viernes, 15 de julio de 2022

Vientos de recesión

José Leonardo Rincón Contreras
Por José Leonardo Rincón, S. J.*

No estamos en Egipto, pero pareciera que sus diez plagas han llegado a nosotros en nueva presentación:  

* La violencia bipartidista de los 50 que desangró nuestros pueblos y campos;

* la pobreza creciente en la mayoría de nuestra población que ha generado una brecha social infranqueable;

* un deteriorado sistema judicial golpeado por la ineficiencia y la impunidad;

* la salud que no llega a todos y que hay que demandarla judicialmente para que preste sus servicios;

* el muy bajo nivel académico de la educación básica y media tanto pública como privada y un acceso limitado a la educación superior;

* desempleo en tasa de dos dígitos o salarios bajos y no siempre cumpliendo con todas las obligaciones legales laborales;

* narcotráfico floreciente que permeó todas las instituciones lavando con su dinero fácil y doblegando con el poder de sus fuerzas a buena parte de la sociedad;

* corrupción generalizada en todos los ámbitos: hay que sacar tajada en todos los negocios y obtener el porcentaje ineludible del CVY (cómo voy yo);

* grupos guerrilleros diversos que inicialmente buscaron el cambio social y luego se convirtieron en lucrativos negocios con vacunas, extorsiones y secuestros para terminar como traficantes de droga;

* grupos paramilitares y de autodefensa que ante el vacío de autoridad del Estado buscaron defender a la inerme población civil y resultaron siendo delincuentes de baja estopa, asesinos masacradores, terror de las zonas por ellos influenciadas con la anuncia de las autoridades que los consideraron sus mejores socios.

* Politiquería descarada que se mimetiza acorde con el que tiene el poder de turno y vende sus principios a cambio de prebendas económicas, importándole un bledo la causa por la cual existen.

Y ahora, como si todo lo anterior no fuese suficiente: recesión económica. Es verdad, aún no declarada oficialmente y ojalá no llegásemos a ella, pero que muestra signos preocupantes agudizados por una pandemia cuyos efectos se prolongan en el tiempo. Materias primas escasas, escasez de contenedores para transportar productos; la nefasta guerra que Rusia le declaró a Ucrania, indudablemente con pretensiones económicas; devaluación de las monedas nacionales frente a un dólar que se dispara de manera inédita; niveles de inflación de más de 9 puntos en Estados Unidos que repercuten en todas las latitudes: por lo pronto aquí en Colombia es aterrador el efecto en la canasta familiar con incrementos del 50 %, 70 %, 100 % y que directamente golpea a los más pobres de nuestro país; tasas de interés altas que no lograron frenarla; rendimientos financieros negativos; incertidumbre generalizada aún dentro los expertos ante realidades impredecibles.

Grandes retos deberemos afrontar en los próximos días y meses, ojalá no años. Nos tocará mirar más allá de nuestras propias narices; nos tocará pensar en grande y sin egoísmos; nos tocará dejar a un lado las pasiones políticas si queremos salir adelante pensando en el bien común; nos tocará buscar estrategias de choque con medidas inicialmente duras pero cuyo positivo efecto pueda verse luego; nos tocará ser austeros y apretarnos el cinturón a quienes hemos tenido modo para ser solidarios con quienes ahora estarán en situaciones críticas. Vientos de recesión se ciernen sobre todos y hay que estar preparados.