domingo, 24 de julio de 2022

Propuestas para un cambio en la justicia laboral

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

Días atrás, en entrevista que realicé con el doctor Enrique Gómez Martínez, presidente del Movimiento de Salvación Nacional, expresó una propuesta que con el trascurrir de los días me ha ido gustando más, que puede conllevar a una rápida aplicación de justicia en aspectos laborales y que sin duda alguna disminuiría la congestión en el país sobre estos aspectos.

Decía él que muchos de esos despachos judiciales podrían quedar libres y disponer de ellos para aplicar justicia en otras diversas áreas del poder jurisdiccional, ya sea en lo penal, civil, o contencioso, y aún más, se podrían poner a disposición de la fiscalía, si los procesos laborales que surgen por el no pago de liquidación  de prestaciones sociales o indemnizaciones, tienen un manejo administrativo, es decir pasar de un modelo judicial para lograr el pago de algo cierto como lo es lo referente a salarios, prestaciones e indemnizaciones de un trabajador y convertirlo en una sanción económica a cargo del empleador si no se cancelan estas en un tiempo prudente de treinta días calendario. Pero, además, entre las partes podrían hacerse acuerdos de pago de estas que evita el tipo sancionatorio y que hace más difícil la situación al empresario.

Es sin duda alguna un cambio disruptivo, que tiende a disminuir el conflicto laboral, cuando no tiene por qué haber conflicto. Es cierto, que quien vincula a un trabajador sabe y conoce las consecuencias del no pago oportuno del salario, prestaciones sociales, aportes a la seguridad y demás obligaciones surgidas del contrato, no tiene por qué requerirse una sentencia que ordene ese pago, y, por ende, bajo sanción, a quien no cancele a tiempo se evita el desgaste de la justicia.

Es un tema de hondo contenido social, de los que verdaderamente producen un cambio significativo en la mente del empresario y es que, si contrata a un ser humano bajo la modalidad laboral, asuma las consecuencias y no diluya la responsabilidad en el tiempo amparado en la decisión judicial, que en múltiples ocasiones es esperada por el empleador y, mientras tanto, es el trabajador con su familia el que sufre las consecuencias económicas de no recibir lo que corresponde al terminar el contrato.

Obvio, como lo dije antes, que pueden surgir efectos negativos para el empresario por situación de mercado, economía o pandemia como la que estamos apenas superando, pero no es obstáculo para que entre el empleador y el trabajador se encuentre directamente una solución bajo un acuerdo en el tiempo de pago de las prestaciones y demás obligaciones laborales; si conversan se logra el acuerdo y se evitan para las partes grandes sinsabores.

Por todo ello, considero que esa propuesta debe llegar a convertirse en ley de la República, amerita un trabajo legislativo que lleve a los legisladores a apreciar la importancia del cambio y el mejoramiento en la condición económica del trabajador y a que comprendan los empresarios y trabajadores que un buen acuerdo conlleva a un clima laboral bueno, porque los demás compañeros perciben esos acuerdos de una manera positiva.

Seguiremos hablando en otro artículo de la importancia del tema indemnizatorio y de lo vital que es quitarla para los nuevos contratos mejorando un poco el salario, es decir diferenciándolo de los otros, será más fácil contratar para los empleadores y ayuda a la búsqueda de empleo formal a muchos otros.