viernes, 14 de enero de 2022

Servir entre cargos y cargas

José Leonardo Rincón Contreras

Por José Leonardo Rincón, S. J.*

Como si no tuviese ya bastante con la misión que se me encomendara hace cuatro años, asumo ahora la responsabilidad de ser el “superior” (así lo llamamos en la Compañía a quien lidera un grupo de jesuitas) de la comunidad San Pedro Canisio, donde funcionan las dependencias de nuestra curia provincial. Una adicional y nueva misión. Un nuevo “cargo”, es decir, una nueva carga.

No vayan a creer que llego aquí por excelsas virtudes pues no las tengo, sino por la escasez de gente en la que nos encontramos. Tampoco se trata de un ascenso, como ordinariamente cualquier mortal imaginaría. Menos aún es una cuota de poder en la repartición que del mismo hace mi jefe, el superior mayor. Aunque suene romántico, es una ocasión propicia para servir…

En su mensaje a los discípulos que se codeaban por los primeros puestos, Jesús les dice que observen cómo los grandes de las naciones las tiranizan y las oprimen. “No ha de ser así entre ustedes”, les ordena, para luego rematar con una propuesta decepcionante: el que quiera ser el primero debe ser el último, haciéndose el servidor de todos. No se está, pues, para ser servido sino para servir.

Garrafal desinfle para un contexto donde entendemos exactamente lo contrario. O ustedes creen, para meterle política al asunto, que, si se entendiera el poder como servicio, ¿habría tantos aspirantes a la presidencia y al congreso? ¡Ni locos que estuvieran! Lo que sí parecen, masoquistas, porque alguien con buen juicio y razón, no pelearía tanto por los dolores de cabeza generados por la cantidad de chicharrones que se va a ganar en estas lides.

Se aceptan estas responsabilidades con la plena conciencia de que son exigentes, demandantes. No todo será color de rosa, ni va a ir sobre ruedas. Los seres humanos somos bastante complejos y casi nada nos satisface. Por eso es más sabroso estar desde la barrera viendo la corrida y por eso es tan fácil criticar y dar palo porque bogas o porque no bogas. Nada más cómodo que no tener estas tareas, o no tener nada qué hacer, porque no hay que rendir cuentas, ni evaluar gestiones, ni presentar informes, ni atender retos, ni solucionar problemas.

La autoridad no se da por estos nombramientos, ni se gana automáticamente en elecciones. Quien manda es quien sirve, quien está presto a escuchar y atender los clamores y necesidades, quien es capaz de sobreponerse a sus personales intereses, dispuesto a darse, entregarse sin medida. Ojalá, teniendo claro el asunto pueda llevarlo a la práctica. Les agradezco me ayuden a que eso sea posible.