Por John Marulanda*
El decurso histórico
del Ejército de Liberación Nacional, ELN, ha sido resiliente desde la ofensiva de
Anorí en 1973. Nacida de un grupo de estudiantes de la Universidad Industrial de
Santander y entrenada en Cuba, la organización ahora convertida en fuerza paramilitar
en Venezuela, narco en Colombia y delincuencial en Ecuador, gira alrededor de los
principios revolucionarios castristas.
Diálogos frustrados
Reducidos a su mínima
expresión en efectivos en el país, se desplazaron hacia Venezuela en donde en contubernio
con el gobierno masacraron mineros artesanales y garimpeiros en Tumeremo
(2018), localidad del Arco Minero del Orinoco, en los estados Amazonas y Bolívar.
A partir de ahí, el
ELN creció exponencialmente hasta llegar a los cerca de 3.000-4.000 efectivos, la
gran mayoría jóvenes venezolanos de 5 estados limítrofes binacionales. Todos los
beneficios económicos de la minería ilegal, el narcotráfico y de la extorsión energética,
le han permitido al ELN aumentar su armamento y capacidades operacionales, no solo
en Venezuela en donde según un reciente informe de Insight Crime, (Investigación
y análisis del crimen organizado) controlan territorio y cogobiernan en cerca
de 10 estados. Crimen revolucionario organizado transnacional. Algo así como el
Tren de Aragua, pero con cierta ideología.
Los 5 intentos previos
de diálogo han fallado bajo el estruendo de sus atentados, asesinatos, secuestros
y otras ilicitudes. La quinta ronda realizada en Cotacachi, Quito, se frustró en
abril del 2018, a raíz del homicidio de tres periodistas ecuatorianos. Luego del
carrobomba de la Escuela General Santander, en enero del 2019, que se saldó con
22 muertos, entre ellos una cadete ecuatoriana y 80 heridos aproximadamente, Duque
suspendió los acercamientos con el ELN.
En Colombia, se han
convertido en el primer actor narcotraficante a cuya gerontocracia del Comando Central
(COCE), pronto veremos paseándose por todo el país y por tres o cuatro naciones
más, como lo hicieron en Venezuela (Caracas, 1991), México (Tlaxcala, 1992), Alemania
(Maguncia, 1998) y Suiza (Ginebra 2000). Cuba, Venezuela y Suecia, entre otros,
están a la espera.
Delincuencia trinacional
El problema, como lo
hemos repetido, es lidiar con un COCE imbuido en castrismo irredento y la teología
de la liberación y simultáneamente negociar con sus cuadrillas que campean por el
andén Pacífico colombo-ecuatoriano, dedicadas al comercio ilícito de las drogas.
Imposibles de desvincularse de los carteles mexicanos y los emisarios de las mafias
europeas, estas células del ELN no abandonarán su negocio, carente de monto estratégico
y lleno de valores regionales.
Ecuador juega en esta
terrible parodia socialista. Gracias a su economía dolarizada, ha visto un incremento
en sus tasas de homicidio y en la corrupción pública y privada. Todo gracias al
narcotráfico que tiene en Guayaquil su principal puerto de exportación de cocaína,
y que ha certificado el desplazamiento de cultivos ilícitos a sus provincias fronterizas
de Sucumbíos, Carchi y Esmeraldas. El Colectivo Insurgente y el Frente Comuneros
del Sur están en potencial desarrollo, paralelo a las organizaciones indígenas.
Lo poco entendible es
que haya muchachos trasegando sin esperanza alguna por las trochas selváticas del
Chocó, caminando sin mayores expectativas por las selvas de Sucumbíos y echando
bala en Arauca-Apure con la perspectiva de un estado socialista binacional, mientras
sus jefes y líderes se dan la gran vida y delectan los placeres palaciegos del gobierno
al mando, entretanto echan carreta fidelista.
Todo este escenario
revolucionario trinacional, plantea serios retos a la seguridad regional, pues el
ELN podría llegar a ser tan intimidante, poderoso y letal como el Primer Comando
Capital (PCC) de Brasil. Una revolución delincuencial panamericana.
A lo anterior, hay que
agregar el nuevo proyecto de ley 418 de orden público que autoriza a diferentes
organizaciones civiles registradas y a comisionados de paz regionales, para movilizarse
por todo el territorio nacional en búsqueda de la paz, aunque la negociación política
será únicamente con el eln. Las demás organizaciones caracterizadas como criminales
deberán acogerse a la ley vigente.
Adendo: tras el informe sobre
graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela, el país perdió su reelección
en el Consejo de Derechos Humanos en la ONU. Rusia, su mentor armamentístico, está
siendo acusado también de violaciones a los derechos humanos, en su guerra contra
Crimea. ¿Y el ELN?