martes, 20 de octubre de 2020

De cara al povernir: palo porque sí, palo porque no

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal*

Pareciera que la insatisfacción permanente es condición de nuestra especie, pero quiero concentrarme en lo que pasa en nuestro querido país, donde para darle gusto a la gente, definitivamente no se puede hacer nada. Si haces, te critican. Si no haces, también.

Al pobre presidente Duque, textualmente hablando, se “le apareció la Virgen” con esta pandemia y gracias a ella ha logrado al menos detener el deterioro creciente de su imagen debido al manejo mediático que le ha dado el asunto, del cual ninguno se eximiría ante la opinión pública por cuenta de algunas de las decisiones tomadas. Que nos tenemos que encerrar para salvaguardar la vida. Que tenemos que salir a reconstruir la economía. Que hay que evitar el contagio de las personas mayores. Que hay que exigir que no se discrimine a las personas mayores. Que tenemos que dar subsidios como salvavidas ante la pérdida de empleos. Que se nos dispararon los índices de endeudamiento. Que nos tenemos que lavar las manos permanentemente. Que aumentó el consumo de agua.

Ahora ni las FARC en sus procedimientos ante la JEP, se salvan de la inconsecuencia de los colombianos. Malo porque dicen la verdad. Malo porque no dicen la verdad. Malo porque dicen la verdad a medias. Malo porque dicen mentiras a medias. Malo porque niegan el reclutamiento de menores ante la percepción generalizada de que lo hacían. Malo que reconozcan haber participado en asesinatos como el de Álvaro Gómez Hurtado, porque se quiere culpar a otros. Malo que hayan asesinado a muchos colombianos. Malo que hoy los estén asesinando a ellos.

El día a día empresarial tampoco se escapa de la dicotomía: malo porque hay poca información disponible. Malo porque hay mucha información disponible. Malo porque hay muchos viejos resabiados. Malo porque hay muchos jóvenes inexpertos. Malo porque hay pocas ventas. Malo porque hay mucho servicio post venta. Malo porque decaen las exportaciones. Malo porque aumentan las importaciones. Malo porque sube el precio del dólar. Malo porque baja el precio del dólar. Malo porque llueve. Malo porque escampa. Malo porque hace calor. Malo porque hace frio. Malo porque se hacen reformas tributarias, malo porque no se hacen reformas tributarias.

Como dice el dicho, “no hay cómo cogerlos”. Cualquier cosa que se diga o se haga solo será utilizado como argumento en su contra.

Eso sí, la enorme capacidad de crítica es inversamente proporcional a la poca capacidad para proponer y para aportar.

La indolencia y la mediocridad son para mí, los dos calificativos que mejor expresan la realidad del conglomerado de la sociedad colombiana.

Eso de que “palos porque bogas, y palos porque no bogas”, ha sido asumido por muchos dirigentes para pasar de agache, para referirse a la realidad empleando solamente lugares comunes, o para decir lo políticamente correcto, aun cuando en su gestión no pase absolutamente nada. La gerencia implica resolver problemas, no aprender a coexistir con los problemas… Bueno, al menos eso dice la teoría.

Como lo canta Aterciopelados, “Malo si sí, malo si no”.