Por Andrés de Bedout
Jaramillo O.*
En estos días de confinamiento no
esperado, se ratifica para mí, la existencia de un ser supremo, que hecho
hombre, nos puso unas normas mínimas de comportamiento, advirtiéndonos que, de
no cumplirlas, incurriríamos en pecado contra él y al pecar contra él,
pecábamos contra nuestros hermanos, contra la naturaleza y contra nosotros
mismos.
Como no hemos querido dejar de pecar,
nuestro errado accionar se nos ha venido devolviendo.
Estamos confinados tres adultos que
hacemos parte de la población vulnerable por nuestra edad; no podemos ver a
nuestros seres queridos, no sabemos hasta cuándo durará este aislamiento, no
sabemos si terminaremos contagiados, lo único que sabemos es que si logramos
mantener el menor contacto posible con los demás, de pronto, como población
vulnerable, no nos enfermemos, ninguno, para no poner en riesgo a los
compañeros de confinamiento, ni a los demás y no congestionaremos los servicios
de salud, ni los servicios funerarios.
La pandemia misma es una vacuna contra
la indiferencia, contra la codicia, contra el egoísmo, contra la envidia,
contra la falta de solidaridad.
La pandemia misma, nos permite
valorarnos como personas, valorar la importancia de nuestras familias, de
nuestros amigos, de la labor de tantas profesiones por humildes que ellas sean
y que nos permitirán sobrevivir la crisis.
Vamos a cambiar, esto no puede seguir a
la velocidad del facilísimo, que hace sentir a los humanos como dioses, que no
requieren respetar esas normas mínimas de comportamiento, establecidas por
nuestro Señor Jesucristo, cuya violación nos coloca en pecado.
En todos mis escritos hago énfasis en la
necesidad de nuestro buen comportamiento, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor
Jesucristo, Dios hecho hombre; porque comportarse bien, si bien implica
sacrificar el placer desmedido, nos trae consecuencias benéficas individuales y
colectivas.
Muchos piensan que pasando la pandemia
volveremos a lo mismo, a ser igual o más pecadores que antes, lo que no sabemos
es quiénes y cuántos sobrevivirán o sobreviviremos a la pandemia.