Por Pedro Juan González Carvajal*
En medio de la infinidad de mensajes y
memes que llegan cada día, me llamó la atención esta reflexión que quiero
compartir con ustedes.
“Si recoges 100 hormigas
negras y 100 hormigas rojas y las pones en un jarro de vidrio nada pasará, pero
si tomas el jarro, lo sacudes violentamente y lo dejas en la mesa, las hormigas
comenzarán a matarse entre sí. Las rojas creen que las negras son las enemigas,
mientras que las negras creen que las rojas son las enemigas, cuando el
verdadero enemigo es la persona que sacudió el jarro. Lo mismo ocurre en la
sociedad: Hombres vs mujeres. Izquierda vs derecha. Ricos vs pobres. Fe vs
ciencia. Jóvenes vs viejos, etcétera. Antes de pelear entre nosotros debemos
preguntarnos ¿Quién sacudió el jarro?”.
Muchas veces defendemos ideologías,
instituciones, ideas y personas, simplemente por afinidad aparente de
creencias, percepciones, cosmovisiones o costumbres, sin llegar a comprender el
universo de intereses que se juegan a cada instante.
La necesidad de entender, reflexionar,
discernir, pensar y obrar muchas veces está respaldada por la ignorancia, la
desinformación, las pasiones, la tradición y hace que nuestros análisis
resulten viciados, lo cual nos lleva a la simplificación extrema de aceptar las
cosas tal y como son, o entregarle nuestro criterio o el soporte de nuestras
opiniones a personas que encarnan algún tipo de autoridad con suficiente
capacidad de influencia sobre cada uno.
Es entonces necesario adquirir
conciencia de esta realidad y conseguir elementos de juicio que nos permitan
soportar nuestras posturas y nuestras decisiones, a través de la lectura, el
estudio, las conversaciones inteligentes con personas conocedoras de los temas
y el mantenimiento de una permanente curiosidad acerca de los fenómenos que nos
rodean.
Recordemos al filósofo español Emilio
Lledó cuando dice: “A mí me llama la atención que siempre se habla, y con
razón, de libertad de expresión. Es obvio que hay que tener eso, pero lo que
hay que tener, principal y primariamente, es libertad de pensamiento. ¿Qué me
importa a mí la libertad de expresión si no digo más que imbecilidades? ¿Para
qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser
libre intelectualmente?”.
Pasando a otro tema, a pesar de la
pandemia y a las voces de los agoreros de oficio que pronosticaban la debacle
empresarial formal, pues es claro que en la economía mientras unos ganan otros
pierden, pero, en estas fechas de Asambleas y presentación de resultados, para
ciertos actores las cifras no son nada desalentadoras, lo cual me alegra
enormemente. Veamos algunos ejemplos al azar: El Grupo Alianza reporta un
incremento de ingresos de un 14% y un incremento de las utilidades en un 10%.
El grupo Éxito anuncia utilidades de $231.000 millones, resultado 4 veces más
alto que en 2019. Ecopetrol muestra una utilidad de $1.7 billones de pesos.
Conconcreto obtiene unas utilidades de $44.290 millones de pesos. El Grupo AVAL
muestra utilidades por $2.35 billones de pesos y el Grupo SURA unas utilidades
por $336.237 millones de pesos, así como el Grupo ISA con $2.06 billones de
pesos. No estuvo tan mala la cosa ¿o sí?
Para finalizar y sin dejar pasar por
alto la radicación por parte del Gobierno Nacional de su tercera mal llamada reforma
tributaria, rescato los siguientes comentarios:
Como dice el doctor Ignacio Mantilla
Prada exrector de la Universidad Nacional: “No creo que debamos sostener la
corrupción y la evasión con más y nuevos impuestos. Me siento como si me
obligaran a mantener un vicioso”.
Mientas otro analista sostiene que “Nada
más arbitrario e injusto por parte de un Estado que lo que se pierde en
corrupción se recupere en impuestos. Eso es robar dos veces al pueblo”.