lunes, 11 de mayo de 2020

Reflexiones


Por Antonio Montoya H.*

Antonio Montoya H.
Meses y días de reflexión, en esas nos la hemos pasado durante la cuarentena que se inició el 18 de marzo en Medellín y que luego, el 23 de marzo, se aplicó para todo el territorio nacional. Desde allí todo cambio. Con el que converso, vía telefónica o virtualmente por las diversas plataformas, expresa lo mismo, la vida no será igual, pero el presente tampoco es el mismo.

La familia. Me  decía uno de mis tres hijos, que nunca habíamos estado tanto tiempo juntos y la respuesta es que es verdad, y ha permitido conocernos más, disfrutar los momentos del día y comprender el concepto de familia; con los dos mayores Santiago y Felipe, hablo casi diario, ellos también con su señora y novia, compartiendo la vida familiar, pero aun así los disfruto mucho porque hablamos y nos expresamos cosas que antes no eran habituales, en conclusión la vida familiar para el que la disfruta es y ha sido una gran bendición, los lazos de amor, y de amistad se están fortaleciendo.

En el trabajo hemos visto que la solidaridad está imperando. En empresas donde las dificultades están a flor de piel, han propuesto los mismos trabajadores que todos bajan el sueldo con la condición de no despedir a nadie y eso está bien, es un momento en el que todos aportamos para todos ganar un poco.

La disciplina social no existe en muchos lugares. En barrios y ciudades parece que la orden no tuviera efecto, siguen en la calle las personas, los negocios están abiertos con graves consecuencias para la salud pública. Si estos ciudadanos no aceptan las órdenes, qué pasará cuando se infecten… pues ellos serán los primeros y sus familias en recurrir a los hospitales y solicitar ingreso a las UCI, qué tristeza qué desorden, las consecuencias se verán.

Es increíble que, para la celebración de un día de madres, se decrete toque de queda y no consumo de licor. Estamos mal, no puede ser que, para compartir en familia, que no se puede, fuera de aceptar a los que conviven con la madre, que tengamos que tomar medidas extras de orden público, es un día de celebración y en Colombia se convirtió en un día de muerte.

Se tuvieron que abrir las comisarias de familia, porque la presión social llevó a que el Estado tomara decisiones para proteger al cónyuge indefenso, porque se incrementó la violencia intrafamiliar. Los golpes, el maltrato físico y la poca moral están a flor de piel. No hay excusa posible para que quienes comparten el hogar se agredan, es una consecuencia nefasta de la cuarentena, aunque sin ella, dentro del hogar se dan más muertes que en otros lugares, por lo que podemos afirmar que la seguridad no está en la propia casa.

La economía será otra, volver a la normalidad costará tiempo y dinero. Seguramente el gobierno está viendo lo que nosotros percibimos desde la primera semana, mantenernos en cuarentena, conllevará al crecimiento de la violencia, robos y hurtos, porque el que tiene hambre y necesidades no aguanta el día a día, es brutal.

¿Las ayudas del gobierno en buena hora se decretan y se espera recibir, pero si llegan a dónde es? Es una pregunta que nos hacemos todos y me da la impresión de que no, que los recursos se quedan en una serie de intermediarios, de instituciones que se crean de la nada y que tiene como único objetivo apropiarse del dinero público.

El presidente Iván Duque, lo ha hecho bien, presencia diaria, comunicación con la ciudadanía, ministros claros y precisos; no tengo sino reconocimiento a ellos.

Los políticos no están presentes. Fuera de criticar y hablar de lo que no saben, no han contribuido a mantener la cohesión ciudadana. Qué triste ejemplo el de estos señores, lamento profundamente que hablen y no sepan de que hablan, es triste observar que con ellos no contamos sino para hablar mal de quienes sí buscan el beneficio ciudadano.

En fin, continuaremos, con el pasar de los días, reflexionando sobre estos temas de interés ciudadano.