Por John Marulanda*
Empantanado en su infame historia revolucionaria, el ELN
refresca su retórica sesentera y su gerontocracia, entre mojito y mojito,
propone una estrategia político militar que arranca de La Habana y pasa por
Caracas: “Compañero, comandante y jefe, Nicolás Maduro Moro, cuente con el Ejército de Liberación Nacional hasta la
muerte. Somos leales a Venezuela…”, proclamó hace un par de meses alias
Edward del Frente de Guerra Oriental, hoy con unos 1.000 jóvenes venezolanos en
sus filas.
Es biopolítica: Cuba adoptó una hija, Venezuela, y esta
adoptó al ELN, hijo natural de Cuba.
Advertencias de la historia
Me uno a los analistas que advierten la nueva maniobra del ELN.
Seis fracasados intentos de negociación de diferentes mandatarios colombianos
(Gaviria 1991, Samper 1998, Pastrana 1999, Uribe 2002, Santos, 2015, Duque
2019), permiten entrever la ofensiva de ese cartel para restablecer el diálogo
con Duque, roto por el asesinato de 22 estudiantes con un carro bomba en Bogotá
en el 2019, con una maniobra fortalecida por el gobierno bolivariano y
acolitada por Cuba, como siempre.
Hace 72 horas, el embajador cubano en Colombia, un veterano
agente del G2, distribuyó un críptico mensaje advirtiendo “sin confirmar” un
atentado terrorista, del cual, según él, consultados los confesos asesinos
refugiados en La Habana, dicen no tener información. Mensaje del triángulo La
Habana-Caracas-ELN con la vieja táctica de amenaza de terror y oferta de
alivio: el próximo lunes se celebra otro aniversario de la muerte del cura
Camilo Torres, símbolo fracasado de la Teología de la Liberación que aún tiene
fanáticos entre obispos y curas, y los narcoterroristas suelen conmemorar sus
efemérides a su estilo. Además, el 15 se anuncia un paro de camioneros. Esa
carta, haya o no atentado, certificará una Cuba generosa con Colombia y ya
surtió sus primeros efectos, reuniendo extraordinariamente a funcionarios de la
alcaldía y de varios ministerios para analizar la seguridad de Bogotá.
Un reciente documento de la organización narcoterrorista,
“súper secreto” pero oportunamente publicado por una revista, menciona “aparatos
de operatividad militar transitoria” en referencia a las capacidades sus
células urbanas, demostradas en el atentado del Centro Comercial Andino en el
17 y en las turbamultas de octubre del 19. Estas capacidades, se convierten en
un riesgo mayor con armas proveídas por países extracontinentales como Rusia
(misiles Igla) o Irán (drones) y suministradas por Venezuela, pues uno o varios
atentados pueden disparar la desestabilización de país, con efectos
impredecibles en las elecciones del 22, como lo planea el Foro de Sao Paulo, lo
promueve el Grupo de Puebla y lo articulan Cuba y Venezuela.
Dedicado al narcotráfico y a la minería ilegal, el ELN
dentro de la estrategia, los elenos quiere vender en el mismo documento, el
cuento chimbo de una división interna para ofrecer la oportunidad de un sector
pacifista que, una vez más, se paseará por Europa, seguramente con el apoyo del
obispado alemán y, como en el pasado, intentará lavar su cara ante el mundo.
Otro viejo artificio conocido en Colombia.
Recomendaciones serias
Desafortunadamente para el ELN, como para las FARC, el
narcotráfico ha calado profundo en sus mentecatos cerebros marxistas-leninistas
y ha corroído sus bases ideológicas. No están divididos por la propaganda del
gobierno sino por la grosera acumulación de dinero que carcome sus mentes
primitivas. Y ese es su enemigo interno, el que está acabando con la
organización.
Urge ahora una acción demoledora de la fuerza legal y
legítima del Estado contra sus cabecillas, como en el caso del mediático
jovenzuela alias Uriel, el mismo que donó dinero a la campaña del candidato
correísta Arauz. Bombardear los campamentos de estos narcoterroristas, dentro
de los parámetros del DIH y sin temor a lo que digan los Barreras o los
senadores de lesa humanidad o los comunistas soviéticos de marras. Se deben,
además, poner en evidencia a las ONG, investigadores, articulistas, académicos
y funcionarios que hacen parte del frente de quintacolumnistas que claman por
un diálogo como única medida para reducir la violencia que el mismo ELN genera.
Estos “expertos” en inseguridad y “analistas” de alquiler, aumentan la
exposición mediática del ELN, paralela a su crecimiento en hombres y armas y a
su expansión fronteriza por Perú, Colombia, Ecuador y Panamá. Ecuador, en donde
el postulante a presidente Arauz proclama que “La victoria del pueblo será
un gran respiro para la integración regional”, es el inmediato proyecto de
cobijo, protección y expansión del ELN.
En esta triangulación perversa Cuba – Venezuela - ELN no se
entiende que Colombia sostenga relaciones con Cuba y no con Venezuela, como no
sea parte de una política de maliciosa ingenuidad. Santos sale a escena
pidiéndole a Biden que saque a Cuba de la lista de países que apoyan el
terrorismo, lista que Trump ejecutó con base en las atrocidades del ELN; el
Comisionado de Paz de Duque, quien, por supuesto, no habla de guerra, niega
cualquier intento de diálogo con la banda y el joven ministro de Defensa da
declaraciones de libreto al respecto. Primeras señales de que algo puede estar
cocinándose. Para algunos, los cabecillas del ELN se han convertido en una
pesada carga para Cuba y el ELN en un lastre para Venezuela. A pesar de que
Chávez aseveró en el 2008 que "Las FARC y el ELN son fuerzas
insurgentes que tienen un proyecto político y bolivariano que es respetado en
Venezuela”, advertimos desde esa misma época: con carteles del narcotráfico
y sus capos, todo termina mal.