jueves, 3 de junio de 2021

Vigía: FANB, futuro impredecible

Coronel John Marulanda (RA)
Existe un consenso entre diferentes agencias de información e inteligencia sobre un “retiro” o un “despeje” de las FANB de un vasto territorio del Apure y de otros sectores de Amazonas y Bolívar, para permitir la entrega de 8 de sus hombres secuestrados por el frente 10 de las FARC de Gentil Duarte.

Oficiales subalternos al frente

Esta hipótesis, de confirmarse, plantea serios cuestionamientos sobre el actual Ejército Bolivariano y su misión fundamental de garantizar la soberanía territorial de Venezuela. Representa, además, un triunfo estruendoso de un grupo armado irregular que demostró su superioridad de fuerza sobre una organización militar revolucionaria de 2.000 generales, que a cada instante grita lemas interminables como queriendo espantar sus crecientes fantasmas, que ostenta un aparataje bélico ruso y hace gala de una doctrina de guerra asimétrica, muy mentada pero poco entendida. Este catálogo resultó ineficiente e ineficaz frente a una banda de narco delincuentes de origen colombiano que dicen profesar la misma ideología de Miraflores. Hay que aclararlo, en Apure no hay un conflicto de quinta generación sino una elemental guerra de guerrillas entre facciones narcotraficantes en expansión, que puede, eso sí, escalar a mayores.

Porque cuando el asunto es de dinero, como es este caso, la moral revolucionaria de nada sirve: a alias Santrich, dicen, dizque le cortaron un dedo lo que se justificaría solamente para certificar su muerte frente a una jugosa recompensa de 10 millones de dólares.

En este escenario, el ejército venezolano ha entrado en una dinámica de desmoralización, que puede tomar cualquier rumbo. Un teniente de Fragata ha propuesto una resistencia civil para derrocar el gobierno, para el “cese de la usurpación del régimen… y sus aliados criminales como las FARC, el ELN, bandas delictivas armadas, etcétera… como neutralizar la ayuda en recursos de parte de China, Rusia e Irán”, demostrando un entendimiento claro de la geopolítica en desarrollo en su patria.

Llama la atención que en el caso de Venezuela han sido principalmente los grados subalternos, tenientes y capitanes, los que han asumido la responsabilidad de la sedición que históricamente han dirigido los coroneles, como el propio Chávez lo hizo. Y eso tiene su significado en la educación, preparación y experiencia de las nuevas generaciones de mandos, colonizados descaradamente por Cuba.

Fuerza emproblemada en escenarios complejos

Con más de 130 militares detenidos por traición, entre ellos un ex comandante del ejército y varios coroneles, capitanes y sargentos, y con soldados que declaran que en el cautiverio de las FARC recibieron mejor trato y alimentación que en el cuartel y que “queremos poner en práctica la lección aprendida”, la conclusión inicial es la de una fuerza armada desorientada y sin liderazgo creíble. Su situación actual es de miedo: asesinato de superiores por sus subalternos, súper entrenadas fuerzas especiales neutralizadas por simples terroristas, unos 20 muertos y un número indeterminado de desaparecidos en los combates de La Victoria, asaltos a puestos de la Guardia, control territorial y poblacional cedidos a las FARC y el ELN, corrupción generalizada.

Todo este vergonzoso embrollo de despliegue miliciano y militar con tanques rusos, aviones de combate chinos y obuses, pone de relieve la impreparación y la incredulidad de las bases en una estructura que se debilitó por corrupción y politización. Entre Diosdado, Padrino y las FARC de Iván Márquez, parece moverse esta desastrosa dinámica que, repito, puede conducir a dos escenarios: uno, de implosión y rebelión interna que conduzca a una autodestrucción no solo de la institución sino del régimen, o dos, de explosión canalizada a través en un desafuero fronterizo que intente aliviar la tensión interna y que igual termine por desbaratar la fuerza.

Hablando de esta segunda posibilidad, algunos especulan con una hipotética estrategia de un incidente de seguridad serio que “abriría” el frente fronterizo noroccidental –Táchira, Zulia–, mientras en Colombia las células narcoterroristas del ELN y las FARC avanzarían desde el sur occidente del país, por donde sale más del 75% de la cocaína que se produce. En esa supuesta tenaza que maniobraría desde estos dos flancos, no es claro que, en sus circunstancias actuales, las FANB pudieran sostener la intentona. Esa conjetura, de ejecutarse, también significaría, como lo dijimos, un desbarajuste mayor para Venezuela y su actual camarilla gobernante.

Como sea, el futuro inmediato o mediato de las FANB, muestra signos inequívocos de deterioro funcional y moral. Pareciera que el régimen gestó una deformidad que lo devorará.