viernes, 3 de junio de 2022

Colombia pide castigo

Andrés de Bedout Jaramillo
Por Andrés de Bedout Jaramillo

Mi lectura personal a las elecciones del domingo es similar a la de muchos opinadores, los colombianos queremos gente normalita en el poder y piden castigo a su desaforada e incontrolada adicción al abuso, a tener, sobre los demás, ventajas irracionales que rayan en el descaro.

Muchos opinadores hemos venido advirtiendo sobre la necesidad de una especie de pacto de la austeridad, de la eficiencia y del bien común, pacto que debió haber surgido de los poderes del Estado (ejecutivo, legislativo, judicial, organismos de vigilancia y control, partidos y movimientos políticos), inclusive le sacaron el cuerpo en tiempos de pandemia y solidaridad. Los colombianos dijeron ya no más y el mensaje de castigo del ingeniero, caló. Eso les pasó por angurriosos y tragones, cuando ellos solitos pudieron autorregularse, solo por sostenibilidad, les van a quitar todo.

Pues bien, el ingeniero, con sus 10 decretos iniciales, los va a hacer poner los pies sobre la tierra y las manos en sus corazones, para que dejen de sentirse seres superiores. Se les fue la mano, mucho sueldo, mucho carro, mucho escolta, muchos asistentes, muchos pasajes y muy poco trabajo por Colombia; el pueblo fastidiado, los quiere trabajando muy duro por el interés general de los colombianos, normalitos, con lo estrictamente necesario, sin polarización, poniéndose de acuerdo en la satisfacción de los intereses generales.

Todas las propuestas están calienticas, la mayoría de ellas se pueden implementar porque al parecer están de acuerdo con ellas o por lo menos así lo dieron a entender en los debates.

El cambio con castigo va a ser brusco, pero necesario, de años atrás se les viene advirtiendo y siempre creyeron que en vez de bajar las irracionales prebendas las podían seguir incrementando.

El ingeniero los va a poner en su sitio a la fuerza, sin preguntar, sin necesidad de pactos de austeridad y eficiencia, y si lo logra, Colombia gana de entrada. Todos tendremos que cambiar, convertirnos en mejores personas, con mejores comportamientos, más humildes, más sencillos, más responsables; la platica va a rendir, la justicia va a llegar, el hambre y el desempleo se van a disminuir, las empresas van a mejorar y todo basado en la austeridad total, freno de mano al derroche descarado de nuestros dirigentes.

Que nuestro señor Jesucristo ilumine al ingeniero, que le dé la fuerza necesaria en la implementación del cambio y del castigo a los descarados derrochadores que solo piensan en la satisfacción de sus intereses personales, que los hay por montones sobre todo en El Pacto Histórico.

En la segunda, yo voy a votar por Hernández.