorpresa a la planta y oficinas, en las que el trabajador les muestra a sus seres queridos la empresa, y el presidente les cuenta la labor tan importante que realiza su ser querido para la compañía. Esto les da reconocimiento.

5. Lecciones de Pedro C

Pedro es directo con sus palabras, comienza con: "Un sindicato que se dedica a hablar mal de la empresa, a recitar el discurso trasnochado, a generar un ambiente negativo, de discordia, a hacer pasquines, daños, parar la industria... no sirve. El subsidio, la gratuidad, no sirven, no creo en la igualdad, ni me gusta que la gente se quede cómoda en el sofá de víctima ¡Las cosas se ganan con trabajo! La izquierda es una mentira, tampoco le creo a las ONG, los políticos manipulan a la gente diciendo que regalan".

Mientras Pedro pronunciaba con contundencia estas palabras, yo no acababa de salir de mi asombro... un sindicalista que develaba toda la farsa...

Pedro, seguía lanzando verdades como puños: "El empresario es un Quijote en este país, son muy tesos. Lo que hay que generar es una relación de confianza. Si no vencemos la mentalidad de pobreza, no saldremos de la pobreza material. Lastimosamente el sindicalismo Latinoamericano ha hecho muy poco, por ejemplo, el Estado que más apoya a Lula, es el más pobre de Brasil, y así seguirá siendo; no hacen nada por sacar a la gente de la pobreza mental, ni material". Pedro C, tiene por objetivo cambiar la mentalidad de los jóvenes, que se responsabilicen de su familia, de su gente, que se alejen del consumo de marihuana y tusi... “dicen que no tienen plata para mercado, pero se la gastan en droga y esperando que les llegue el subsidio de 500mil y la plata que les da la abuela semanalmente. Lo único que puede cambiar el núcleo familiar es la educación: Nos vienen enseñando desde hace años el odio de clases, pero nosotros tenemos que desprendernos de esa ideología y como nos enseñaron los abuelos… el que es berraco puede, querer es poder”.

Pedro cree en la equidad, oportunidades para todos y dejaría a sus hijos el don de la gracia: Darle al que no merece. “Los jóvenes necesitan que los miren diferente, que no los señalen por lo que han sido, que les den oportunidades. No los han educado para que conozcan de principios".

La frase que más me gustó de Pedro C: "Cuando uno se casa con una ideología, pierde su propio pensar".

Hoy

Pedro Miguel volteó la pirámide al reconocer la importancia del empleado y generar cercanía.

El sindicato, se volvió una escuela: dejaron de señalar a los demás, hay un cambio de mentalidad, hay un cambio en la forma de relacionarse con la organización. Su deber es que la empresa genere riqueza y nuevas fuentes de empleo. Pudieron crecer, cuando antes solo iban a cumplir un horario, ¡hoy cumplen sueños! La empresa cuenta con 2.400 familias que comen y realizan sus sueños, gracias al empleo decente y estable. Se han afectado positivamente unas 9.000 familias aproximadamente, directa e indirectamente, también a indígenas del Cauca y campesinos en Nariño.

Hoy son una multilatina, incluso están en Tijuana, México.

Hoy hay confianza, una relación gana-gana, respeto. “Esto es responsabilidad de todos los que vivimos de la compañía”, dice Pedro C

Esto ha generado un crecimiento exponencial de la empresa, del cual todos se han beneficiado.

El principal hito, quizás por primera vez alcanzado en un acuerdo Empresa - Sindicato, es haber firmado paz laboral por un período de ¡10 años!

Pedro C, sigue viviendo en su querida comuna, hablando y dialogando con los jóvenes, para que no caigan en una vida sin sentido y en las drogas. Hace un llamado a los empresarios, para que vayan a las bases para tratar de sacar a los jóvenes de ese entorno.

Comentario Cristina Isaza: Esta no es una receta, cada empresa deberá encontrar su forma de implementar este "Sindicalismo consciente" a la medida de sus retos y momento particular que atraviese; y aunque creo que en el modelo administrativo de empresa de hoy, los sindicatos son una figura anacrónica e innecesaria (entre más libertad haya en la contratación y menos cargas innecesarias le pongamos a las empresas para que estas puedan crecer y prosperar, es mejor), celebro y quedo simplemente maravillada del caso de éxito que me enseñaron los Pedros, en el que los opuestos encontraron un propósito común que los uniera. Siempre se pueden encontrar soluciones, si buscamos el bien general y no el revanchismo. Hoy, puede ser acertado hablar de "Agremiaciones de empleados conscientes".

En memoria de Luis Germán Restrepo Maldonado: líder Sindical antioqueño por 40 años, asesinado en el año 2010. Como sindicalista, defendió el TLC con Estados Unidos. Fue condecorado por el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez en el año 2009, quién manifestó al enterarse de su asesinato “Mataron al obrero de la fraternidad y un ejemplo de líder. Con él, abrimos la puerta para el sindicalismo de participación".