sábado, 9 de enero de 2021

Chile pudo, Colombia no ha querido

Andrés de Bedout Jaramillo

Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Es demasiado extraño que en Colombia no se puedan racionalizar los altísimos sueldos de congresistas, magistrados, presidentes, gerentes, y demás altos funcionarios del Estado.

Todos los partidos y movimientos políticos están de acuerdo en la necesidad de la medida y todos quieren seguir jugando al engaño, a la injusticia, a la decepción de los colombianos y nadie, de los que pueden, hace nada diferente de seguir burlándose de los colombianos.

Son tan descarados que inclusive es mayor y por varios puntos, el incremento salarial de estos altos funcionarios, que el mismo aumento del salario mínimo legal vigente.

Nos engañan con amagos de impuestos altos a los salarios de los altos, a sabiendas que ellos mismos los impiden, mejor, los impidieron, como si estuvieran exentos de la pandemia; por más poder y plata que tengan, como humanos que son, también se pueden enfermar.

Cursan en el congreso desde hace muchos años proyectos de reformas para reparar esta desproporción salarial, todas son cortinas de humo para seguirla estirando. Ahora andan con el cuento de congelar 4 años los altos salarios, no es nueva, ya la habían planteado.

Mejor dicho, ellos están trabajando para que los estragos económicos de la pandemia, que a todos nos están tocando, a ellos sea legalmente imposible tocarlos; qué tristeza, no les duele Colombia, les duele su bolsillo insaciable.

Por favor, hagan algo, solo ustedes pueden racionalizar sus sueldos, recuerden el principio de que las cosas se deshacen como se hacen.

En estos días leímos un artículo de una senadora y francamente le queda a uno la sensación de que no hay partido ni movimiento en Colombia que, disfrutando de los cargos mejor pagados, esté en la tarea de racionalizar los sueldos altos, ni siquiera en pandemia.

Si aparentemente todos están tan decididos a rebajarse los sueldos, porque no firman un documento exonerando al Estado colombiano de cualquier responsabilidad, por las consecuencias jurídicas que pueda tener esta rebaja en la aplicación del principio de que a nadie le pueden rebajar el sueldo; o le ponen parámetros al principio, estableciendo que a nadie le pueden rebajar el sueldo por debajo de uno, dos o tres mínimos legales vigentes mensuales.

Es carreta lo de la violación del principio de: a trabajo igual, salario igual, porque a poquito que están trabajando y han trabajado, sobretodo en el Congreso de la República. 

En fin, no nos engañen más, no nos dejemos engañar más, es que, hasta los miles de colombianos aspirantes a las altas dignidades del Estado, hacen parte del sainete del engaño al pueblo, porque como todos, quieren ganar un sueldo muy alto, con miles de prerrogativas, todo de cuenta de un Estado, diseñado por ellos y para ellos.

Ellos hicieron las normas para garantizarse como convertirse en los más ricos del cementerio, en los más protegidos y privilegiados, a costas de ser los más odiados y despreciables. Es que ni los congresistas y magistrados que hemos considerado como trabajadores serios y responsables, están dispuestos a participar siquiera en la racionalización de los sueldos, ha podido más la satisfacción que les da el dinero que cualquier otra cosa; olvidaron que nadie sabe para quién trabaja y olvidaron también que nada se lleva uno para la otra vida.

El gobierno de Chile se dio la pela y rebajó los sueldos de los altos, de un solo plumazo. Chile va a salir de las dificultades, porque los últimos gritos de su pueblo fueron escuchados por su gobierno de derecha, ejercido por un reconocido capitalista social, responsable.

En Colombia la trampa nos la tienen montada, sostener la confusión, la inconformidad, el hambre, la pobreza, la informalidad, como caldo de cultivo que les permita abusar del Estado, a todos en forma simultánea y acompasada.

Mejor dicho, con lo que tenemos no vamos a racionalizar los sueldos, no se puede exterminar ni legalizar la coca, no se puede acabar con la creciente y dañina informalidad; ahora la disputa es quiénes se van a quedar con el botín, si los de derecha, los de izquierda o los del centro; mejor dicho, no hay con quien por el momento.

Yo no sé cuántos proyectos de ley hay sobre estos temas en el Congreso, ni cuántos más van a radicar para distraernos con noticias sobre hechos que no sucederán, porque no les conviene, ellos quieren ser los más ricos y poderosos del cementerio. 

Pidamos a nuestro señor Jesucristo un líder ecuánime, justo, responsable, para poder enderezar el camino equivocado por el que vamos, ablandando el corazón de nuestros legisladores.