Por Andrés de Bedout Jaramillo*
En estos
momentos de tantas dificultades en el mundo generadas por la pandemia y la
desaceleración económica, la recuperación de la confianza es lo más importante.
Tenemos
que recuperar la confianza en Dios, creyendo en sus mandatos y en su ejemplo,
para poder contar con la fortaleza, la paciencia, la paz y la tranquilidad
necesarias, para enfrentar esta y todas las dificultades que se nos presenten
en la vida; ejercitarnos espiritualmente, todos los días, con la oración, las
lecturas de la biblia y la simple conversación con nuestro señor Jesucristo,
nos permitirán confiar en Dios, repito, el único que nos puede dotar de la
fuerza, la paciencia, la paz y la tranquilidad requeridas.
Tenemos
que recuperar la confianza en nosotros mismos practicando permanentemente
valores como el de la honestidad, el respeto y el cariño, con nosotros mismos y
con los demás; somos vulnerables, débiles e iguales, siempre ha sido y seguirá
siendo así, pero hoy nos lo está recordando la pandemia. Ejercitemos el
espíritu y el cuerpo, mucho ejercicio físico, hoy más que nunca tenemos que
estar preparados física y mentalmente, para sortear esta crisis, donde tenemos
que responder por nosotros, por nuestras familias, por nuestros congéneres y si
confiamos en nosotros mismos vamos a cuidarnos para poder cuidar a los demás.
Tener más
bienes materiales, más poder, no nos salva de la muerte, ni de la cuarentena,
ni del COVID-19.
Tenemos
que recuperar la confianza de nuestros congéneres, reconociendo que la tenemos
perdida a todos los niveles, porque se nos confundieron las escalas de los
valores.
Los que
tienen poder y los que no tenemos poder, tenemos la mejor de las oportunidades
para recuperar la confianza de los demás, honestidad, verdad, respeto, trabajo,
estudio, paciencia, amor y agradecimiento a Dios por darnos la vida para luchar
mirando siempre hacia abajo. Todos sabemos que la confianza en el sector de la
política está totalmente minada, cuando la política con honestidad, austeridad,
respeto y cariño es vital en el funcionamiento del Estado, porque la política
es el arte de gobernar sirviéndole a los demás y no sirviéndose de los demás.
Si los
políticos se sientan a reconstruir confianza, serán el ejemplo que seguir por
los demás sectores de la sociedad, porque la política lo abarca todo.
Colombia
cuenta con dos mil millones de dólares, que son como ocho trillones de pesos,
para atender la pandemia y los efectos de la parálisis económica, estos
recursos hay que cuidarlos para poder atravesar este desierto; no sabemos
cuánto tiempo nos vamos a demorar, ni cuántas bajas vamos a tener en el camino,
lo único cierto es que, si dilapidamos estos recursos, el camino va a ser más
tortuoso.
Por
favor, no malgasten este dinero en bienes y servicios que de nada servirán para
atravesar el desierto, rindan cuentas exactas de cómo y en qué cuantías lo van
utilizando para saber cuánto nos va quedando; no permitan que pícaros se
apoderen del dinero, utilizando los miles de trucos para hacerlo desaparecer.
Parece
ser mucho dinero y es mucho dinero. Cuánto tiempo se demoró el país para
conseguirlo, con el esfuerzo y trabajo de todos, inclusive podría ser muchísimo
más, si los ladrones llamados corruptos y los dilapidadores que también son
corruptos y ladrones, no se hubieran llevado las inmensas cantidades que se
llevaron y que hoy se quieren seguir llevando.
Si
reconstruimos confianza, reconstruimos unidad y la unidad hace la fuerza.