domingo, 26 de abril de 2020

Colombia a partir del 27 de abril de 2020


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
Me atrevo a vaticinar un fin a la cuarentena, al confinamiento, motivado por un efecto sicológico, acá no ha pasado nada tan grave como para seguir encerrados y paralizados.

Este efecto psicológico, puede llegar para quedarse por lo menos durante un mes, periodo en el que se pueden disparar los contagios y el miedo nos lleve otra vez a encerrarnos, si no nos auto cuidamos, para cuidar a los demás.

Los efectos económicos de la apertura, si no están acompañados de resultados de por lo menos sostenibilidad, con unas ventas que soporten los precios de los nuevos costos de operación, afectados por las medidas y protocolos de bioseguridad necesarias, agregadas a las dificultades operativas de las empresas con las múltiples medidas de control y vigilancia a las personas, incluidas las amenazas de cierres de empresas por 2 casos de gripa covid-19 en sus trabajadores, pone muy en duda una apertura sostenible en el tiempo.

Con apertura y sin apertura, el Estado y la sociedad en general tenemos que sostener la calidad de vida de la gran cantidad de colombianos que ya se tienen plenamente identificados y localizados, y que no pueden seguir pasando trabajos.

La gran cantidad de medidas y decretos expedidos por el gobierno nacional, más los departamentales y municipales, cargados de buenas intenciones, tendrán que irse adaptando a las nuevas circunstancias que se vayan presentando.

Las investigaciones en curso, los controles preventivos y los posteriores selectivos de la fiscalía, contralorías, procuraduría, personerías, veedurías y ciudadanía en general, para de una vez acabar con los corruptos, deben producir rápidos resultados, ejemplarizantes. Inclusive, aprovechando la emergencia, se deben expedir fuertes decretos que ayuden en la lucha contra la corrupción.

Los jueces y magistrados, aprovechando el trabajo en casa, deben poner al día sus despachos, entregándonos la justicia que reclamamos los ciudadanos desde hace muchísimos años.

El congreso, asambleas y concejos, a cirugía urgente de adelgazamiento en número de integrantes y gastos de funcionamiento, salarios y honorarios.

Inmediatamente debemos definir un plan agropecuario y ponerlo en ejecución, para nuestro autoabastecimiento, en la hambruna que alerta desde ahora la FAO para los inmediatamente siguientes años en el mundo.

Estamos todos a prueba y tenemos que movernos rápido. De esta crisis vamos a sacar muchas oportunidades de mejora que no dejaremos para después. Todos nos vamos a manejar bien, nuestro señor Jesucristo nos va a ayudar, en Él creemos y confiamos, pero nosotros vamos a poner todo de nuestra parte.