Por Santiago Cossio*
Antes de opinar en
un tema espinoso cómo es el de las minas y la energía primero debemos
acercarnos a la realidad política. Aún falta mucho en ciencias sociales y eso
nos lleva a cuestionar los mecanismos de elección de quienes nos representan en
los gobiernos públicos. 18 ministros elegidos a dedo y en temas tan dispares
como deportes, ciencia o hacienda, hacen bien difícil la tarea de elegir un
buen equipo de gobierno. Un estadista, por bueno que sea, difícilmente
alcanzará a conocer las personas idóneas para dichos cargos. También a eso hay
que sumarle las presiones políticas de partidos de Gobierno, de los amigos etcétera...
Para ocupar un cargo ministerial se debería exigir por lo menos tener 20 años
de experiencia en el sector.
Hace poco la actual ministra de Minas no ha salido de una para meterse
en otra. Decrecer la economía, importar gas, decir que había un déficit de 10
mil billones o no saber mucho de los temas de minas y energía han destapado una
olla en la elección de gobierno que debe ser incluida en la reforma política.
Estas vergüenzas les han pasado a todos los presidentes y seguirán pasando.
Cómo aporte para mejorar las atrasadas ciencias políticas podríamos
sugerir que el presidente debería pasar ternas al congreso por cada ministerio
y ser el congreso quien elija los ministros. Incluso podría venir la idea de
que fueran elegidos por elección popular. O pensar en elección sectorizada
según el enfoque. Los abogados elegirían el de justicia, etcétera.
En el tema de minas y energía acabar de tajo con la economía
extractivista es un error. Esto debe ser de manera gradual con una planeación
realista más que idealista y con planes de acción que no perjudiquen las
inversiones, regalías y el esquema actual. También se deben revisar los títulos
mineros y los negocios que se han hecho del suelo colombiano con privados
extranjeros. A vuelo de pájaro se podría decir que negociamos mal nuestro
suelo. Hace 500 años nos quitaban el oro a la fuerza y ahora los truequiamos
por espejitos. Hay que revisar la energía solar y eólica. Tenemos el sol actual
por 5.000 años más y se debe aprovechar.
En el futuro cercano podríamos tener talleres de conversión a eléctrico
donde su vehículo hoy a gasolina se le monte un motor eléctrico.
Soñar no cuesta nada pero no soñar si puede costar mucho.