Por María Cristina Isaza
Sí, así se escuche extraño, hay
un sindicalismo positivo, ¡un sindicalismo pro-empresa! Es poco conocido, pero
este experimento al que llamo "Sindicalismo consciente" se dio
espontáneamente en este Valle de Aburrá. Aquí les cuento más o menos el rollo,
de un caso de éxito, entre montañas.
Los protagonistas que nos cuentan
esta maravillosa historia son, al ojo desprevenido, como el agua y el aceite:
Pedro C, expresidente sindicato: hombre
tranquilo, de mirada serena. De esos que vienen a aprender y a su vez a enseñar
en esta vida, "echando cantaleta" a sus compañeros y principalmente a
los jóvenes para que "cojan juicio". Transmite integridad. Su señora
madre le enseñó a ser honrado, trabajador y responsable, triada necesaria para
vivir una vida con propósito. Esta ha sido la mejor herencia de esa madre que
lo cuidaba, manteniéndolo "bajo las enaguas". Modesto, pero con
profunda sabiduría.
Pedro Miguel Estrada, expresidente
Compañía de Empaques, hoy, Grupo Excala: si lo tuviera que describir, en una
palabra, esa sería ¡arrollador! A donde llega, se ¡nota!, llena
el espacio. Tiene convicciones y voz, firmes. Concreto y práctico, toma
resoluciones y no cree en palabrería.
Tienen en común: la inteligencia, la generosidad, el entendimiento pleno
del papel de la empresa como constructor de tejido social. Hombres de valores y
convicciones. Su nombre, Pedro, significa cimientos, fortaleza. Así, ellos han
fortalecido su relación, basada en la confianza, en la que ambas partes ganan y
han cimentado en Antioquia, las bases de lo que llamo “Sindicalismo consciente”.
1. Y
al comienzo, todo era caos
Esta historia de éxito comienza hace 30 años con un decidido Pedro
Miguel, que llega a asumir una de las vicepresidencias de Compañía de Empaques,
dispuesto a transformar de fondo la situación que atravesaba la empresa: bajas
ganancias, disminución de la fuerza laboral (de 1.500 a 600 empleados), un
sindicato enfrentado a la empresa, desconfianza, demandas laborales e incluso,
violencia física entre compañeros de trabajo. "O esta empresa crece o
se cierra", pues en ese estado, resultaba más rentable y menos
problemático, simplemente arrendar el lote.
2. El muro de Berlín
Sí, en Itagüí, Antioquia, había un Muro de Berlín. Era el muro que
separaba el comedor de los ejecutivos de la Compañía de Empaques del comedor de
los operarios. Pedro Miguel decidió, como primera medida, tumbarlo y así
ejecutivos y operarios comenzaron a compartir el mismo espacio, la misma
alimentación. Un pequeño acto inspirador y disruptivo que cambió por completo
el ambiente de trabajo.
3. Lo impensable
Luis Germán Restrepo (QEPD), quien era el presidente del Sindicato, al
ver la determinación del nuevo presidente (la decisión estaba tomada: o crecían
la empresa o la cerraban) y conocer de primera mano la situación que atravesaba
Compañía de Empaques (Pedro Miguel le enseñó los informes que justo acababa de
presentar ante la Junta Directiva, en los que se evidenciaba la crisis),
entendió la magnitud de lo que estaba en juego y se puso a la altura del reto,
proponiendo lo impensable: en vez de llevar un pliego de peticiones,
hizo un pliego de ofrecimientos: de acciones que se podían llevar a cabo
para aliviar la carga a la compañía, como: acabar con rutas de transporte
privado, que las dos primas extra no constituyeran salario, cerrar la
proveeduría, etc...
4. El cambio
En la empresa se comenzó a sentir un ambiente de confianza y se incrementó
el sentido de pertenencia por parte de los empleados. Entendieron que, sin
empresa, no había puestos ni sindicato del cual hacer parte. ¿De qué sirve el
sindicato de una empresa que se extingue?
Comenzaron a implementarse otro tipo de programas como el desayuno
semanal con los operarios, reunirlos para mostrarles cómo va la empresa.
Contarles todo, mostrarles cifras: por ejemplo, como que el gasto de nómina
(45mil millones), es mucho mayor que los dividendos que se reparten a
accionistas (8mil millones). Además, se implementó un modelo para hacer
partícipe a los empleados de las utilidades, mediante bonos.
También se comenzó un programa de visitas familiares sorpresa a la
planta y oficinas, en las que el trabajador les muestra a sus seres queridos la
empresa, y el presidente les cuenta la labor tan importante que realiza su ser
querido para la compañía. Esto les da reconocimiento.
