viernes, 26 de junio de 2020

Pelando el cobre

José Leonardo Rincón, S. J.*

José Leonardo Rincón Contreras

De “pelar el cobre” se dice de alguien que aparentando ser una joya dorada, en realidad no lo es, es decir, es una imitación, es otra cosa, es falsa. Parecía de oro, pero resultó de cobre, esto es, de menor categoría.

Creo que a todos nos ha pasado en nuestras experiencias con otras personas y de seguro también que nosotros mismos hemos pelado nuestro propio cobre con otros. Vivimos en el mundo de las apariencias donde se quiere mostrar una realidad que no lo es. La imagen pesa mucho y se lucha por mostrar siempre el lado amable, el lado positivo, impactar, dejar una buena impresión, generar comentarios positivos, subir el rating de popularidad… sin embargo, como decía un colega hace años, “el que nace iguana, muere iguana”, como quien dice, “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. En cualquier momento, cuando menos se piense, se descubrirá la verdad, es decir, “pelaremos el cobre”. El mismo Evangelio lo dice… “no hay nada oculto que no llegue a saberse”.

Lo que pasó el viernes pasado, sí, el “COVID DAY”, le peló el cobre a más de uno, de presidente para abajo. Tanta alharaca durante 100 días, tanta cuarentena, tanta prevención, tanto aislamiento, tanto protocolo, tanta bioseguridad, para tirárselo todo, literalmente, en un día, todo motivado por la codicia, por la plata, por el afán de llenarse de cosas. Es verdad que hubo lugares y hubo personas donde inteligentemente se manejó muy bien el asunto, pero ya los números muestran simultáneamente el contraste entre el revés sanitario con miles de infectados y las exitosas ventas de cinco billones de pesos. Se peló el cobre: no era la salud de las personas lo que importaba, en realidad era no tener un descalabro económico.

Y el pueblo borrego en su actuar estúpido de masa alienada, le importó un bledo cuidar su salud, lo importante era correr, empujarse, estrujarse, con tal de tener un televisor curvo de 50 pulgadas. Peló el cobre. Irónicamente lo decía muy bien un meme: “y yo pensando que esa familia no tenía para el mercado y en realidad lo que necesitaba era electrodomésticos”, porque no hay plata para comida, no hay plata para pagar arriendo, ni servicios públicos, ni la pensión del colegio, ni para la universidad, pero sí para cosas suntuarias. Pelaron el cobre.

Y los hipócritas aquellos que estigmatizan a los profesionales de la salud cual leprosos peligrosos y no los querían cerca porque los podían contagiar, allí los vimos olvidados de sus purismos farisaicos, de sus asepsias fingidas. Ahora estarán contagiados y suplicarán arrodillados que los atiendan, que les den un cupo en la UCI, que les permitan un ventilador. Pelaron el cobre.

Por la plata baila el perro y lo que cuenta es el dinero. Pelamos el cobre muy fácilmente cuando mostramos realmente cuáles son nuestras prioridades, cuáles nuestros verdaderos intereses. Las apariencias engañan y el que tenga rabo de paja que no se acerque a la candela... Perdón, ¡creo que está oliendo a chamuscado!