martes, 24 de agosto de 2021

De cara al porvenir: propuestas decentes

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal*

Cuando todavía no se ha bajado formalmente la bandera para el inicio de la campaña electoral por la Presidencia de la República para el período 2022-2026, lo único que se tiene en abundancia son precandidatos, la mayoría de ellos insulsos y algunos que todavía no muestran los dientes, pero ahí están, agazapados, haciendo sus cálculos, sus sumas y sus restas, a ver si existe alguna probabilidad de éxito con su por ahora, íntima y oculta aspiración.

De igual manera, el escenario planteado es hacer campaña en medio de una pandemia no superada, una crisis económica creciente, unos impactos en el orden socio económico, alarmantes, un proceso de paz sin tomar el vuelo deseado y una presencia y postura internacional muy débil.

Pronto comenzaremos a oír a la mayoría de los ilustrados precandidatos pontificar sobre lo divino y lo humano: que “la educación es lo más importante”; que en su gobierno la “salud será para todos”; que “las pensiones son sagradas”; que habrá vivienda para “cada colombiano”; que solo sobre su cadáver habrá “más reformas tributarias”; que no sabremos dónde “acomodar tanto emprendedor con sus emprendimientos exitosos”; que habrá “pleno empleo para los jóvenes”, entre otros variopintos enunciados, y que de Suiza, Suecia, Dinamarca, Finlandia y otros países, vendrán a mirar con sus propios ojos, cual es el origen del llamado “Milagro Colombiano”. ¡Pura paja!

A mí que no me vengan a enunciar como propias, originales y generosas propuestas, lo que son obligaciones constitucionales por cumplir alrededor de los Derechos Fundamentales, que a algunos no les gusta, pero que hoy están vigentes con la Constitución que nos rige. El que se crea incapaz de cumplir con los preceptos constitucionales, entonces que no se postule, por incompetente, y el que a conciencia sepa que no los puede cumplir, pues que no se presente, pues será un mentiroso.

Teniendo claros los siguientes conceptos, uno esperaría que los candidatos se comprometieran a mejorar los siguientes resultados, propios de la radiografía con estándares mundiales que ofrece Colombia, teniendo como fecha de corte el 2019 para no caer en las imprecisiones que ha dejado la pandemia y en la afectación directa a estas mediciones.

El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Colombia tuvo un coeficiente GINI en 2019 de 0.526. Se espera que el nuevo presidente baje ese valor, por ejemplo, al 0.45 en sus cuatro años de gobierno, buscando establecer principios de igualdad.

Si un país tiene el máximo en todo, su Índice de Desarrollo Humano -IDH- será de 1, mientras que, si tiene los valores mínimos, su IDH será de cero. Por tanto, el IDH siempre se encontrará entre 0 y 1. Cuánto más alto mejor.

El IDH de Colombia en 2019 fue de 0.767, lo que obliga al presidente electo a subir su valor para alcanzar un mayor nivel de desarrollo en las condiciones en las cuales viven los colombianos. ¿Qué tal subir a un 0.85 en su período de gobierno?

La línea de pobreza está en el 27.9%. ¿Qué tal bajarla al 14% en 10 años?

La línea de pobreza extrema está en el 7%. ¿Qué tal bajarla al 4.5% en 10 años?

El ingreso per cápita de Colombia en 2019 fue de US 6.428.68, lo cual obliga a plantear estrategias para incrementar la generación de riqueza y obtener un per cápita de US 9.000 en los 4 años al frente del gobierno.

El PIB (producto interno bruto) de Colombia en 2019 fue de US 323.6 miles de millones, lo cual obliga a pensar en elevarlos a unos US 450 miles de millones en 4 años.

¿Qué tal cuadruplicar los excedentes de nuestra débil balanza comercial?

Hoy el país tiene 1.122 Municipios, donde casi el 90% pertenecen a la categoría 6, es decir, cerca de 1.000 Municipios. ¿Por qué no generar una estrategia integral para qué en horizontes de tiempo razonables, se programe una recategorización factible? Por ejemplo, que en los próximos cuatro años 50 municipios pasen de categoría 6 a categoría 5 y así sucesivamente.

Pasando a otro aspecto, en términos de infraestructura tenemos que pensar en grande para pronto salir de los proyectos de reconstrucción y de desatraso, y comenzar a construir proyectos para el desarrollo. Colombia cuenta con una red de carreteras de 206.102 km, de los cuales el 6.9%, es decir, 16.983 km corresponden a la red primaria, el 21%, es decir 44.400 km, corresponden a la red secundaria y 142.284 km, el 69.46%, a la red terciaria. ¿Qué tal pasar de 206.102 KMS a 400.000 KMS en sus 4 años de gobierno?

La red ferroviaria de Colombia tiene una longitud total de 3.304 km. De ellos un total de 150 km con ancho estándar de 1.435 mm que conectan las minas de carbón del Cerrejón al puerto marítimo de Puerto Bolívar, en la Bahía Portete, y 3.154 km de vía estrecha, de 914 mm, de los cuales 2.611 km aún están en uso. ¿Qué tal pasar de 3.304 km a 6.000 km en los próximos 4 años?

Colombia cuenta 10 zonas portuarias, ocho de ellas en la Costa Caribe: La Guajira, Santa Marta, Ciénaga, Barranquilla, Cartagena, Golfo de Morrosquillo, Urabá y San Andrés; y dos en el Pacífico: Buenaventura y Tumaco. ¿Qué tal ampliar la zona portuaria en el Pacífico con la construcción de al menos 2 puertos de alto nivel en los próximos 4 años y mejorar las zonas portuarias del Caribe?

¿Por qué no hacer un inventario real de todas las obras inconclusas a lo largo y ancho del país y hacer un programa especial para concluirlas durante el período de gobierno en cabeza de un ministro ad-hoc?

¿Por qué no hacer un inventario de las “deudas históricas” que se tienen con cada departamento y con cada municipio y hacer un programa especial para concretarlas en cabeza de un ministro ad-hoc?

¿Qué tal formalizar un plan de choque frontal para superar los problemas de las regiones más conflictivas y en riesgo del país como lo son San Andrés, el Chocó, Tumaco, Buenaventura, Sumapaz, Siloé, Aguablanca, Ciudad Bolívar, entre otros tantos?

Personalmente espero seriedad por parte de los precandidatos y luego de los candidatos, presentando propuestas factibles y medibles.

Así mismo, que nuestros medios de comunicación tan poco originales y siempre copiando lo que se hace en los medios norteamericanos, cambien de formato para poder conocer en profundidad lo que piensa y a lo que se compromete cada candidato.

Eso de los grandes foros, donde todos hablan y no dicen nada, está mandado a recoger. (Ya comenzamos mal. Es lo que precisamente acaba de suceder en el Congreso anual de la Asociación Nacional de Industriales -ANDI- donde se invita a un grupo de precandidatos para que expongan sus ideas de cómo superar la crisis. Solo buenas intenciones y babosadas encubiertas con ciertos rasgos retóricos, llenos de lugares comunes y de posturas políticamente correctas.

NOTA: finalmente no supimos aprovechar la crisis a la que nos arrastró la pandemia, con la gente sensibilizada, para elaborar y sacar adelante una verdadera reforma tributaria, omisión que pagaremos muy caro.