lunes, 21 de diciembre de 2020

Corrupción y más corrupción

Antonio Montoya H.

Por Antonio Montoya H.

Eso es lo que ocurre a diario en Colombia y posiblemente en muchos otros lugares del mundo. No es un tema exclusivo nuestro, aunque sí esté arraigado desde tiempos inmemoriales. Desde la época de la Conquista y la Colonia tenemos historias de robos, pérdidas de dinero de la corona española y condenas diversas por ese tipo de delito.

Para mí el problema está en que, en vez de controlarse, se expande a diario por todo el territorio nacional; no hay municipio, corregimiento o departamento en el que no se den graves problemas por causa de la corrupción, las obras públicas no se concluyen, los anticipos se pierden, hospitales sin terminar, miles y miles de millones de pesos que no se vuelven a ver, nadie logra recuperarlos, los beneficiarios de esos dineros mal habidos se pierden en la maraña de la contratación y los que quedan inmersos en procesos penales logran al poco tiempo salir por falta de pruebas, por vencimiento de términos, en fin por la acción de los propios abogados defensores que diluyendo el proceso, aplazando audiencias por los motivos más diversos e increíbles, obtienen el beneficio de la libertad y así estos bandidos vuelven a sus hogares a disfrutar del dinero que ya tenían encaletado en lugares donde nadie los encuentra y logran así reinsertarse en la vida civil por no ser condenados riéndose del Estado y disfrutando de dinero que no les corresponde.

Desde los grandes actos de corrupción como Reficar, los Nule, Dragacol, alimentos para los niños, edificios sin terminar, el Túnel de la Línea, contratos de carreteras que se tienen que adicionar, colegios, en fin, no terminaríamos la lista de los grandes desfalcos de este país, pero a ellos que son lo de renombre nacional, se les unen a diario miles y miles de contratos donde está la mano metida de la corrupción. Por ejemplo nos podemos referir a la feria de contratos que por causa de la pandemia se han dado en nuestro país, comprometiendo elevadas sumas con contratistas que no cumplen requisitos, o por cifras más altas que cualquier mercado del país; medicinas de valor astronómico y todos esos negocios que aparecen a pesar de que en meses recientes los grandes entes de control de nuestro país a saber la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía se presentaron públicamente en la televisión y nos informaron de las investigaciones abiertas aseguraban que de encontrarse realmente las pruebas estas personas serian condenadas y purgarían su delito.

Pues no, no hay demostración de que esto esté ocurriendo porque las tres “ías”, como se les dice en el común de las personas, hablan mucho y concretan poco, las pruebas están, los documentos que permitirían asegurar a los responsables están, pero no sé por qué no pasa nada, y eso que esas tres entidades tienen grandes profesionales a cargo, puede ser que la burocracia no deja avanzar, esos procesos acaban en los anaqueles eternamente y al final no pasa nada.

Señores lectores, tenemos que cambiar, estos actos diarios que conducen al detrimento del erario público, están también en la justicia con el ya conocido cartel de la toga, vendiendo fallos o embolatando procesos  para favorecer a congresistas, el crecimiento de las tutelas desbordando el objeto para el cual fueron creadas en la Constitución del 91, el mismo Congreso sin ser capaz de renovarse, controlarse y extinguir el mal que lo carcome, evitando a toda costa su reducción en numero de congresistas, su renovación, su no reelección mas de dos veces, sus salarios, en fin allí nace el desastre de este país no facilitamos que triunfe la moralidad pública.

Se han intentado referendos, y nosotros los ciudadanos tampoco ayudamos. En uno de ellos faltó poco para llegar al umbral de votos requerido, en el otro, por unos pocos votos, no se logró el objetivo, y aunque se ha intentado el cambio bajo proyectos de ley, estos tampoco prosperan porque los mismos congresistas los derrotan lo que vuelve extremadamente difícil extirpar el cáncer de la corrupción.

Es increíble observar en las redes, las noticias y los periódicos, cómo salen a diario actos de corrupción, de desfalcos y pérdida de dineros del Estado; por eso cuando dicen que habrá reforma tributaria me parece increíble oírlo, no se puede aceptar, debemos exigir que se proteja el dinero de los contribuyentes que exista pronta y eficaz justicia y para ello deberían ayudar las veedurías ciudadanas y los mismos antes de control vigilando desde el origen de la contratación antes de entregar dineros, que se tenga certeza de los proyectos, de las licitaciones y de los controles, es decir, debemos tener el control de los entes antes de que se cometen los delitos, de lo contrario no justifica tenerlos. Exijamos transparencia.