Por Pedro Juan González Carvajal
Para
los colombianos la máxima tragedia de este año no lo fue la pandemia, ni el mal
gobierno, ni el desastre climático que está afectando a millones de
compatriotas. Lo verdaderamente terrible ha sido haber perdido 3-0 con Uruguay
y 6-1 con Ecuador en la segunda fecha de las rondas eliminatorias para el
mundial de fútbol en Catar 2022.
Pero
esta tragedia nacional debe ser entendida en su verdadera dimensión, comprendiendo
que una cosa son los síntomas de los problemas, (9 goles en contra en 2
partidos contra rivales directos), otra cosa los problemas (perdimos el rumbo y
la identidad futbolística) y otra la causa de los problemas, sobre la cual me
detendré:
La
FIFA en su sabiduría ha definido la existencia de 7 categorías que sirven para
mantener un permanente relevo generacional para las distintas competiciones a
nivel local e internacional, así: Pre- Benjamín, Sub 7 y Sub-8. Benjamín, Sub 9
y Sub 10. Alevín, Sub 11 y Sub 12. Infantil, Sub 13 y Sub 14. Cadete, Sub 15 y
Sub 16. Juvenil, Sub 17, Sub 18 y Sub 19 y finalmente, Absoluta Senior o
Mayores.
Primer gol en contra: ausencia de un verdadero proyecto que incluya el manejo
integral en lo deportivo y lo administrativo de las 7 categorías anteriormente
mencionadas.
Si
esto no existe, es imposible pensar en el mediano y en el largo plazo y mucho
menos consolidar una pretendida identidad futbolística que integre e incluya
jugadores, técnicos y cuerpos técnicos.
Segundo gol en contra: incongruencia entre el pretendido manejo transparente de
la actividad futbolística y el actual patrocinio de la liga local. En el mundo
se están tratando de terminar las relaciones entre el fútbol y las casas de
apuestas, mientras en Colombia el principal patrocinador es una Casa de
Apuestas. No tenemos nada contra este tipo de actividades siempre y cuando no
se presten a malas interpretaciones. Además, no solo hay que ser decente sino
parecerlo.
Tercer gol en contra: crisis de la clase directiva, debido a los problemas
legales en los cuales están enredados varios directivos, como malos manejos por
reventa de boletas, lavado y corrupción, por lo cual hay exdirectivos
extraditados y encarcelados y directivos hoy investigados, lo cual genera un
ambiente turbio y una falta completa de autoridad moral para mandar.
Cuarto gol en contra: Por situaciones extra futbolísticas, no nos servía darle
continuidad a un técnico que nos había llevado a dos mundiales. Como estamos
pasando muy bueno en esta fiesta, pues vámonos para otra parte. Ahí estamos
pintados. Y luego, casi que, por descarte, se trae un técnico con cierto
palmarés, pero pleno desconocimiento de las realidades futbolísticas de
Colombia y de Suramérica.
Además,
todavía nos da dificultad entender la diferencia entre un buen técnico, un buen
entrenador y un buen seleccionador. Sin embargo, ante la inmadurez de muchos de
nuestros jugadores muchas veces lo que requiere es una figura paternal y no un
técnico de fútbol.
Quinto gol en contra: innegable la calidad de varios de nuestros jugadores
que se han destacado y se destacan, algunos con continuidad y otros con
intermitencia, en las ligas de todo el mundo, sobre todo en las europeas. Sin
embargo, todavía hace falta llegar y mantenerse en el primer nivel de
competencia. Hoy en un 95% los integrantes de la selección juegan en el exterior.
Y los que juegan en la liga local, pues son mediocres en su gran mayoría,
teniendo como evidencia, que, por ejemplo, hoy ningún club colombiano está en
los octavos de final de la Copa Libertadores y que cuando un equipo grande como
Nacional gana un torneo internacional, inmediatamente es desmantelado,
demorándose unos 5 años en promedio en recuperar el rumbo para volver a iniciar
un proceso que lleve a nuevas victorias importantes. ¡Así no se puede ser
grande! Desde otra realidad, si aparece un jugador que se salga del promedio,
inmediatamente es vendido, muchas veces por cifras ridículas, para solventar
los problemas de caja.
Sexto gol en contra: nuestros periodistas deportivos, en un altísimo
porcentaje son unos caníbales amarillistas que quieren inmiscuirse en el manejo
técnico de la selección, y cuando aparece un técnico con carácter que los pone
respetuosamente en su sitio, pues comienzan la cacería.
Peligro de autogol: me da por pensar en que la idea de “europeizar” nuestro
fútbol, extensible a toda Suramérica, es un camino equivocado. Cuando las
selecciones y los clubes de nuestro continente jugaban a lo suramericano, las
primeras ganaban mundiales y los segundos copas intercontinentales y mundiales
de clubes. Los equipos europeos se llevan lo mejor de Suramérica para dar
grandes saltos de calidad y ahora nos dio por pretender enfrentarlos jugando a
la de ellos. Se me hace que puede pasar lo mismo que está pasando en el
ciclismo: nos preocupamos por mejorar en el plano y en la contra reloj para no
perder tanto tiempo en esos terrenos y ahora, el primer esloveno que se
atraviesa nos gana en la contra reloj y también en la montaña. Sería bueno
tener en cuenta que, hasta la fecha, ningún técnico europeo ha tenido éxito en
el fútbol suramericano.
Reflexion final: finalmente, habría que hablar de la resignación de
nosotros los hinchas. A estas alturas del partido no nos deberíamos contentar
con obtener la clasificación a un mundial, sino en superar lo alcanzado. Para
el próximo mundial mínimo deberíamos pasar a cuartos de final, en dos o tres
mundiales a semifinales, y por qué no, aun cuando ya no nos toque, en unos 5
mundiales, jugar una final.
Duro panorama inmediato: ya sea al actual técnico o a uno nuevo, le tocará jugar
el primer partido post-tragedia en el mes de marzo de 2021 con Brasil, lo cual
no deja de tener una alta probabilidad de derrota, teniendo en cuenta tanto la
historia como nuestra situación actual.
¡Amanecerá
y veremos!