Por John Marulanda*
Hace 72 horas las FARC ejecutaron un suboficial y tres
soldados en el Catatumbo, frontera con Venezuela, mientras erradicaban matas de
coca con el fusil al hombro y un regatón en la mano. En Jamundí, un oficial en
retiro, en estado de indefensión, fue vilmente cosido a tiros por los bellacos
de las FARC. Y al otro lado de la frontera con el Ecuador, en Sucumbíos, el
ejército del vecino país mostraba armamento y abundante material de guerra
decomisados a las FARC. Nada de esto nos debe sorprender pues repetidamente
advertimos de un nuevo capítulo de violencia a partir de la suspensión de la
aspersión aérea con glifosato de los cultivos ilícitos, en mayo del 2015. Tal
suspensión fue la cuota inicial de Santos para obtener el beneplácito de la FARC
e iniciar el desastroso negocio que culminó en La Habana bajo la tutela de los
Castro. A este mal rumbo contribuyeron ONGs de izquierda disfrazadas de
cientifismo y sus analistas de pacotilla, que se dedicaron, con el rótulo que
les dio la gran prensa de “expertos”, a confundir y desviar la atención de la
opinión pública y a alabar el proceso que tiene al país al borde del barranco.
Claro, el gobierno de turno pagaba bien. Esos especialistas, que no distinguen
el ánima de un fusil del ánima de Santa Elena, son en gran parte culpables de
lo que se está empezando a vivir en Colombia.
Pero, nunca es tarde. En un reciente Foro de los Martes de El
Equipo, dos oficiales en uso de buen retiro y aspirantes a la Junta Directiva
de Acore, llamaron la atención sobre temas sensibles. Esto es algo de lo que
dijeron los verdaderos conocedores y expertos en seguridad y defensa.
En asuntos de seguridad pública, el coronel de ingenieros
militares (RA) Daniel Acosta, desmintió uno a uno los sardónicos infundios de
un articulista de la revista Dinero que las emprendió, ignorante, contra los
militares que están siendo asesinados en medio de cultivos de coca para que
exista la libertad de opinión en el país. El oficial también llamó la atención
sobre el actual pie de fuerza de las FFMM, que ha perdido poco más de 40 mil
efectivos y dispone en la actualidad de 199 mil 445 efectivos, en un vasto
territorio en donde las FARC y el ELN, bajo el cobijo del gobierno venezolano y
con el dinero del narcotráfico y la minería ilegal, crece exponencialmente en
hombres y armamento. Ante esta situación, el experto prospecta un necesario
incremento en el pie de fuerza de militares y policías para poder contener
tempranamente el avance de estas narco organizaciones que incentivarán y
financiarán la protesta callejera, una vez la pandemia se minimice y la vida
intente recobrar su rutina. De la brisa a la tormenta bolivariana, amenazan
desde Caracas.
En asuntos de defensa nacional, el señor mayor general de
la Fuerza Aérea (RA), Ricardo Rubianogroot, también miembro de El Equipo, puso
de manifiesto la precariedad de los medios y recursos asignados a la defensa
aérea estratégica del país, asunto de marca mayor ante las denuncias del presidente
Duque sobre las intenciones de Maduro de adquirir misiles iraníes tierra-tierra,
es decir ofensivos. Frente a una Venezuela equipada con la mejor red de
defensa antiaérea en la región y con aviones de combate rusos y chinos de
última generación, el oficial planteó las escasas posibilidades de adquirir
nuevos aviones estratégicos para un mínimo de disuasión. La opción más barata
sería el Falcon F-16 norteamericano, que cuesta 46 mil 168 millones de pesos;
la oferta más sofisticada es el Eurofigther Typhoon, europeo, que se cotiza
alrededor de los 100 mil millones de pesos la unidad. Y de defensa antiaérea,
ni hablar, no solo por su costo sino por la precariedad fiscal que está dejando
esta pandemia.
Pie de fuerza reducido y defensa estratégica pobre, son dos
elementos reales que se insertan en un panorama geopolítico regional complejo y
peligroso, como que el gobierno brasileño ha llamado a sus militares a
prepararse para una eventual intervención en un conflicto regional. ¿Alerta
temprana?
Es oportuno que el gobierno y la opinión pública escuchen a
los que saben del tema, que ya no tienen las restricciones reglamentarias
propias de la jerarquía y la cadena de mando. Y es Acore la llamada a ser la
mejor guía en asuntos de seguridad y defensa. Allí están los que tienen el
saber y la experiencia en estos asuntos, la base de todo el desarrollo del
país.