viernes, 5 de marzo de 2021

Partidor presidencial

José Leonardo Rincón Contreras
José Leonardo Rincón, S. J.*

Comienza a agitarse la cosa política de cara a las elecciones presidenciales en 2022 y nos corresponde como ciudadanos responsables y serios iniciar igualmente nuestro discernimiento para buscar la mejor opción, según nuestro leal saber y entender. El cuentico ese de que como en mi casa o en mi familia hemos sido todos del partido tal, por disciplina de partido se vota por el que el partido señale. No hay tal.

De madurez política es conocer muy bien a los candidatos: su plataforma ideológica y las propuestas que plantea, el equipo de trabajo que lo rodea, su experiencia de gobierno y de manejo de lo público, su comportamiento ético, la formación que tiene, los principios y valores que lo animan, los resultados de su gestión donde ha trabajado, su amor sincero por la patria y el compromiso honesto con sus gentes en aras del bien común.

Como “el palo no está pa’ cucharas”, es menester elegir un buen presidente. Creo, como la mayoría de los colombianos, que estamos cansados de los mismos con las mismas. Nos han prometido el oro y el moro, nos han engañado y defraudado tanto, porque con tal de ganar votos mienten descaradamente, que sería el colmo que nos volviera a suceder. Nuestra amnesia no puede ser tan patética. Estamos hartos de polarizaciones extremas irreconciliables. Estamos cansados de discursos veintijulieros que dicen mucho y no dicen nada. Estoy seguro de que queremos algo nuevo, alguien diferente a los mismos que han estado en la escena politiquera todos estos años.

Personalmente voy en serio por una figura alternativa en tanto nueva y distinta. No es afán de esnob, ni credulidad ingenua, es urgencia de oxígeno político para un país descuadernado. Soy consciente de que esa persona, hombre o mujer, se enfrenta a una monstruosa maquinaria que, o la deja sola gritando en el desierto o se la traga irremediablemente con apoyo a cambio de prebendas. La corrupción generalizada que cual bacteria se ha inquistado y campea oronda por la institucionalidad pública no tolera intentos transformadores. Es una lucha dramática por lo desigual, pero sigo creyendo que si se presenta alguien que valga la pena, que convoque, lidere, tenga ascendencia y credibilidad, se puede esperar una alborada de renovación y cambio.

Van apareciendo nombres interesantes. Me gustaría ver en el abanico más mujeres. Se necesita inteligencia práctica y teórica, carácter, firmeza, experiencia, respeto por los adversarios. Menos fake-news con calumnias e insultos de lenguas viperinas y más propuestas transparentes y realistas. Se necesitan candidatos auténticos e independientes y no aduladores genuflexos o perritos falderos de caciques mandados a recoger. Colombia y su gente se merece un buen presidente, pero este no puede salir del listado de los que pudiendo haber demostrado ya su talante, se quemaron por andar como veletas al viento, oportunistas que le batieron cola al mandatario de turno y que han mariposeado por doquier, haciéndole el juego a los ratings y al sol que más alumbre. El partidor presidencial está abierto y nosotros atentos.