martes, 1 de junio de 2021

De cara la porvenir: faltones

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal

Qué gran pesar me da mi amado país, mi adorada Colombia, tan mal querida y tan mal administrada.

En Colombia tenemos una propiedad biológica-anatómica extrañísima, y es que al marrano lo castran una vez y las gónadas le vuelven a aparecer para poder ser de nuevo capado. Aquí no aplica el dicho de que “al marrano no lo capan dos veces”.

Por allá, a principios del decenio de los ochenta, Alfonso Senior, zar del fútbol en la Colombia de esa época, logró la sede del Mundial de Fútbol de 1986 para nuestro país, que fue luego declinada por el presidente Betancur con el argumento peregrino de que Colombia era un país muy pobre y que esa platica la necesitábamos para construir los hospitales, las escuelas y las carreteras que se requerían con urgencia. Como consecuencia de lo anterior, quedamos como el más pálido de los traseros en el concierto internacional por mamones e incumplidos y lo peor, esta es la hora que al menos yo, en casi 35 años, no he logrado ver las obras anunciadas y empleadas como argumento para justificar tremenda equivocación. ¡Nos quedó grande la grandeza!

Hace unos días el actual Gobierno propició que la Conmebol nos quitara la sede de la Copa América, certamen que nos habíamos comprometido a organizar con Argentina. El argumento fue la Pandemia, y obviamente los asuntos de orden público que el Gobierno no ha podido solucionar.

Un Gobierno que autorizó en medio de un pico pandémico la realización del llamado “Día sin IVA” por presión gremial y que no ha sido capaz de contener el descontento social y ha hecho que la gente salga a reclamar a las calles en medio de otro pico pandémico, no tiene autoridad moral de emplear semejantes argumentos. ¡Nos quedó de nuevo, grande la grandeza!

Pero además es consuetudinario el incumplimiento de los distintos gobiernos a los pactos y acuerdos firmados en el interior, lo cual le resta cualquier nivel de credibilidad a lo finalmente firmado, acordado de cualquier manera, con tal de que cesen los paros y los bloqueos. Recuerden lo sucedido con los acuerdos firmados en el 2017 y el 2019, y obviamente con el Acuerdo de Paz. Todos incumplidos. ¡Nos queda grande la grandeza!

Desde la entrega de las armas de la Guerrilla Liberal de los Llanos al entonces presidente Rojas Pinilla, pasando por los miembros de la Unión Patriótica, hasta los reinsertados de las FARC, todos los gobiernos han sido incapaces de garantizar y proteger sus vidas y evitar su exterminio sistemático. ¡Qué horror! ¡Qué despropósito! ¡Qué vergüenza! ¡Nos queda grande la grandeza!

La mejor forma de educar es con el ejemplo y en este país, es notoria su ausencia por parte del Estado y de los gobiernos de turno.

Los miembros de mi generación y algunos de generaciones anteriores reclamábamos que los jóvenes no se interesaban por los asuntos políticos y que ni siquiera hacían uso del derecho democrático de expresarse vía voto. Ahora que están votando y participando, están dejando ver que lo hacen sin tener en cuenta las preferencias de otros, sino expresando su propia posición con respecto al estado de cosas y al tipo de país que les estamos entregando.

Nosotros tampoco tenemos autoridad moral para descalificar las posturas, preferencias y expresiones de los jóvenes.