Por John Marulanda
Los tableros geopolítico y geoestratégico, que nunca se
detienen y que son interdependientes, ofrecen recientes e importantes
movimientos para el análisis.
Mientras Alex Saab, so pena de apolillarse en el olvido o
convertirse en blanco mortal de sus patrones, revela a la justicia
norteamericana todos los intríngulis del crimen organizado transnacional que
empapa a Maduro y a su camarilla, y no dudo que lo hará a satisfacción, el
emisario de Biden, míster Antony Blinken, visitó el sur de México, ayer Colombia
y hoy Ecuador. Pareciera que Washington tuviera el pálpito de lo que
repetidamente hemos advertido: sus rivales y enemigos se están instalando
definitivamente en sus vecindades, apretando un cerco fronterizo que amenazará
la seguridad del heartland norteamericano.
Del mar de China al mar Caribe
A la precipitada salida de Afganistán que dejó un muy mal
sabor sobre las reales capacidades proyectivas de la potencia, se agrega el
lanzamiento hace pocos días de un misil chino hipersónico con capacidad nuclear
y que tomó por sorpresa a los militares y científicos de Estados Unidos: “No
tenemos idea de cómo lo hicieron” dijo un alto funcionario al Financial
Times. La supuesta indiscutible superioridad militar y tecnológica de US está,
más que antes, en discusión y esto anima las ambiciones de sus rivales (China y
Rusia) y enemigos (Irán y otros), mientras la fricción militar aumenta en el
mar del sur de China, en el estrecho de Taiwán, con Australia, Japón e India en
creciente protagonismo.
En Suramérica también suenan trompetas, aunque en otra
clave. En Colombia, hasta el periodismo rosa y venial, llena cuartillas sobre
las confesiones del barranquillero Saab, que incluirán la financiación de
Miraflores a la campaña de Petro, “El Expropiador”, inversión confirmada en
Madrid por el “Pollo” Carvajal. Además, las revelaciones del colombiano
confirmarán la participación de otros personajes de la farsándula
política socialista criolla, el saqueo de Venezuela y la pauperización de los
venezolanos.
Maduro replicó a la extradición de Saab enviando a las
mazmorras del Helicoide 6 estadounidenses ejecutivos de Citgo, en tanto se
habla de grafitis en los baños de Fuerte Tiuna que indician una discreta pero
peligrosa rebelión castrense interna, disparada por la misteriosa muerte del general
Raúl Isaías Baduel, el “compadrito” de Chávez, convertido en héroe y mártir
militar. Con miseria material y moral doquier, elecciones a la vista y la mesa
de negociación en México rota, trazas de un caos intestino se entrevén en los
discursos de Maduro que traslucen gotas de pánico ante la posibilidad de perder
el control de las fuerzas militares, corroídas en su disciplina y moral por la
escasez, la corrupción en el mando y su derrota en el Apure.
Lo que sabrá Estados Unidos y lo que sabremos
nosotros
Los norteamericanos obtendrán toda la información que tiene
Saab y luego la que tiene Carvajal, pero es impredecible la porción de esos
datos que será entregada al gobierno colombiano. Las informaciones críticas que
le regalen a Bogotá como las de Petro, puntero en las estadísticas
preelectorales, es posible que no pasen de titulares amarillistas, comentarios
cómico-deportivo-musicales y miles de memes mientras se refunden en el mar
legalista de la justicia veleidosa que ahoga y gobierna el país neogranadino. Y
el “dossier Maduro” continúa llenándose inexorablemente hasta convertirse en
una espada de Damocles en manos de unas manos no tan fuertes como quisiéramos y
tan indecisas que permiten que el juego se enrede más y su final se adivine muy
complicado y peligroso.
Las perturbaciones políticas y sociales internas de US, las
sorpresas tecnológicas y militares chinas y la intervención cada vez más
frecuente de Rusia en los asuntos políticos regionales (“medidas groseras e
imprudentes”, dicen con referencia al caso Saab), están generando una
turbulencia de seguridad global que necesariamente llega a estas tierras en
cuerpo de mentecatos marxistas leninistas, de impostados “progres” quienes,
esgrimiendo un discurso engañero y de fácil venta, pueden llevar a Colombia, la
“Joya de la corona”, a un desastre peor que los de Cuba, Nicaragua, Venezuela y
Argentina, vecinos periféricos del imperio. Finalmente, somos peones de
potencias con intereses propios en juego.