Por Antonio Montoya H.*
Llevamos en Antioquia 9 días en cuarentena y en
el resto del país seis días, los cuales no han sido fáciles. Tendremos que
mantenerla hasta el día 13 de abril y dependiendo de las condiciones positivas
o negativas es posible que el gobierno considere la prórroga o no.
Hemos visto videos que muestran cómo al parar
nuestras actividades y confinarnos, no solo Colombia, sino casi la totalidad
del mundo, las condiciones climáticas han mejorado, las aguas están más
limpias, trasparentes, cristalinas y hay vida en ellas. Los pájaros y animales
han vuelto a salir en los montes y bosques, gracias a que la tierra nos obligó
a una forzada limpieza porque nosotros los humanos, disque tan inteligentes, no
lo hicimos por las buenas. Este resultado se da en pocos días y es una
verdadera enseñanza, como la que nos hacían los abuelos y padres, de ser
prudentes, de no malgastar, de cuidar la naturaleza y el medio ambiente, pero
no hicimos caso. Somos culpables de su deterioro, los gobiernos laxos, la
mentalidad egoísta de empresas que vierten a los ríos el agua sin tratamiento, con
colorantes químicos que la enturbian y quitan la vida, del mal manejo de los
residuos, en fin, de una gran cadena de errores de la que ninguno de nosotros
se escapa, salvo seguramente excepciones como la de los ambientalistas en el
mundo, que hoy son los que sin duda alguna demuestran que tenían la razón.
Este llamado de atención a la raza humana nos
debe llevar a aceptar que fuimos ligeros, incrédulos, irresponsables en acatar
los llamados por cuidar el medio ambiente. La pandemia del Covid 19 nos obligó
a la cuarentena y a que la comunicación entre países se cerrara; aviones,
trenes, barcos, camiones, buses o cualquier medio de transporte no pueden pasar
de una frontera a otra y la globalización tan cacareada desde el año 1990 se
fue a pique. Hoy importaciones y exportaciones están en cero y se tiene que
mirar al interior, pero este, también cerrado, nos lleva a una crisis.
Desde el punto de vista de los economistas y del
Ministerio de Hacienda de Colombia, se establece que ya no creceremos el 3.4%
presupuestado, ni el 2.2%, ni el 1.2% y que posiblemente llegaremos a tener un
crecimiento negativo para este año. Por ello tendremos un gran desafío,
no solo el gobierno, sino todos nosotros, porque volver a poner en marcha las
empresas, el comercio, los restaurantes, bares y negocios, no es tarea fácil,
requiere dinero, paciencia y mucho trabajo, más cuando todo se paralizó sin que
se tuviera margen de tiempo para prepararse. Las utilidades no serán las
mismas, los pequeños comerciantes tendrán dificultades para subsistir y muchos
cerrarán, por ende, se perderán empleos, las familias sufrirán y la vida será más
dura.
El gobierno es consciente de ello, supongo, por
consiguiente, todos los demás tendremos que comprometernos, no los que no
tienen nada, por que no tienen nada que perder, sino los que generamos empleo a
través de las empresas, gremios o sociedades que representamos, a mantener el
empleo el resto del año, a tener paciencia para negociar, conciliar y facilitar
la vida de los que tendrán dificultades en el arranque, porque ellos después
nos ayudaran también. Es un tema de solidaridad
social.
Tendremos el desafío, después de este aprendizaje,
de mantener la familia unida, de recuperar los valores, las prioridades, conversar, jugar, leer, y mantener la espiritualidad a flor de piel, porque
sabemos ya que al final todo es oropel, nos vamos en un santiamén y no nos
llevamos sino lo que hicimos. Seguiremos vivos siempre y cuando alguien nos
recuerde, porque entendamos que somos polvo y en ello nos convertiremos.
Aprendamos también, por último, para no
cansarlos, que nos hacen falta los amigos, los compañeros de trabajo, la risa, los
amigos de deporte y en fin todos aquellos con los que compartimos la
habitualidad, por ello, cuando nos veamos expresemos lo que los extrañamos y
nos hacen falta.
Recordemos que este país no se construye desde
el gobierno, ni desde los partidos, que hoy ni se ven, sino desde nosotros, los
ciudadanos del común que le damos cohesión y forma.