Por Andrés de Bedout Jaramillo
Con esa noticia
rematamos el año de la pandemia, de la pérdida de millones de empleos, de la
quiebra de miles de empresas, del crecimiento de los niveles de pobreza.
El incremento de los
congresistas arrastró el de los magistrados, presidente y demás funcionarios de
altísimos sueldos, más infinidad de costosísimas prebendas.
No podía terminar el
año más duro de los últimos siglos con semejante abuso. Es que el descaro, la
desproporción, la injusticia, estaban planeadas con antelación, con toda la
fuerza constitucional y legal, para obligar el alza salarial desproporcionada e
injusta inclusive para momentos distintos a estos de pandemia, desempleo,
hambre y pobreza.
Qué tan rato que, para
frenar este despropósito, no se pudieron inventar ni mensajes de urgencia, ni fastrack, ni extras, ni nada, ni el más
mínimo esfuerzo de ninguno de los vivos y descarados congresistas, que ya se
habían burlado del mensaje permanente de inconformidad de los colombianos y lo
seguirán haciendo, hasta que sea la revocatoria lo que de pronto los frene.
Hace unos meses escribí
a son de chiste, la propuesta del incremento a los congresistas y resultó
siendo una descarada realidad.
Muy bueno para ellos,
los altos del Estado, pero qué vergüenza frente al pueblo colombiano, la
tradición de diferencias que ellos han venido estableciendo en su egoísta y
descarado favor, aprovechando su calidad de legisladores irresponsables y
ventajosos, para hacerse ver como seres superiores y distintos al resto de los
colombianos.
Definitivamente no
haberle ni siquiera puesto freno a esta situación, los hace ver como los más
corruptos del aporreado país, con el agravante de que por ser los más odiados y
despreciados, tocará incrementarles sus esquemas de seguridad, haciéndolos aún
más costosos, frente a los nulos beneficios que prestan al país, que reclama
fuerza pública, ocupada al servicio de los altos del Estado.
Ni siquiera son capaces
de ponerse de acuerdo en lo fundamental que beneficie al interés general, solo
se ponen de acuerdo en lo particular, en lo individual que los beneficie a
ellos solitos.
Mal fin de año para
todos, bueno para ellos, la vaina es ¿hasta dónde vamos a aguantar? ¿Qué nos va
a pasar, de seguir por este camino? ¿Qué irá a pasar en el incierto 2021 que
pronto se inicia?
Que nuestro Señor
Jesucristo nos dé paciencia y mucha sabiduría para poder enfrentar el peor de
nuestros males.
De todas maneras un
feliz año para todos; Jesús no nos desampara.