jueves, 11 de febrero de 2021

Vigía: el triángulo Cuba - Venezuela - ELN y la desestabilización de Colombia

Coronel John Marulanda (RA)
Por John Marulanda*

Empantanado en su infame historia revolucionaria, el ELN refresca su retórica sesentera y su gerontocracia, entre mojito y mojito, propone una estrategia político militar que arranca de La Habana y pasa por Caracas: “Compañero, comandante y jefe, Nicolás Maduro Moro, cuente con el Ejército de Liberación Nacional hasta la muerte. Somos leales a Venezuela…”, proclamó hace un par de meses alias Edward del Frente de Guerra Oriental, hoy con unos 1.000 jóvenes venezolanos en sus filas.

Es biopolítica: Cuba adoptó una hija, Venezuela, y esta adoptó al ELN, hijo natural de Cuba.

Advertencias de la historia

Me uno a los analistas que advierten la nueva maniobra del ELN. Seis fracasados intentos de negociación de diferentes mandatarios colombianos (Gaviria 1991, Samper 1998, Pastrana 1999, Uribe 2002, Santos, 2015, Duque 2019), permiten entrever la ofensiva de ese cartel para restablecer el diálogo con Duque, roto por el asesinato de 22 estudiantes con un carro bomba en Bogotá en el 2019, con una maniobra fortalecida por el gobierno bolivariano y acolitada por Cuba, como siempre.

Hace 72 horas, el embajador cubano en Colombia, un veterano agente del G2, distribuyó un críptico mensaje advirtiendo “sin confirmar” un atentado terrorista, del cual, según él, consultados los confesos asesinos refugiados en La Habana, dicen no tener información. Mensaje del triángulo La Habana-Caracas-ELN con la vieja táctica de amenaza de terror y oferta de alivio: el próximo lunes se celebra otro aniversario de la muerte del cura Camilo Torres, símbolo fracasado de la Teología de la Liberación que aún tiene fanáticos entre obispos y curas, y los narcoterroristas suelen conmemorar sus efemérides a su estilo. Además, el 15 se anuncia un paro de camioneros. Esa carta, haya o no atentado, certificará una Cuba generosa con Colombia y ya surtió sus primeros efectos, reuniendo extraordinariamente a funcionarios de la alcaldía y de varios ministerios para analizar la seguridad de Bogotá.

Un reciente documento de la organización narcoterrorista, “súper secreto” pero oportunamente publicado por una revista, menciona “aparatos de operatividad militar transitoria” en referencia a las capacidades sus células urbanas, demostradas en el atentado del Centro Comercial Andino en el 17 y en las turbamultas de octubre del 19. Estas capacidades, se convierten en un riesgo mayor con armas proveídas por países extracontinentales como Rusia (misiles Igla) o Irán (drones) y suministradas por Venezuela, pues uno o varios atentados pueden disparar la desestabilización de país, con efectos impredecibles en las elecciones del 22, como lo planea el Foro de Sao Paulo, lo promueve el Grupo de Puebla y lo articulan Cuba y Venezuela.

Dedicado al narcotráfico y a la minería ilegal, el ELN dentro de la estrategia, los elenos quiere vender en el mismo documento, el cuento chimbo de una división interna para ofrecer la oportunidad de un sector pacifista que, una vez más, se paseará por Europa, seguramente con el apoyo del obispado alemán y, como en el pasado, intentará lavar su cara ante el mundo. Otro viejo artificio conocido en Colombia.

Recomendaciones serias

Desafortunadamente para el ELN, como para las FARC, el narcotráfico ha calado profundo en sus mentecatos cerebros marxistas-leninistas y ha corroído sus bases ideológicas. No están divididos por la propaganda del gobierno sino por la grosera acumulación de dinero que carcome sus mentes primitivas. Y ese es su enemigo interno, el que está acabando con la organización.

Urge ahora una acción demoledora de la fuerza legal y legítima del Estado contra sus cabecillas, como en el caso del mediático jovenzuela alias Uriel, el mismo que donó dinero a la campaña del candidato correísta Arauz. Bombardear los campamentos de estos narcoterroristas, dentro de los parámetros del DIH y sin temor a lo que digan los Barreras o los senadores de lesa humanidad o los comunistas soviéticos de marras. Se deben, además, poner en evidencia a las ONG, investigadores, articulistas, académicos y funcionarios que hacen parte del frente de quintacolumnistas que claman por un diálogo como única medida para reducir la violencia que el mismo ELN genera. Estos “expertos” en inseguridad y “analistas” de alquiler, aumentan la exposición mediática del ELN, paralela a su crecimiento en hombres y armas y a su expansión fronteriza por Perú, Colombia, Ecuador y Panamá. Ecuador, en donde el postulante a presidente Arauz proclama que “La victoria del pueblo será un gran respiro para la integración regional”, es el inmediato proyecto de cobijo, protección y expansión del ELN.

En esta triangulación perversa Cuba – Venezuela - ELN no se entiende que Colombia sostenga relaciones con Cuba y no con Venezuela, como no sea parte de una política de maliciosa ingenuidad. Santos sale a escena pidiéndole a Biden que saque a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, lista que Trump ejecutó con base en las atrocidades del ELN; el Comisionado de Paz de Duque, quien, por supuesto, no habla de guerra, niega cualquier intento de diálogo con la banda y el joven ministro de Defensa da declaraciones de libreto al respecto. Primeras señales de que algo puede estar cocinándose. Para algunos, los cabecillas del ELN se han convertido en una pesada carga para Cuba y el ELN en un lastre para Venezuela. A pesar de que Chávez aseveró en el 2008 que "Las FARC y el ELN son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político y bolivariano que es respetado en Venezuela”, advertimos desde esa misma época: con carteles del narcotráfico y sus capos, todo termina mal.