5. Lecciones de Pedro C
Pedro es directo con sus palabras, comienza con: "Un sindicato que
se dedica a hablar mal de la empresa, a recitar el discurso trasnochado, a
generar un ambiente negativo, de discordia, a hacer pasquines, daños, parar la
industria... no sirve. El subsidio, la gratuidad, no sirven, no
creo en la igualdad, ni me gusta que la gente se quede cómoda en el sofá de
víctima ¡Las cosas se ganan con trabajo! La izquierda es una mentira,
tampoco le creo a las ONG, los políticos manipulan a la gente diciendo que regalan".
Mientras Pedro pronunciaba con contundencia estas palabras, yo no
acababa de salir de mi asombro... un sindicalista que develaba toda la farsa...
Pedro, seguía lanzando verdades como puños: "El empresario es un
Quijote en este país, son muy tesos. Lo que hay que generar es una
relación de confianza. Si no vencemos la mentalidad de pobreza, no saldremos de
la pobreza material. Lastimosamente el sindicalismo Latinoamericano ha hecho
muy poco, por ejemplo, el Estado que más apoya a Lula, es el más pobre de Brasil,
y así seguirá siendo; no hacen nada por sacar a la gente de la pobreza mental,
ni material". Pedro C, tiene por objetivo cambiar la mentalidad de los
jóvenes, que se responsabilicen de su familia, de su gente, que se alejen del
consumo de marihuana y tusi... “dicen que no tienen plata para mercado, pero
se la gastan en droga y esperando que les llegue el subsidio de 500mil y la
plata que les da la abuela semanalmente. Lo único que puede cambiar el núcleo
familiar es la educación: Nos vienen enseñando desde hace años el odio de
clases, pero nosotros tenemos que desprendernos de esa ideología y como nos enseñaron
los abuelos… el que es berraco puede, querer es poder”.
Pedro cree en la equidad, oportunidades para todos y dejaría a sus hijos
el don de la gracia: Darle al que no merece. “Los jóvenes necesitan
que los miren diferente, que no los señalen por lo que han sido, que les den
oportunidades. No los han educado para que conozcan de principios".
La frase que más me gustó de Pedro C: "Cuando uno se casa con
una ideología, pierde su propio pensar".
Hoy
Pedro Miguel volteó la pirámide al reconocer la importancia del empleado
y generar cercanía.
El sindicato, se volvió una escuela: dejaron de señalar a los demás, hay
un cambio de mentalidad, hay un cambio en la forma de relacionarse con la
organización. Su deber es que la empresa genere riqueza y nuevas fuentes de
empleo. Pudieron crecer, cuando antes solo iban a cumplir un horario, ¡hoy
cumplen sueños! La empresa cuenta con 2.400 familias que comen y realizan sus
sueños, gracias al empleo decente y estable. Se han afectado positivamente unas
9.000 familias aproximadamente, directa e indirectamente, también a indígenas
del Cauca y campesinos en Nariño.
Hoy son una multilatina, incluso están en Tijuana, México.
Hoy hay confianza, una relación gana-gana, respeto. “Esto es
responsabilidad de todos los que vivimos de la compañía”, dice Pedro C
Esto ha generado un crecimiento exponencial de la empresa, del cual
todos se han beneficiado.
El principal hito, quizás por primera vez alcanzado en un acuerdo
Empresa - Sindicato, es haber firmado paz laboral por un período de ¡10
años!
Pedro C, sigue viviendo en su querida comuna, hablando y dialogando con
los jóvenes, para que no caigan en una vida sin sentido y en las drogas. Hace
un llamado a los empresarios, para que vayan a las bases para tratar de sacar a
los jóvenes de ese entorno.
Comentario Cristina Isaza: Esta no es una receta, cada empresa deberá
encontrar su forma de implementar este "Sindicalismo consciente" a la
medida de sus retos y momento particular que atraviese; y aunque creo que en el
modelo administrativo de empresa de hoy, los sindicatos son una figura
anacrónica e innecesaria (entre más libertad haya en la contratación y menos
cargas innecesarias le pongamos a las empresas para que estas puedan crecer y
prosperar, es mejor), celebro y quedo simplemente maravillada del caso de éxito
que me enseñaron los Pedros, en el que los opuestos encontraron un propósito
común que los uniera. Siempre se pueden encontrar soluciones, si buscamos el
bien general y no el revanchismo. Hoy, puede ser acertado hablar de
"Agremiaciones de empleados conscientes".
En memoria de Luis Germán Restrepo Maldonado: líder Sindical antioqueño
por 40 años, asesinado en el año 2010. Como sindicalista, defendió el TLC con
Estados Unidos. Fue condecorado por el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez
en el año 2009, quién manifestó al enterarse de su asesinato “Mataron al
obrero de la fraternidad y un ejemplo de líder. Con él, abrimos la puerta para
el sindicalismo de participación".