Por Antonio Montoya H.
Eso es
lo que ocurre a diario en Colombia y posiblemente en muchos otros lugares del mundo.
No es un tema exclusivo nuestro, aunque sí esté arraigado desde tiempos
inmemoriales. Desde la época de la Conquista y la Colonia tenemos historias de
robos, pérdidas de dinero de la corona española y condenas diversas por ese
tipo de delito.
Para mí
el problema está en que, en vez de controlarse, se expande a diario por todo el
territorio nacional; no hay municipio, corregimiento o departamento en el que
no se den graves problemas por causa de la corrupción, las obras públicas no se
concluyen, los anticipos se pierden, hospitales sin terminar, miles y miles de
millones de pesos que no se vuelven a ver, nadie logra recuperarlos, los
beneficiarios de esos dineros mal habidos se pierden en la maraña de la
contratación y los que quedan inmersos en procesos penales logran al poco
tiempo salir por falta de pruebas, por vencimiento de términos, en fin por la
acción de los propios abogados defensores que diluyendo el proceso, aplazando
audiencias por los motivos más diversos e increíbles, obtienen el beneficio de
la libertad y así estos bandidos vuelven a sus hogares a disfrutar del dinero
que ya tenían encaletado en lugares donde nadie los encuentra y logran así
reinsertarse en la vida civil por no ser condenados riéndose del Estado y
disfrutando de dinero que no les corresponde.
Desde
los grandes actos de corrupción como Reficar, los Nule, Dragacol, alimentos
para los niños, edificios sin terminar, el Túnel de la Línea, contratos de
carreteras que se tienen que adicionar, colegios, en fin, no terminaríamos la
lista de los grandes desfalcos de este país, pero a ellos que son lo de
renombre nacional, se les unen a diario miles y miles de contratos donde está
la mano metida de la corrupción. Por ejemplo nos podemos referir a la feria de
contratos que por causa de la pandemia se han dado en nuestro país, comprometiendo
elevadas sumas con contratistas que no cumplen requisitos, o por cifras más
altas que cualquier mercado del país; medicinas de valor astronómico y todos
esos negocios que aparecen a pesar de que en meses recientes los grandes entes
de control de nuestro país a saber la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía
se presentaron públicamente en la televisión y nos informaron de las
investigaciones abiertas aseguraban que de encontrarse realmente las pruebas estas
personas serian condenadas y purgarían su delito.
Pues
no, no hay demostración de que esto esté ocurriendo porque las tres “ías”, como
se les dice en el común de las personas, hablan mucho y concretan poco, las
pruebas están, los documentos que permitirían asegurar a los responsables están,
pero no sé por qué no pasa nada, y eso que esas tres entidades tienen grandes
profesionales a cargo, puede ser que la burocracia no deja avanzar, esos
procesos acaban en los anaqueles eternamente y al final no pasa nada.
Señores
lectores, tenemos que cambiar, estos
actos diarios que conducen al detrimento del erario público, están también en
la justicia con el ya conocido cartel de la toga, vendiendo fallos o
embolatando procesos para favorecer a
congresistas, el crecimiento de las tutelas desbordando el objeto para el cual
fueron creadas en la Constitución del 91, el mismo Congreso sin ser capaz de
renovarse, controlarse y extinguir el mal que lo carcome, evitando a toda costa
su reducción en numero de congresistas, su renovación, su no reelección mas de
dos veces, sus salarios, en fin allí nace el desastre de este país no
facilitamos que triunfe la moralidad pública.
Se han
intentado referendos, y nosotros los ciudadanos tampoco ayudamos. En uno de
ellos faltó poco para llegar al umbral de votos requerido, en el otro, por unos
pocos votos, no se logró el objetivo, y aunque se ha intentado el cambio bajo
proyectos de ley, estos tampoco prosperan porque los mismos congresistas los
derrotan lo que vuelve extremadamente difícil extirpar el cáncer de la
corrupción.
Es
increíble observar en las redes, las noticias y los periódicos, cómo salen a
diario actos de corrupción, de desfalcos y pérdida de dineros del Estado; por
eso cuando dicen que habrá reforma tributaria me parece increíble oírlo, no se
puede aceptar, debemos exigir que se proteja el dinero de los contribuyentes
que exista pronta y eficaz justicia y para ello deberían ayudar las veedurías
ciudadanas y los mismos antes de control vigilando desde el origen de la
contratación antes de entregar dineros, que se tenga certeza de los proyectos,
de las licitaciones y de los controles, es decir, debemos tener el control de
los entes antes de que se cometen los delitos, de lo contrario no justifica
tenerlos. Exijamos transparencia.