Por John Marulanda*
Desde niño el cabecilla se encuadró en la ideología maoísta
del ejército popular de liberación, EPL, mientras su primo, en las FARC,
llegaría a ser jefe del Bloque Noroccidental. Como supremo del Clan Úsuga Otoniel
convirtió la famiempresa en el Clan del Golfo y se arropó con las banderas
pseudo políticas de las autodefensas gaitanistas. El cariz ideológico de su
prontuario delictivo, pues, siempre ha tenido el recurso político a mano, como
lo han hecho exitosamente las FARC y lo hace con empeño el ELN. Y eso podría
ser definitivo en lo que viene.
Escenarios a la vista
Su captura tiene consecuencias más allá de Colombia y tocan
a Venezuela, a la región y a buena parte de la red global del crimen organizado
transnacional del narcotráfico. Los fuertes vínculos del Clan del Golfo con los
carteles mexicanos y las mafias europeas plantean varias perspectivas a corto,
mediano y largo plazo, todas complicadas.
Un eventual escenario sería el de lucha intestina por el
mando de toda la organización, con muertos, masacres y ataques indiscriminados.
Otro, puede ser una fragmentación en pequeños carteles regionales los cuales,
sin dirección única, obliguen a una alta multiplicidad de esfuerzos
operacionales, en un mapa general de inseguridad. Uno más, sería una combinación
de los dos anteriores con confrontaciones entre regiones y localidades. Los
enemigos circunstanciales del Cartel del Golfo, principalmente el eln, los Caparros
y en algunas áreas las FARC, revitalizarán los ataques a su rival percibiéndolo
débil y sin un poder central orientador.
No se puede descartar que carteles mexicanos y mafias
extracontinentales aumenten su control en las fronteras con Venezuela, Ecuador
y Panamá. Transversal a cualquier escenario y como en el pasado, se está dando
una retaliación contra militares, policías y civiles de las áreas de influencia
del Clan del Golfo. Antier dinamitaron cuatro soldados en Urabá y el “plan
pistola” se incrementará.
Las redes internacionales del narcotráfico también sufrirán
los efectos de este resultado operacional. No es claro si cargamentos ya
negociados se detendrán, demorarán o suspenderán; si se acumularán “caletas”
mientras se aclara el panorama; si los intermediarios para Europa, US,
Australia y varias áreas con oferta al alza, saltarán a otros proveedores como
Perú o Bolivia; o si el precio del gramo de cocaína subirá en las calles de New
York o Pekín.
Agamenón
En la Operación Agamenón,
lanzada en 2015, rebautizada Agamenón II y después Agamenón II Plus resaltan:
la persistencia en el empeño, a pesar del asedio de la izquierda a la fuerza
pública colombiana; la coordinación entre las fuerzas militares y la policía
para el logro de objetivos de alto valor estratégico; la capacidad de
inteligencia con el apoyo de las tecnologías norteamericana y británica, y los
enlaces transnacionales permanentes, como los del Senafront panameño y lo de
las autoridades ecuatorianas, en donde se sabe del vínculo del Clan el Golfo
con la banda de los Choneros.
Agamenón llegó al objetivo, después de erosionar sistemáticamente
la periferia y el entorno cercano de la jefatura, en una persistente campaña
que incluyó, entre otros resultados, la neutralización de alias Giovanny,
antecesor y hermano de Otoniel, y la captura en Argentina de Mi Sangre, en
2012; La Flaca, esposa de Otoniel, en 2015 y Boliqueso, arrestado en Sao Paulo,
en el 2016; el Zorro, cabecilla en Nariño, frontera con Ecuador; el negro Perea,
en el norte de Antioquia; el Lobo, en Sucre, y Polocho, en el bajo Cauca, en el
2017; Mordisco, cabecilla en la Guajira y Norte de Santander, frontera con
Venezuela, en 2018, y Carlos Mario, hermano y alias Pablo, primo de Otoniel, en
2020.
La captura en comento es probable que afecte la campaña
electoral en desarrollo en Colombia señalando aportes de la organización
criminal a candidatos y políticos locales, regionales o nacionales. Una vez
extraditado a US, no es de menos valor lo que pueda decir sobre sus contactos
en Venezuela, sus negociados con el llamado Cartel de los Soles y con mandos
militares fronterizos que facilitaron y aún facilitan el trasiego de narcóticos
y minería ilegal: con Saab y el Pollo Carvajal, sería una tríada mortal para el
régimen en Miraflores.
Como sea que fuere el rumbo que tomen los acontecimientos, la captura de alias Otoniel, sin dejar de ser un golpe de valor estratégico, no cambiará en mucho la dinámica del narcotráfico desde Colombia, con una producción incremental a pesar de la reducción en cultivos ilícitos, pero con el impulso de una demanda al alza. El problema continuará y el golpe a Otoniel puede ser un punto de referencia, sin ser un punto de quiebre, que sí puede serlo la nueva política propuesta por Estados Unidos para enfrentar el problema.