Por John Marulanda*
Desde hace cerca de 40
años El Nula, municipio de Páez, Táchira, se perfiló como un eventual “foco”,
de los que promovió el Che Guevara en los sesentas, con los aplausos de Regis
Debray, un intelectual francés casado con una venezolana. Existe una relación
histórica entre los municipios Páez y La Victoria, en Venezuela, y Saravena y
Arauquita, en Colombia. Allí, dicen que ahora ELN y FARC andan coordinados y
tutorados por Miraflores, usufructuando narcotráfico, minería ilegal, extorsión
y ordeño de las arcas fiscales, con la complicidad de políticos y funcionarios
corruptos o intimidados. Lo sucedido el fin de semana pasado, siembra serias
dudas sobre las reales dinámicas en desarrollo en esta región limítrofe, las
que podrían estar dándose en otros sectores de la larga y compleja frontera
colombo-venezolana.
Un primer informe del
CICPC del Táchira, el mismo sábado de la ocurrencia, relaciona el intento de
captura de un cabecilla del frente 10 de las FARC, acción que terminó con dos
oficiales y dos suboficiales de las FANB muertos y varios soldados heridos.
Dice ese relatorio que, en el operativo, en el cual participó personalmente un general,
se decomisaron 2 fusiles y 2 pistolas, datos confirmados por el director de la
ONG Fundaredes, Javier Tarazona. Anuncia el supuesto reporte que 15
guerrilleros fueron dados de baja en la maniobra. Cualquiera entenderá que las
cuentas no cuadran, pues si se recuperaron solamente 2 fusiles y dos pistolas,
quedarían 11 muertos sin armamento. Caso pulpito para cualquier agencia fiscal
o de DDHH. Además, Sebastiana Barraez, bien informada en asuntos militares
venezolanos, dijo que había presencia de rusos en el sitio de los
acontecimientos.
El lunes, el
comunicado oficial firmado por el general Padrino, reportó 4 militares muertos,
varios uniformados heridos, la neutralización de 3 campamentos de un “grupo
ilegal colombiano”, sin especificar, y la detención de 5 terroristas, a quienes
se les incautaron cinco fusiles y dos pistolas, explosivos y material
logístico. No aparecen bajas del otro lado, pero sí tres fusiles más.
El día anterior a este
golpe, el ELN activó un camión cargado de cilindros bombas frente a la base
militar de Arauquita y durante la semana realizó 7 atentados contra el
oleoducto Cañolimón-Coveñas en Arauquita, Saravena y Bojabá, al frente de El
Nula. Esta intensa actividad armada, ¿distracción?, ocurre justo cuando el
gobierno de US ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por alias “el
Puerco”, cabecilla responsable del narcotráfico
cuyas ganancias debe enviar a sus jefes del ELN en Venezuela. Norte de
Santander, también ofrece una recompensa de unos 13 mil dólares por este narco
eleno.
Esta región binacional (Táchira y Apure, Catatumbo y Arauca), está
interconectada con el suroriente fronterizo (Bolívar y Amazonas, Guainía y Guaviare) en donde
el ELN, con patente de Caracas, impone el orden en el arco minero a punta de
matanzas, como la de Tumeremo en marzo de 2016 e inclusive enfrenta a la GNB,
como en noviembre del 2018, cuando alias Garganta, fue “equivocadamente”
capturado en Picatonal, estado Amazonas, y los elenos reaccionaron asesinando
tres guardias e hiriendo a 10. En ese territorio, las FARC de alias Gentil
Duarte, se mueven con mucha mayor fluidez que las FARC de alias Iván Márquez.
Eso de que son grupos
armados ilegales que “provienen de territorio colombino donde se desplazan
con absoluta impunidad y la aquiescencia del gobierno y las fuerzas militares
de ese país en permanente conspiración contra Venezuela”, es una inane
monodia. Al contrario, es válido preguntarse cómo 600 hombres neutralizaron
tres campamentos, murieron 4 soldados y solo hay cinco detenidos. Además,
¿rusos operando militarmente en la frontera?
En Arauca las
hipótesis con mayor fuerza son: a) que se trata de un ajuste de cuentas pues
alias Fernel de la décima cuadrilla de las FARC, y supuesto objetivo del
operativo, no entrega dineros de secuestros y narco y, ordenado desde Caracas,
de paso, se le hace un favor a Iván Márquez debilitando a alias Duarte; y b)
que fue una “entrega” del ELN para ganar mayor confianza con las FANB y ejercer
mayor control autonómico en la región de El Nula.
Después de 6 días y
tres comunicados oficiales, solo quedan cuatro militares muertos, nueve
uniformados heridos, cinco civiles detenidos, armamento largo y material
logístico confiscados. Todo confuso y vago, como en el caso del ridículo
intento de desembarco en Macuto, en mayo pasado.
Las sustentadas y
frecuentes denuncias de cobijo y colaboración del gobierno de Maduro con las FARC
y el ELN, la actual lucha a muerte entre alias Iván Márquez, huésped de
Miraflores y alias Gentil Duarte, jefe de alias Fernel y el sistemático
fortalecimiento del ELN con el apoyo de Cuba, apunta a que una eventual
dinámica retaliatoria FARC Duarte - FARC Márquez - ELN, derive a un panorama
oscuro para la Seguridad Nacional fronteriza de ambos países, asunto de valor
geoestratégico.